[Solar-general] Siempre hay mas argumentos a favor de la censura

Diego Saravia dsa en unsa.edu.ar
Lun Oct 11 21:51:31 CEST 2010


hay que meter a la burocracia solarense en ese indice

El día 11 de octubre de 2010 12:58, Pablo Manuel Rizzo
<info en pablorizzo.com> escribió:
> “Siempre hay más argumentos a favor de la censura”
>
> La publicación comenzó para denunciar los casos de censura en el mundo y
> publicar los textos que han sido prohibidos. Su directora dice que las
> excusas para censurar siempre son los mismos: “Moralidad, protección a los
> niños, seguridad nacional, investigaciones científicas secretas y muchos
> más”.
>
> Por Andrew Graham-Yooll
>
> Desde Londres
>
> –Cuando se fundó la revista Index on Censorship era el único periódico que
> aceptaba publicar todo tipo de literatura e información que implícita o
> explícitamente enfrentaba a los censores y a las restricciones de la
> libertad de expresión. Aclaremos que eso incluía criticar al establishment
> británico. ¿Cómo ha cambiado la “naturaleza” de la censura?
>
> –Cambia y sigue igual. El cambio más grande y obvio es la tecnología, por lo
> tanto hay todo un nuevo escenario de censura que se desarrolla en forma
> constante. Y la tecnología ha hecho que la censura sea más compleja, porque
> los agentes de la restricción y la obstrucción son nuevos, sean los
> manipuladores de Facebook que deciden si está bien mostrar algo y si alguien
> lo puede “postear”. O está Google, que decide si van a operar en China o no
> (Google llegó a un acuerdo con el gobierno chino en la primera semana de
> julio). Lo que es claro es que no hay claridad en nada, nada que miremos
> puede verse en blancos y negros, hay muchos grises. Hay muchos más
> argumentos a favor de la censura: la restricción en nombre de la protección
> de los niños, en nombre de nuestra seguridad diaria, la protección que dicen
> darnos contra supuestos y mal definidos terroristas, la censura en nombre
> del secreto y la seguridad de la investigación científica, la protección del
> secreto de nuevos productos industriales y mucho, mucho más.
>
> –Se puede argumentar que todo eso estuvo siempre de alguna forma, no lo
> podemos negar. Pero toda acción restrictiva hoy parece más compleja, operada
> en base al uso de una tecnología cada vez más sofisticada.
>
> –Se puede decir que hay más argumentos a favor de la censura ahora que hace
> algunas décadas. Antes la censura se reducía a la acción de una autoridad o
> un gobierno que no gustaba de lo que veía o creía ver impreso. Moralmente el
> tema se ha puesto más complejo que antes. Hasta se puede decir que ahora es
> más difícil distinguir lo bueno de lo malo. Claro que siempre parecía algo
> bastante confuso, por ejemplo cuando miramos a los procesos judiciales en
> Londres por obscenidad, en los años 1960 y 1970 (que terminaron logrando una
> mayor liberación, que tardó en llegar, en vez de más restricción), o cuando
> vemos la variedad de argumentos que hubo a favor de la censura en nombre de
> la armonía social, o el bien social, o la moralidad pública, así como la
> censura en el teatro, que en Inglaterra tenía su famosa oficina (la del lord
> Chamberlain). Todo esto siempre ha sido un desafío. Pero insisto, creo que
> todos estos rubros se han transformado en más difíciles debido a los
> alcances de la tecnología. También está la preocupación por los militantes
> del Islam en el terrorismo, aunque son temas que estuvieron presentes desde
> hace mucho, aun cuando tuvieran diferentes formas. Por ejemplo, hay que
> tomar la campaña de acción contra la guerrilla irlandesa del IRA, o la Fatwa
> contra el escritor Salman Rushdie. Hay grandes cambios y todo permanece
> igual.
>
> –¿Qué es la revista Index on Censorship (Indice de la Censura) en la
> actualidad? Se fundó como un elemento antisoviético más o menos a mitad de
> la Guerra Fría (aproximadamente 1962-1985), pero pasó a ser un registro de
> la censura en todo el mundo, ¿y ahora qué?
>
> –Quizá lo primordial es que Index on Censorship ya no es ni puede ser
> solamente una revista trimestral. Ahora se involucra en una variedad de
> actividades. Las más importantes son sin duda en el campo del desarrollo de
> la educación, participamos en campañas para lograr objetivos, tenemos una
> página web, tenemos un sector que se dedica a la promoción de las artes y
> acciones culturales. Index ha crecido, de ser una revista de interés
> específico a ser una organización que se ocupa de muchos temas en torno de
> la libertad de expresión. Cuando Index se fundó en 1972, el primer director
> editorial, Michael Scammell (autor de biografías de Solzhenitsyn y de Arthur
> Koestler), tuvo la idea de hacer una publicación que diera cabida a los
> escritos de autores amenazados o prohibidos. Era complementario a la labor
> de Amnesty International (fundado en 1961), que hacía campaña contra
> detenciones de opositores y trabajaba para su liberación. Index se concentró
> en la publicación de lo perseguido. En parte fue la necesidad de sobrevivir
> como organización que Index ha tenido que ampliar su trabajo, pero también
> el cambio se debe al hecho de los movimientos tan dramáticos que han
> ocurrido en años recientes. Ahora, por ejemplo, es imprescindible tener un
> sitio web. Es esencial poder enfrentar al público no sólo ofreciendo un
> producto que se puede leer y al que se pueden suscribir los lectores porque
> simpatizan con lo que uno hace, hay que despertar el interés de la gente con
> mucha más vehemencia porque su atención es reclamada a cada momento por
> muchas otras cosas. La revista sigue siendo el producto de marca de la
> organización, pero nos hemos transformado en algo mucho más grande.
