[Solar-general] MOCION DE EXPULSION - Reflexiones

leonardo en hipatia.net leonardo en hipatia.net
Mie Nov 18 15:13:22 CET 2009


Aclaratoria:
Este mensaje es enviado tanto a SoLAr general como a SoLAr socios.
Es en respuesta a una moción expresada por el Sr. Cabezas de expulsión.
Dada que esta moción fué hecha pública en ambas listas, me permito
responder en ambas.
Aún así, cuidando las formas acordadas sobre la voluntad de varias
personas de que los mails de solar-socios no sean copiados a la general,
he eliminado el mensaje original, al cual doy respuesta. Solo he copiado,
una frase, pero dada que ya fué hecha pública anteriormente y confío que
no exista alguna molestia al respecto.
Muchas de estas reflexiones no están terminadas. Las hago públicas por el
afecto y aprecio que tengo por personas con quienes hemos compartido
varios años de lucha y que hoy veo sentados en veredas opuestas, rota la
confianza.
Vlad, Diego, Bubi, Verox, Juanjo y tantos otros
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No estoy de acuerdo con ninguna expulsión.
Ni tampoco estoy de acuerdo con la frase que expresa cuando habla de
"hacer cumplir los estatutos que no son  papel pintado: son la ley que
rige la vida de esta asociación"

No son los estatutos quienes deben regir la vida del
movimiento/asociación/organización. Es el contrato social, surgido, 
establecido por nosotros "personas" que formamos parte, quien regula esta
vida. Y este contrato social es válido en tanto y en cuanto, las personas
sigamos adhiriendo al mismo. Por tanto, no es inmutable. No importa (o no
debería importar) demasiado la ley positiva -estatutos-, sino los acuerdos
que las partes, las personas que forman el
movimiento/asociación/organización alcancemos hoy y en el futuro.
Es función de los estatutos cumplir exigencias legales, o quizás mediante
los mecanismos previstos en ellos ordenar en una circunstancia determinada
(como las últimas votaciones) pero no les debemos pleitesía.
Los estatutos deben reflejar los acuerdos surgidos entre las personas. Y
si estos acuerdos cambian, entonces deberemos cambiar los estatutos y no
expulsar personas para cumplir con los estatutos.

En este "pequeño mundo" del software libre, de nuestro SoLAr
(movimiento/asociación/organización), todos son importantes:
sea quien aporta una línea de código, quien "solo habla" recomendando a un
amigo  eliminar el "innombrable" para instalar un lindo pingüino, quien se
sienta a pensar, filosofar y escribir y publicar en nuestro sitio, aquel
que usa día a día el software libre programado por otros, el gurú (porque
tiene barba y una túnica) y el aprendiz de gurú (le falta la túnica aunque
tiene barba) que hace una distro, aquel que reparte panfletos en la
universidad, etc.  etc.
No hay mayor o menor merito entre cualquiera de estas personas que forman
SoLAr.

Nos caracteriza y nos ha caracterizado a SoLAr
(movimiento/asociación/organización)  es que sus miembros -personas-
entienden (¿o entendían?) al software libre como un hecho político.

Dicho esto, las  diferencias importantes de opinión, las visiones
contrapuestas sobre lo que es SoLAr o debería ser no es nueva.  Ni tampoco
son nuevos las discusiones, thread interminables, las chicanas, diálogos y
monólogos.

Lo que es nuevo, a mi entender es que se ha agredido (aunque pocos
reconozcan haberlo hecho), y estas agresiones se manifiestan de muchas
formas, pero principalmente al sembrar semillas de duda sobre las
intenciones y motivaciones que mueven al adversario circunstancial.

Y aunque no es que haya nada “ilegal” en dudar de las motivaciones de
alguien, cuando esto se hace con quienes hemos compartido años de lucha, 
la confianza se resquebraja o rompe.
¡Hasta aquí compañer en s, de aquí en mas enemig en s...!

Una regla que me he autoimpuesto con las personas, es confiar. Suponer a
priori que aquellas personas con quienes trato, poseen honestidad
intelectual. Que lo que hace y dice – dice y hace,  es sincero. Aún de
aquellos que juegan a mover los peones (al decir de Juanjo).
Esta confianza, es más grande con quienes se ha compartido años de
militancia, y han estado codo a codo..

Sin embargo, nos encontramos hoy:

a) con muchos compañeros que sienten "bastardeado" o salpicado de mugre su
trabajo y su accionar, diario y de años.
b) quienes están convencidos que existe un plan ¿organizado? para tomar
control de la organización, cerrarla, transformarla para que solamente sea
una ong que busque cambiar para que nada cambie (me permito citar frase
tantas veces repetida por el amigo Roberto)
c) y con quienes realmente desean dañar a SoLAr
(movimiento/asociación/organización). Estos actúan en las sombras. Lo han
venido haciendo desde el inicio. Aves de rapiña que huelen a muerte.


Tanto en a como b, hay quienes,  sienten rota  la confianza. Algunos están
lástimados.
Esto es lo más grave y/o triste que observé, y lo que me motivó a escribir.
Es como un papel, si hacemos un bollo y luego lo abrimos, aunque lo
planchemos quedan arrugas. Cuanto más abollado esté, más arrugas.

No existen mecanismos de ninguna naturaleza que permita reconstruir la
confianza. Solo existe un solo camino: perdonar  y volver a confiar.
Es un acto puramente volitivo.  Y cada cual lo hará o no.

Es preciso volver a confiar en que quienes participan -sobre todo aquellos
con quienes ya llevamos años - aún con ídeas diferentes, con visiones
diferentes, son sinceros en su accionar.
Apreciar los aportes que todos hacen, unos con la pluma, y otros con la
espada.

Pero  cuidarnos de los  buitres que acechan y se acercan, con ganas de
hincar el diente.


Aquellas organizaciones (lugs, fsf), cuyos objetivos solo giran alrededor
del software libre, como fin en si mismo, son caducas o camino a serlas
(aunque quizás algunas de estas organizaciones permanecerán como centros
de difusión, capacitación, desarrollo, etc.).
La discusión (Soft propietario vs. soft libre) está cerrada y ganada.
Hoy ya no existen argumentos válidos que puedan sostener de modo alguno la
necesidad o utilidad de software propietario.
Lo que existe y existirá  son lobbies. Intereses. Poder.
Y la necesidad del ejercicio del poder para el bien común y no en función
de intereses particulares.

El software libre, como hecho político, es la punta del iceberg.
Hablamos del ejercicio de la  libertad, hablamos de que existan garantías
(hoy y mañana) para el ejercicio de los derechos humanos, del libre acceso
al conocimiento, su difusión, su aprehensión y apropiación por parte de
quien desee hacerlo.

En un mundo actual y futuro cada vez más virtualizado, transacciones,
comunicación, aprendizaje, etc. (pero cuyas acción es concreta) no alcanza
ni alcanzará con que el software y el hardware sean libres.  Necesitamos
más personas, que entiendan el hardware y software libre como hecho
político, para evitar la cooptación del mismo por parte de minorías
interesadas en manejar el mundo, las sociedades, y las personas a su
antojo.

Saludos

Leonardo

Leonardo F. Bauchwitz




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