[Solar-general] Pobreza

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Lun Nov 2 18:19:59 CET 2009


      Argentina
      Pobreza y fabricantes de pobres
      Carlos Heller*




A partir de la publicación del índice de pobreza del Indec, se ha generado
una discusión entre el Gobierno y la oposición sobre los niveles de pobreza
de la sociedad argentina. Y creo que es una discusión errada, más allá de la
necesidad de tener estadísticas confiables para medir la pobreza. La
discusión debe poner el acento en la indignante concentración de la riqueza,
que podríamos definirla como una verdadera fábrica de pobres. En el primer
semestre de 2009, punto más fuerte de la crisis, las empresas que cotizan en
la Bolsa de Buenos Aires distribuyeron dividendos de nivel similar a los
repartidos en igual período del 2007, año de bonanza. Los dividendos de
empresas extranjeras enviados al exterior no dejan de crecer, los envíos más
importantes se produjeron en el cuarto trimestre de 2008 (U$S 1423 millones)
y en el segundo de 2009 (U$S 1029 millones).

Por eso la única forma de erradicar la pobreza, porque ello es lo que nos
debe preocupar, es mejorando significativamente la distribución del ingreso.

Se equivoca el Gobierno cuando se encierra en una discusión de índices y
critica a la oposición sintiendo que se carga contra las políticas públicas
queriendo aumentar el índice. Desvía la oposición la discusión del tema
central, que es la distribución del ingreso, cuando critica la elevada cifra
e intenta paliar la situación con acciones parciales como el ingreso
ciudadano. Este es un primer paso, rápido y eficiente, pero tiene la
característica de cargar toda la responsabilidad al Gobierno y al erario.
Como bien lo explicó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, si se
decidiera otorgar 135 pesos a todos los menores de 18 años, se necesitarían
6900 millones de pesos anuales adicionales a los 10.000 millones que ya se
gastan. Pero si se decidiera otorgar 250 pesos, una cifra con mayor impacto
para reducir la pobreza, estaríamos en el orden de los 15.600 millones de
pesos adicionales, más del doble de lo que se gasta actualmente, y ello
necesita recursos.

Sigo sosteniendo que el ingreso mínimo para todos los menores en situación
de pobreza es indispensable, pero es sólo una situación transitoria. Para
erradicar la pobreza, hay que reducir la injusta concentración de la
riqueza, con impuestos que graven con mayor eficiencia e intensidad a las
grandes ganancias.

Pero cómo vamos a eliminar la pobreza si la AEA sostiene no sólo el derecho
a la propiedad, sino además la intangibilidad de las ganancias.

Y esto es lo que se está discutiendo en el caso Terrabusi-Kraft, la
intangibilidad de la ganancia de una empresa norteamericana, a costa de una
notable racionalización y flexibilización de personal. Este sistema
implementado como norma habitual en las distintas ramas de la producción es
la verdadera fábrica de pobres.

Porque la más importante distribución del ingreso es la que surge entre la
porción del valor agregado que se dedica a salarios respecto de la que se
dedica a ganancias.

Después viene la política fiscal para corregir aquellas situaciones que la
distribución funcional no puede resolver, para aquellos que están fuera del
mercado de trabajo. Pero hoy tenemos una gran proporción de pobres dentro de
los trabajadores, una situación que era desconocida en Argentina, hasta que
se instaló con sangre y fuego la doctrina neoliberal, intensificada luego en
la década menemista, con la desregulación del Estado y la flexibilización
laboral, temas en los cuales, si bien se mejoró algo, aún persiste lo
esencial. La flexibilización implica trabajo de mala calidad, mal
remunerado, fácil de despedir, y lleva a la familia directamente a caer en
la pobreza.

América latina es el continente que posee la más injusta distribución de la
riqueza, y de ello son en gran parte responsables las políticas fiscalistas
del FMI que basaron la recaudación en impuestos como el IVA, altamente
inequitativos, reduciendo la progresiva tributación del impuesto a las
ganancias. En nuestro país, especialmente, hay una serie de exenciones sobre
la renta financiera que no existen en otros países. Según el Presupuesto
2010, este año se dejarán de percibir 2940 millones de pesos por la exención
a los títulos públicos, 990 millones por intereses de plazos fijos y
obligaciones negociables, mientras que no existe número para calcular la
exención a las ganancias provenientes de la compra-venta de acciones y
títulos valores.

Para una mejor distribución del ingreso, se requiere una gran reforma
impositiva que instale una estructura tributaria altamente progresiva. Este
cambio es el que frenan los fabricantes de pobreza, porque reduciría sus
márgenes de beneficio, y sólo proponen combatir la pobreza con ayudas
sociales. Y cabe agregar, además, que cuando el Estado apela a gravar rentas
extraordinarias para sostener la ayuda social también se oponen
frontalmente. Los diarios del jueves mostraron que en una actividad
organizada por la Escuela de Posgrado Epoca, que preside el ex ministro
menemista Roberto Dromi, y las universidades del Salvador y Carlos III, de
Madrid, se criticó duramente al Gobierno por el tema de la pobreza. El
principal disertante fue el cardenal Jorge Bergoglio, y entre los asistentes
se encontraban el diputado Francisco de Narváez, la senadora Chiche Duhalde,
el ex ministro Roque Fernández y varios empresarios de alta gama. Habría que
preguntarles a muchos de los presentes qué hicieron y opinaron ellos cuando
se gestó el desastre de los noventa, que endeudó al país por hasta el 113
por ciento del PIB, y pagaba el 8 por ciento del PIB anual por intereses,
cuando hoy se paga cerca del 2; que generó una salida de divisas por cuenta
corriente de 75.000 millones entre 1994 y 2001 y llevó a tasas de
desocupación del 21,5 por ciento. Pareciera que la vieja y la nueva derecha
intentan retomar protagonismo con la agenda de la pobreza, aliándose con los
factores de poder económico, para volver al injusto modelo del “derrame”. Y
también cabría reflexionar que cuando estos protagonistas centrales de la
época del mayor desquicio económico argentino reclaman seguridad jurídica se
refieren a aquella misma que ellos proveyeron en beneficio de los grandes
grupos concentrados de la economía y que fue, sin duda, el andamiaje
generador de la pobreza por la cual hoy se rasgan las vestiduras.

Sin una transformación profunda en el modelo de distribución de la renta,
reducir significativamente la pobreza será imposible. El discurso que los
poderosos hacen de la pobreza es un recurso cínico que enmascara su
principal responsabilidad y además confunde a la opinión pública sobre la
verdadera génesis de la pobreza y los auténticos caminos para eliminarla. Y
digo eliminarla, no sólo atenuarla con paliativos caritativos o
asistenciales. Como digo siempre, para mí el único índice de pobreza
tolerable es cero.

Como corolario y ante las declaraciones difundidas sostenidamente que la
pobreza es un escándalo, yo digo que la pobreza es una tragedia, y que el
verdadero escándalo es la perversa distribución de la riqueza.

*Diputado electo. Presidente del Banco Credicoop.

Fuente: Página 12 - 02.10.2009

Bernardo Diego González
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