>
> –Es primordial en esta charla preguntarle cuál ha sido el mecanismo de
> ajuste de ese mundo de cambio. Por ejemplo, se han mudado de edificio para
> instalarse en una especie de “colectivo” de organizaciones de sensaciones
> parecidas, el Centro Mundo Libre (Free World Centre), en Londres.
>
> –No sé si se puede ver un cambio en el trabajo que hacemos en términos del
> techo que compartimos con otras organizaciones, porque ya colaborábamos con
> otros grupos de derechos humanos. Nuestro socio principal sigue siendo el
> Centro inglés de P.E.N. (Poetas, Ensayistas, Novelistas) y en el último año
> hemos lanzado una campaña con esa asociación de escritores, para lograr la
> reforma de las leyes de difamación en el Reino Unido. Esta colaboración ha
> tenido un éxito increíble dado que hemos logrado que los tres partidos
> principales británicos (laborista, conservador y liberal demócrata)
> incorporaran la necesidad de una reforma a la ley de libelo en sus
> manifiestos. Ese éxito se mide en la cobertura periodística, en la creación
> de una conciencia de cambio, en el hecho de lograr que 52.000 personas
> firmaran una petición para la reforma de la ley. También hemos trabajado con
> otra organización, Sensatez en la Ciencia (Sense about Science), que se
> dedica a lograr que el público sea más consciente de lo que se hace en
> nombre de la ciencia. Sin embargo el contacto de colaboración con el Centro
> P.E.N. se ha afianzado en los tres años y medio desde que ingresé a la
> revista Index, principalmente por necesidad. Yo elegí esa alianza porque
> ambos necesitábamos del otro. Si bien nuestros objetivos son claramente
> diferentes en muchas cosas, al final los dos grupos trabajan por la libertad
> de expresión. Pero reconozco que este edificio, el Centro Mundo Libre, y la
> labor que se hace aquí adentro no tiene precedentes. Lo que ha cambiado es
> el tipo de acción que podemos llevar adelante. Por ejemplo se ha hecho mucho
> trabajo por los periodistas detenidos en Irán. Eso se ha convertido en un
> objetivo internacional y en esto trabajamos junto con el Comité para la
> Protección de Periodistas (CPJ en sus iniciales en inglés), con el Centro
> P.E.N. de Estados Unidos y con otros grupos. La colaboración significa que
> se puede organizar campañas, acciones urgentes, reuniones y entrevistas con
> autoridades en forma casi inmediata, por la red de contactos que se ha
> creado. Para estar al tanto de todo y adelantarnos a lo que ocurre, Index on
> Censorship ha avanzado mucho en las últimas décadas. Por ejemplo, con muy
> poca preparación reunimos a dirigentes políticos para que hablen de su
> compromiso con la libertad de expresión en vísperas de las últimas
> elecciones británicas (7 de mayo) y también vienen políticos de toda Europa.
> Nuestra habilidad para reaccionar frente a las crisis y lo que va sucediendo
> da al público la medida de nuestra presencia en todo lo que hace a la
> actividad por los derechos humanos. Y el estar en este nuevo edificio entre
> otras organizaciones nos ha cambiado la vida en muchos aspectos, en el
> contacto humano y la consulta personal, más allá de las alianzas y
> colaboraciones.
>
> –Una de las ironías que surgen del nuevo contexto de Index on Censorship es
> que la revista hoy parece, a pesar de su tema permanente, mucho más
> entretenida y mejor diseñada que cuando la hacía yo.
