[Bah-alcala] [Bah-general] Estimados, ya no les escribiré más.

[ROBERTO PARDO HERMOSILLA]

Estimados, ya no les escribiré más.

             Escribí miles de correos con el ánimo que hicieran un alto en sus quehaceres y meditaran en los tiempos que vivimos. Solo una persona, de las miles, respondió para agradecer la información entregada.

            Soy un joven de tan solo 73 años, Profesor de Química, trabajé en dos laboratorios de la Industria Farmacéutica, estudié electrónica  y otras yerbas menores. He leído muchos libros, además, al día de hoy, vendo libros de medicina. Y llevo casi 26 años como Testigo de Jehová. La conclusión: el único libro que nunca debía haber dejado de leer, era La Biblia, los demás eran opcionales.

             Para su consideración final:

             El examinar algunos sucesos que ya han ocurrido, nos debieran enseñar a estar alerta a las señales que se observaron antes que ellos ocurrieran.

       “No hicieron caso”: Durante 1974, mientras la ciudad australiana de Darwin se preparaba para sus fiestas, el sonido de las sirenas anunció la llegada de un ciclón. Sin embargo, hacía casi treinta años que ninguno causaba daños serios a esa población. ¿Por qué sería diferente en esta ocasión? La mayoría de los ciudadanos no pensaron que corrían verdadero peligro hasta que las fuertes ráfagas de viento comenzaron a arrancar los tejados y las paredes de las casas donde se habían refugiado. A la mañana siguiente, la ciudad era la misma imagen de la desolación. ¿Cuántos murieron por no hacer caso a las alarmas que sonaron incesantemente?

En noviembre de 1985, en las cercanías de la ciudad de Armero (Colombia), la erupción de un volcán fundió la nieve y el hielo que lo cubrían, desencadenando una avalancha de lodo que sepultó a más de 20.000 habitantes de dicha localidad.

     ¿Ocurrió sin previo aviso?: No, lo cierto es que la gente llevaba meses notando los temblores de la montaña, pero la mayoría se había acostumbrado y vivía despreocupada. Aunque las autoridades recibieron informes de que el desastre era inminente, no hicieron casi nada por dar la voz de alarma. Al contrario, mediante la radio y el sistema de megafonía de la iglesia emitieron anuncios para tranquilizar a la población. La noche de la tragedia se registraron dos espectaculares explosiones. Muy pocos reaccionaron antes de que fuera demasiado tarde.

¿Reaccionaremos de igual manera ante las advertencias procedentes de Dios mismo?

La Biblia, que describió gráficamente y con mucha antelación los sucesos que caracterizan estos últimos días, para ello nos anima a pensar en “los días de Noé”. “En aquellos días antes del diluvio”, las personas vivían inmersas en sus actividades cotidianas, aunque sin duda les preocupaba la violencia reinante. No obstante, pese a la advertencia que Dios les hizo llegar mediante su siervo Noé, “no hicieron caso hasta que vino el diluvio y los barrió a todos” (Mateo 24:37-39).

¿Acaso no sucede hoy lo mismo? ¿Tomamos en cuenta las señales de hoy?

Aunque las alarmas de destrucción de este sistema están llenando los aires de este planeta, pareciera que muchos de nosotros no somos capaces de decodificar la evidencia de los sucesos que: hora tras hora, minuto a minuto se van exponiendo ante nuestros ojos.


El señor Jesús habló de señales del fin de este sistema: guerras, hambrunas, terremotos (recién ocurrió otro en Haití), entre otras señales y, qué decir de la señal que habrían pestes o pandemias. ¿Se equivocó? ¿Mintió?

A eso sumemos las características de los hombres por estos días (2 Timoteo 3:1-5)

… 2 Porque la gente solo se amará a sí misma; serán amantes del dinero, fanfarrones, arrogantes, blasfemos, desobedientes a los padres, desagradecidos y desleales, 3 no tendrán cariño natural, no estarán dispuestos a llegar a ningún acuerdo, serán calumniadores, no tendrán autocontrol, serán feroces, no amarán lo que es bueno, 4 serán traicioneros y testarudos, estarán llenos de orgullo, amarán los placeres en vez de a Dios 5 y aparentarán tener devoción a Dios, pero en realidad estarán negando el poder de esa devoción. Aléjate de ellos.

Toda un scanner de la sociedad actual.

Pensemos: Si todo siguiera en este mismo ritmo de crecimiento de la maldad.

La pregunta final es: ¿Dónde deseo estar al momento que Él haga efectivo el fin de este sistema?

No hay duda, que es ahora el momento de tomar medidas…Escuche las alarmas y capte las señales.

No esperemos tomar una decisión solo cuando al abrir la llave del agua, ésta ya no salga, y entonces recién nos asomemos a mirar lo que ocurre.

Un abrazo fraterno.-




Roberto Pardo H.
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