[Solar-general] [OT] Cambio Climático. Estado del miedo. Ayer fueron las brujas. ¿Mañana los escépticos?

Martin plateado.info en gmail.com
Sab Nov 6 16:03:12 CET 2010


El día 6 de noviembre de 2010 11:41, Martín Cigorraga
<martosurf7600 en gmail.com> escribió:
> @fernando haha xD
>
> Che, no fue hace poco que un grupo de hackers entro en la maquina de
> una supuesta eminencia en el tema del cambio climatico y encontraron
> que habia montos de info tergiversada lo que hizo que este hombre
> tuviera que dejar el cargo tempiralmente hasta aclarar la situacion?
>
> Estoy casi seguro que publicaron la noticia aca en la lista hace poco tiempo...
>
> El 06/11/10, Fernando <el.zoona en gmail.com> escribió:
>> El día 6 de noviembre de 2010 10:29, Martin <plateado.info en gmail.com>
>> escribió:
>>> El Dr. Vincent Gray (IPCC Expert Reviewer desde 1990), climatólogo
>>> neozelandés de intachable reputación -justamente por la cual es uno de
>>> los revisores de los informes IPCC-, acaba de publicar un escrito del
>>> que se desprende que él, al menos, sí cree que el IPCC y su trabajo
>>> están corruptos. Gray trabaja para el IPCC desde 1990 y en vista de
>>> los últimos acontecimientos ha llegado a una conclusión: “… the IPCC
>>> is fundamentally corrupt. The only “reform” I could envisage, would be
>>> its abolition”.
>>
>> ...OMFFSM!
>>
>> No es climatologo papa, tanto cuesta entenderlo? Es un quimico que,
>> encima, trabajo para la industria del carbon (por si no se te ocurre,
>> una de las mas perjudicadas si se protegiese el medioambiente).
>>
>> Por favor, que dificil, no desinformes al menos.
>>
>> ________________________________________________
>>



aca va lo que planteas Martin:



El Watergate climático: la farsa del calentamiento global, al descubierto
Un hacker desvela documentos y correos electrónicos de la elite
científica vinculada al Panel Intergubernamental sobre Cambio
Climático de la ONU (IPCC). Los calentólogos  admiten que manipulan
datos, destruyen pruebas, ejercen fuertes presiones para acallar a los
científicos escépticos...


Algunos ya lo califican como el mayor escándalo científico del siglo.
Este fin de semana la red se ha convertido en un auténtico hervidero
tras la publicación de toda una serie de documentos comprometedores
pertenecientes a la cúpula científica del calentamiento global
antropogénico (causado por el hombre).

Acuerdos para manipular datos, destrucción de pruebas, conspiraciones
para evitar que los escépticos publiquen en revistas científicas,
dudas privadas sobre sus propias aportaciones a la teoría del
calentamiento global que no se reconocen en público, ocultamiento del
"Periodo Cálido Medieval", alegría por la muerte de un escéptico...

Todo ello forma parte de una serie de documentos y correos
electrónicos privados que han sido desvelados bien por un hacker
externo o bien por una fuente anónima interna de uno de los templos de
la calentología. Pueden encontrarse ya en las redes P2P, buscando en
Google "FOI2009.zip", y ya existe incluso un buscador.

Se trata de la Unidad de Investigación del Clima (CRU, por sus siglas
en inglés), perteneciente a la británica Universidad de East Anglia,
uno de los centros de investigación más activos en sus esfuerzos por
demostrar la teoría del calentamiento global de origen antropogénico.
En septiembre se vio envuelto en una polémica con el think tank
norteamericano Competitive Enterprise Institute por destruir datos
originales de toma de temperaturas por "falta de espacio".

Sus datos han sido empleados en muchos estudios alarmistas, pero son
datos "cocinados", y el problema es que ya no es posible saber si esa
“cocina” ha sido hecha correctamente tras la destrucción de los
originales.

¿Y qué dicen esos correos?

Lo principal que se extrae de la lectura de estos correos electrónicos
es, en palabras del blogger norteamericano John Hinderaker, una
mentalidad de bunker asediado por los enemigos, esto es, los
escépticos. Estos científicos creen sinceramente en la teoría del
calentamiento global, de un modo tan fanático que les lleva a
alegrarse de la muerte en 2004 del escéptico John Daly o desear "darle
una paliza" al también escéptico Patrick Michaels.

Pero, sin duda, lo más importante es que parecen plenamente dispuestos
a maquillar sus datos para que se ajusten a la teoría. Así, en un
correo del pasado 28 de septiembre, uno de estos científicos anuncia
su intención de bajar 0,15 grados la temperatura registrada del océano
para que se ajuste a sus modelos climáticos.

Otro científico, David Parker, discute en otro email la posibilidad de
cambiar el período de referencia para elaborar el índice de
temperatura global. Se opone afirmando que tal cambio podría confundir
al público y, sobre todo, reflejaría que el actual período es menos
cálido de lo que pretenden hacer creer.

Tim Osborn describe cómo algunos datos son manipulados para ocultar
que los resultados de un estudio muestran una aparente tendencia al
enframiento de la temperatura del planeta. El propio Michael Mann, uno
de los climatólogos del cabecera del IPCC de la ONU, afirma en otro
correo que sería bueno "contener" la temperatura del “Período Cálido
Medieval ".