>
> –Qué lindo escucharlo decir eso, gracias. Supongo que la realidad también es
> el mercado y hay competencia en el mundo de los derechos humanos. Hoy todo
> el que escribe en algún momento toca el tema de la censura y toda persona
> con una queja escribe sobre censura. Es tema de una nota en los diarios
> europeos una y dos veces por semana, es una nota política y hay muchos
> sitios en la web que cargan el idioma de gente preocupada que además quiere
> ser leída y escuchada. En ese ambiente hay que hacer algo que sea diferente
> de alguna forma. Tengo que crear las razones para que más gente nos lea y
> nos siga. Veo dos cosas que podemos hacer mejor que otros. Una es que
> podemos cubrir temas con más profundidad y más espacio y podemos incluir más
> extractos o adelantos de libros controvertidos. La segunda, tenemos que
> tener una buena variedad de escritores y novelistas que contribuyan con sus
> escritos. Y en esto todavía necesitamos de las estrellas. Puede ser Ariel
> Dorfman (chileno) o Nadine Gordiner (sudafricana, Premio Nobel) o Bernard
> Henri Levy (francés), entre otros, que están asociados con la revista y
> publican en Index. Pero también necesitamos esos escritores y artistas
> jóvenes, bien “funky”, que son gente involucrada en la Internet y la censura
> “online”. Busco una mezcla de colaboradores de alto perfil. Por ejemplo, en
> el primer número de 2010 logramos una exclusiva con Google, que fue muy
> bueno e interesante, e incluimos un extracto de una nueva obra teatral del
> autor británico de origen sikh, Gurpreet Kaur Batí, cuya obra Behzti
> (Deshonor) fue censurada en varios países. Tuvimos una muy buena nota de uno
> de los principales expertos sobre censura en Internet, Ron Deibert, de
> Canadá. Por lo tanto es cuestión de mantener esa mezcla de Google, obras
> teatrales y análisis. Eso es lo que Index on Censorship siempre ha hecho,
> ahora y desde el comienzo. Cuando miro las viejas ediciones veo una
> publicación bien hecha, un registro de la historia de las últimas cuatro
> décadas. La lista de gente que ha escrito para Index es impresionante.
> Siento que todo eso me recuerda constantemente los niveles y la historia que
> debo sostener.
>
> –Usted dijo antes que más y más gente y sitios están tratando el tema de la
> censura. ¿No surge ahora el problema que puede haber una saturación, hasta
> un aburrimiento?
>
> –No creo. Lo que Internet ha hecho es cambiar la mirada en muchas formas y
> constantemente está disparando hacia adelante para modificarse y cambiar las
> formas de ver. En algún momento hace un tiempo un autor teatral pudo haber
> causado espanto, digamos con la producción de Los romanos en Inglaterra
> (1980), de Howard Brenton, en el teatro Nacional, y que trataba a la
> homosexualidad muy abiertamente. También estuvo Jerry Springer, la Opera
> (2003), de Richard Thomas y Steward Lee –notable por su contenido profano–
> que ofendió a muchos grupos cristianos que dijeron que era blasfemia. Hoy
> una obra teatral ofende a pocos. Quizá deberíamos decir “la censura se ha
> democratizado”, porque todos pueden enviar su reproche al sitio del diario
> The Guardian. La gente tiene una experiencia mucho más directa de la censura
> y de las restricciones que los afectan a ellos. Ese no era el caso hace
> algunas décadas cuando en realidad la censura sólo afectaba a un grupo
> reducido de personas, digamos que a una elite, que podía decidir los cortes
> y recortes que debían hacer. En contraste ahora hay un público mucho más
> grande y más joven. Y eso significa que Index on Censorship tiene mucho más
> que hacer. En nuestra campaña contra la ley de difamación nos encontramos
> con que el gobierno todavía piensa que cambiar las leyes es darles un cheque
> en blanco a los medios. Lo que pudimos demostrar en nuestra acción con la
> organización Sensatez en la Ciencia es que hay científicos, académicos,
> bloggers y una masa de gente que están maniatados por las leyes sobre
> difamación. Internet ha jugado un rol dramático en la ampliación de la
> participación pública. La edición que le dedicamos a la tecnología (esa
> primera de 2010) es de interés para mucha gente muy diferente, más allá de
> aquel público tradicional y liberal de Index on Censorship que quiere ver
> cubiertos casos e incidentes específicos con su consiguiente acción.
> Permanecen los viejos frentes de combate, el estilo de problemas de “antes”
> persiste en Rusia, Sri Lanka, Burma, China, las Filipinas... Pero en muchas
> partes del mundo también parece que la gente se siente más hostil que afín a
> la libertad de expresión. Quizá sea eso también producto de un público más
> amplio.
>
> –Suponemos que el público que reclama el cuidado de la moralidad es tan
> grande como siempre.
>
> –Creo que lo es: el argumento moral es más estridente, más intenso, pero
> también es porque es más difícil ahora censurar lo que sea que a un grupo no
> le guste... Los DVD, YouTube, etc. Es más difícil para los padres proteger a
> sus hijos contra la invasión de la información no deseada a la que los
> chicos pueden acceder. Por eso, la protección de los niños se ha
> transformado en un aspecto importante a favor de la censura. Hemos visto
> acción judicial contra jóvenes que bajaron material que alentaba la
> violencia e incluía indicaciones específicas para el terrorismo. Ha surgido
> una oposición furiosa contra todo eso. También hemos visto que resurgen
> interrogantes en torno de la obscenidad. Hubo un proceso hace dos años en
> que un empleado público subió material obsceno a Internet. El juzgado
> rechazó el caso, pero los límites están bajo prueba continua. El estudio,
> monitoreo y seguimiento de la censura es una acción que nos tiene corriendo
> todo el tiempo.
>
> http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/dialogos/21-154708.html
>
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> Pablo Manuel Rizzo
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