[Solar-general] de la autoridad

Marcos Germán Guglielmetti marcos en ovejafm.com
Mie Ene 12 02:05:23 CET 2011


On Tuesday 11 January 2011 19:21:42 Diego Saravia wrote:
> http://www.pcoe.net/Libros%20digitales%20autores/Engels/De%20la%20autoridad
>.html
> Federico Engels
>
> De la autoridad
>  (1872-1873)
> Algunos socialistas han emprendido últimamente una verdadera cruzada contra
> lo que ellos llaman principio de autoridad. 

??

tengo entendido que el anarquismo comienza allá por 1840...


"...Pierre Joseph Proudhon publicó ¿Qué es la propiedad? (1840), el libro que 
le estableció como un pionero del pensamiento libertario. Tras responder al 
título («la propiedad es un robo»), el autor se convierte en el primer hombre 
que se autodeclara anarquista y precisa que es lo que entiende por 
anarquía: «una forma de gobierno sin amo ni soberano»." (wikipedia)

> Basta con que se les diga que 
> este o el otro acto es autoritario para que lo condenen. 

Es buena idea :)


> Hasta tal punto se 
> abusa de este método sumario de proceder, que no hay más remedio que
> examinar la cosa un poco más de cerca. Autoridad, en el sentido de que se
> trata, quiere decir: imposición de la voluntad de otro a la nuestra;
> autoridad supone, por otra parte, subordinación. 

Quizá no: eso sería autoritario o autoritarismo. Autoridad podría ser 
diferente a autoritario. Una cosa es el poder y otra cosa el abuso de poder 
¿no?



> Ahora bien; por muy mal 
> que suenen estas dos palabras y por muy desagradable que sea para la parte
> subordinada la relación que representan, la cuestión está en saber si hay
> medio de prescindir de ella, si -dadas las condiciones actuales de la
> sociedad- podemos crear otro régimen social en el que esta autoridad no
> tenga ya objeto y en el que, por consiguiente, deba desaparecer. Examinando
> las condiciones económicas, industriales y agrícolas, que constituyen la
> base de la actual sociedad burguesa, nos encontramos con que tienden a
> reemplazar cada vez más la acción aislada por la acción combinada de los
> individuos.

¿Esta tendencia es así ahora también? O la robotización realmente cambió la 
tendencia?


> La industria moderna, con grandes fábricas y talleres, en los 
> que centenares de obreros vigilan la marcha de máquinas complicadas movidas
> a vapor, ha venido a ocupar el puesto del pequeño taller del productor
> aislado: los coches y los carros para grandes distancias han sido
> sustituidos por el ferrocarril, 

qué loco que en Argentina pasó todo lo contrario en los últimos años!!! :S

(bah, no es nada loco, emerge eeuu como principal potencia capitalista mundial 
frente a la Inglaterra venida a menos por la guerra..., luego mucho más 
tarde, la privatización del ferrocarril, el desguace del menemismo, 
individualismo, preferencia por las automotrices, modelo agroexportador un 
poco diferente... )


> como las pequeñas goletas y falúas lo han 
> sido por los barcos a vapor. La misma agricultura va cayendo poco a poco
> bajo el dominio de la máquina y del vapor, los cuales remplazan, lenta pero
> inexorablemente, a los pequeños propietarios por grandes capitalistas, que
> cultivan, con ayuda de obreros asalariados, grandes extensiones de tierra.

sí, pero igual ahora está todo tan mecanizado que en el campo no son muchos 
los trabajadores que se necesitan, con respecto a esa época de Engels.

> La acción coordinada, la complicación de los procedimientos, supeditados
> los unos a los otros, desplaza en todas partes a la acción independiente de
> los individuos. Y quien dice acción coordinada dice organización. Ahora
> bien, ¿cabe organización sin autoridad? 