Manipulación de informes

Por su parte, Tom Wigley le comenta a otro colega que el calentamiento
en la superficie terrestre desde 1980 ha sido casi el doble que en los
océanos, un dato que no se debe salir a la luz, ya que podría ser
utilizado por los científicos escépticos como prueba de que los
centros urbanos constituyen auténticas islas de calor, sin que esto
nada tenga que ver con el calentamiento global.

También existe otro de 1999 en el que un científico reconoce haber
usado el "truco de Mike" (Michael Mann, el del Palo de Hockey) en
Nature para "ocultar el descenso" de temperaturas. El "truco" en
cuestión consiste en ocultar la divergencia entre las temperaturas de
1960 en adelante y los registros de los anillos de los árboles
empleados para reconstruir el clima pasado. ¿Cómo? Eliminando esos
registros en los resultados durante los años problemáticos, es decir,
aquellos que no se ajustaban al modelo.

También se observa la paranoia del propio Mann, uno de los artífices
de los informes del IPCC. Así, en un correo reciente, este gurú del
calentamiento global protesta por la "máquina de ataque pagada por las
multinacionales", pese a que fluyen muchos, muchos más fondos hacia
los científicos que defienden el cambio climático causado por el
hombre que hacia los escépticos.

De hecho, en otro de los correos un climatólogo británico se queja de
un artículo cuestionando la teoría del calentamiento porque es justo
"lo que no necesita" en sus esfuerzos para sacarle dinero a Siemens.
Un correo reconoce que están negociando con Esso, una de las
subsidiarias de Exxon. Y uno de los documentos muestra que el director
del CRU ha recaudado 13,7 millones de libras desde 1990.

Ocultación de datos

También existe algo más grave. Las leyes británicas obligan a desvelar
todos los archivos de las investigaciones financiadas con dinero
público, como son las del CRU. Un correo pide a varios científicos de
diversas universidades que borren ciertos mensajes, lo que ha sido
interpretado como un posible intento de evitar verse obligados a
desvelar contenidos "incómodos" para la teoría del calentamiento ante
una posible petición bajo las leyes británicas.

Uno de los correos, de hecho, reconoce que de verse obligado a dar los
datos de las estaciones de temperatura del CRU preferiría borrarlos,
lo cual podría estar relacionado con esa "falta de espacio" que adujo
en septiembre para no revelarlos.

Conspiración para no dejar publicar a los escépticos

Uno de los más repetidos mantras de los climatólogos creyentes
consiste en que los escépticos no publican en revistas científicas
respetables, las llamadas peer-reviewed, y ellos sí. Pero parece que
en parte esto sucede por un esfuerzo concertado para que así sea. Uno
de los intercambios de correos desvelado se indigna ante la
publicación de un par de papers científicos de los escépticos en la
revista Climate Research y promueve un boicot contra la misma.

Ese intento de acallar las publicaciones científicas escépticas
alcanza al IPCC, el macroinforme de la ONU que se supone contiene toda
la información relevante sobre la ciencia del clima. Pues bien, otro
de los correos muestra a estos científicos indicando que harán todo lo
que puedan para evitar que un estudio contrario a sus teorías llegue
al IPCC, incluso aunque sea a costa de "redefinir lo que significa un
estudio peer-reviewed".

Phil Jones escribe a la Universidad de Hull para intentar detener a su
colega escéptica Sonia Boehmer Christiansen; Michael Mann explica cómo
destruir una revista que ha publicado documentos científicos sobre el
clima elaborados por escépticos; en otro correo, el propio Mann dice
que se pondrá en contacto con la cadena británica BBC para averiguar
por qué permitió la publicación de un artículo vagamente escéptico;
otro correo desvela que una carta de calentólogos enviada a The Times
fue redactada con la inestimable ayuda de Greenpeace...

Siempre se ha alegado desde el campo escéptico que no es necesaria
ninguna conspiración para explicar el elevado número de científicos
que apoyan la teoría del calentamiento global. Existen suficientes
intereses académicos, ideológicos y hasta pecuniarios que permiten
explicar acciones de distintas personas en la misma dirección. Pero
eso no significa que no puedan existir conspiraciones como ésta, con
la intención de acallar a algunos críticos, que pueden haber logrado
algún éxito.

El material tardará en ser examinado, pues incluye cientos de correos,
documentos científicos, datos contables sobre los fondos recibidos
para la investigación y hasta el código empleado para las
reconstrucciones del clima pasado, ése que siempre se han negado a
enviar a los escépticos para su examen y ha tenido que ser
reconstruido por los estadísticos McIntyre y McKitrick.

No existe una seguridad al 100% de que todos los correos electrónicos
y documentos publicados sean ciertos, pues son demasiados como para
que se haya podido verificar, por el momento, uno a uno. Sin embargo,
la propia Universidad ha reconocido la veracidad de su origen y ha
cambiado los claves de acceso de su personal para evitar más
filtraciones. De hecho, algunos afectados han reconocido la autoría de
algunos de los correos más sorprendentes del lote.
Tras saltar a la red, el escándalo ya ha sido recogido por algunos
medios, tales como New York Times, Washington Post o el alemán Die
Welt.


Martin Uanini • Córdoba • Argentina
Tel. 0351 155 99 44 96

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