¿no son un ejemplo de eso las fábricas recuperadas? creo que habría centenares 
de ejemplos más al respecto. la autoridad es la asamblea popular, y cuando 
todos son la autoridad, nadie lo es al mismo tiempo

es un sistema que tiene sus bemoles porque arrasa con el individualismo (y con 
el individuo) quizá demasiado, pero creo q se pueden buscar equilibrios


> Supongamos que una revolución 
> social hubiera derrocado a los capitalistas, cuya autoridad dirige hoy la
> producción y la circulación de la riqueza. Supongamos, para colocarnos por
> entero en el punto de vista de los antiautoritarios, que la tierra y los
> instrumentos de trabajo se hubieran convertido en propiedad colectiva de
> los obreros que los emplean. ¿Habría desaparecido la autoridad, o no habría
> hecho más que cambiar de forma? 

cambia de forma desde que recae en un grupo, aún así ese grupo puede ser 
autoritario o no, y eso se verá en el equilibrio que se genere a partir de 
los tratos justos o injustos entre los individuos; si prima la cuestión de la 
autoridad (grupal) por sobre todas las cosas y siempre, o si habrá 
excepciones.

> Veamos. Tomemos, a modo de ejemplo, una 
> fábrica de hilados de algodón. El algodón, antes de convertirse en hilo,
> tiene que pasar, por lo menos, por seis operaciones sucesivas; operaciones
> que se ejecutan, en su mayor parte, en diferentes naves. Además, para
> mantener las máquinas en movimiento, se necesita un ingeniero que vigile la
> máquina de vapor, mecánicos para las reparaciones diarias y, además, muchos
> peones destinados a transportar los productos de un lugar a otro, etc.
> Todos estos obreros, hombres, mujeres y niños están obligados a empezar y
> terminar su trabajo a la hora señalada por la autoridad del vapor, que se
> burla de la autonomía individual. Lo primero que hace falta es, pues, que
> los obreros se pongan de acuerdo sobre las horas de trabajo; a estas horas,
> una vez fijadas, quedan sometidos todos sin ninguna excepción. Después, en
> cada lugar y a cada instante surgen cuestiones de detalle sobre el modo de
> producción, sobre la distribución de los materiales, etc., cuestiones que
> tienen que ser resueltas al instante, so pena de que se detenga
> inmediatamente toda la producción. Bien se resuelvan por la decisión de un
> delegado puesto al frente de cada rama de producción o bien por el voto de
> la mayoría, si ello fuese posible, la voluntad de alguien tendrá siempre
> que subordinarse; es decir, que las cuestiones serán resueltas
> autoritariamente.

Creo que es un concepto errado sobre autoritarismo o "autoritario": no hay 
abuso de poder allí puesto que los trabajadores han aceptado una 
coordinación, un coordinador. Hay compromiso grupal, no autoritarismo. ¿O sí?



> El mecanismo automático de una gran fábrica es mucho más 
> tiránico que lo han sido nunca los pequeños capitalistas que emplean
> obreros. En la puerta de estas fábricas, podría escribirse, al menos en
> cuanto a las horas de trabajo se refiere: Lasciate ogni autonomia, voi che
> entrate! Si el hombre, con la ciencia y el genio inventivo, somete a las
> fuerzas de la naturaleza, éstas se vengan de él sometiéndolo, mientras las
> emplea, a un verdadero despotismo, independientemente de toda organización
> social. Querer abolir la autoridad en la gran industria, es querer abolir
> la industria misma,


Creo que saca una conclusión incorrecta a partir de confusión de conceptos y 
de realizar un análisis demasiado pequeño sobre un problema diverso y grande 
como el de la organización grupal, etc.

Pero abolir la industria tal como la conocemos tampoco me parecería mala idea, 
quizá sería bueno que no existiese trabajo aburrido o tedioso o penoso o 
doloroso para nadie, que ese trabajo fuera reemplazado completamente por 
máquinas, y que toda la producción se programara por software. 

Allí tendríamos como intérprete, coordinador, etc. a los programadores y el 
resto de la gente... claro que el pueblo debería ser quien, a partir de sus 
necesidades, decidir qué se produce, cuánto y cómo. 

Es decir, los programadores no deberían abusar de su poder, y el resto 
tampoco. Y las máquinas probablemente nunca deberían ser dotadas de cosas 
similares a la conciencia o la capacidad de sentir emociones.

> es querer destruir las fábricas de hilados a vapor para 
> volver a la rueca. 

Gandhi hizo algo así y no le fue nada mal :D

Me quedo con Gandhi.

> Tomemos, para poner otro ejemplo, un ferrocarril. 
> También aquí es absolutamente necesaria la cooperación de una infinidad de
> individuos, cooperación que debe tener lugar a horas muy precisas, para que
> no se produzcan desastres. También aquí, la primera condición para que la
> empresa marche es una voluntad dominante que zanje todas las cuestiones
> secundarias. Esta voluntad puede estar representada por un solo delegado o
> por un comité encargado de ejecutar los acuerdos de una mayoría de
> interesados. Tanto en uno como en otro caso existe autoridad bien
> pronunciada. Más aún: ¿qué pasaría con el primer tren que arrancara, si se
> aboliese la autoridad de los empleados del ferrocarril sobre los señores
> viajeros? Pero, donde más salta a la vista la necesidad de la autoridad, y
> de una autoridad imperiosa, es en un barco en alta mar. Allí, en el momento
> de peligro, la vida de cada uno depende de la obediencia instantánea y
> absoluta de todos a la voluntad de uno solo. Cuando he puesto parecidos
> argumentos a los más furiosos antiautoritarios, no han sabido responderme
> más que esto: «·Ah! eso es verdad, pero aquí no se trata de que nosotros
> demos al delegado una autoridad, sino ·de un encargo!» Estos señores creen
> cambiar la cosa con cambiarle el nombre. He aquí cómo se burlan del mundo
> estos profundos pensadores. Hemos visto, pues, que, de una parte, cierta
> autoridad, delegada como sea, y de otra, cierta subordinación, son cosas
> que, independientemente de toda organización social, se nos imponen con las
> condiciones materiales en las que producimos y hacemos circular los
> productos. Y hemos visto, además, que las condiciones materiales de
> producción y de circulación se extienden inevitablemente con la gran
> industria y con la gran agricultura, y tienden cada vez más a ensanchar el
> campo de esta autoridad. Es, pues, absurdo hablar del principio de
> autoridad como de un principio absolutamente malo y del principio de
> autonomía como de un principio absolutamente bueno. La autoridad y la
> autonomía son cosas relativas, cuyas esferas verían en las diferentes fases
> del desarrollo social. Si los autonomistas se limitasen a decir que la
> organización social del porvenir restringirá la autoridad hasta el límite
> estricto en que la hagan inevitable las condiciones de la producción,
> podríamos entendernos; pero, lejos de esto, permanecen ciegos para todos
> los hechos que hacen necesaria la cosa y arremeten con furor contra la
> palabra. ¿Por qué los antiautoritarios no se limitan a clamar contra la
> autoridad política, contra el Estado? Todos los socialistas están de
> acuerdo en que el Estado político, y con él la autoridad política,
> desaparecerán como consecuencia de la próxima revolución social, es decir,
> que las funciones públicas perderán su carácter político, trocándose en
> simples funciones administrativas, llamadas a velar por los verdaderos
> intereses sociales. Pero los antiautoritarios exigen que el Estado político
> autoritario sea abolido de un plumazo, aun antes de haber sido destruidas
> las condiciones sociales que lo hicieron nacer. Exigen que el primer acto
> de la revolución social sea la abolición de la autoridad. ¿No han visto
> nunca una revolución estos señores? Una revolución es, indudablemente, la
> cosa más autoritaria que existe; es el acto por medio del cual una parte de
> la población impone su voluntad a la otra parte por medio de fusiles,
> bayonetas y cañones, medios autoritarios si los hay; y el partido
> victorioso, si no quiere haber luchado en vano, tiene que mantener este
> dominio por medio del terror que sus armas inspiran a los reaccionarios.
> ¿La Comuna de París habría durado acaso un solo día, de no haber empleado
> esta autoridad de pueblo armado frente a los burgueses? ¿No podemos, por el
> contrario, reprocharle el no haberse servido lo bastante de ella? Así pues,
> una de dos: o los antiautoritarios no saben lo que dicen, y en este caso no
> hacen más que sembrar la confusión; o lo saben, y en este caso traicionan
> el movimiento del proletariado. En uno y otro caso, sirven a la reacción.
> Traducido del italiano
>  «·Quien entre aquí, renuncie a toda autonomía!». Parafraseado de la Divina
> comedia de Dante. "Infierno", canto III, estrofa 3. Partido Comunista
> Obrero Español


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