[Solar-general] por que hay tan pocos cristianos
Diego Saravia
dsa en unsa.edu.ar
Sab Ene 3 02:25:15 CET 2009
justamente poco espiritu hay que tener para entrar al cielo
pero, quienes cumplen con esto?
Mateo 5,6 y 7
*
El Sermon de la montaña *
*
Bienaventuranzas*
Cuando vio a las multitudes, subió a la ladera de una montaña y se sentó.
Sus discípulos se le acercaron, y tomando él la palabra, comenzó a
enseñarles diciendo:
Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les
pertenece.
Dichosos los que lloran, porque serán consolados.
Dichosos los humildes, porque recibirán la tierra como herencia.
Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Dichosos los compasivos, porque serán tratados con compasión.
Dichosos los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios.
Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque el reino de los
cielos les pertenece.
Dichosos serán ustedes cuando por mi causa la gente los insulte, los persiga
y levante contra ustedes toda clase de calumnias. Alégrense y llénense de
júbilo, porque les espera una gran recompensa en el cielo. Así también
persiguieron a los profetas que los precedieron a ustedes.
*La sal y la luz*
Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿cómo
recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche
y la pisotee.
Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede
esconderse. Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el
contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la
casa.
Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas
obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo.
*
El cumplimiento de la ley*
No piensen que he venido a anular la ley o los profetas; no he venido a
anularlos sino a darles cumplimiento.Les aseguro que mientras existan el
cielo y la tierra, ni una letra ni una tilde de la ley desaparecerán hasta
que todo se haya cumplido.
Todo el que infrinja uno solo de estos mandamientos, por pequeño que sea, y
enseñe a otros a hacer lo mismo, será considerado el más pequeño en el reino
de los cielos; pero el que los practique y enseñe será considerado grande en
el reino de los cielos.
Porque les digo a ustedes, que no van a entrar en el reino de los cielos a
menos que su justicia supere a la de los fariseos y de los maestros de la
ley.
*
El homicidio*
Ustedes han oído que se dijo a sus antepasados: "No mates, y todo el que
mate quedará sujeto al juicio del tribunal."
Pero yo les digo que todo el que se enoje con su hermano quedará sujeto al
juicio del tribunal. Es más, cualquiera que insulte a su hermano quedará
sujeto al juicio del Consejo. Pero cualquiera que lo maldiga quedará sujeto
al juicio del infierno.
Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas
que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí delante del altar.
Ve primero y reconcíliate con tu hermano; luego vuelve y presenta tu
ofrenda.
Si tu adversario te va a denunciar, llega a un acuerdo con él lo más pronto
posible. Hazlo mientras vayan de camino al juzgado, no sea que te entregue
al juez, y el juez al guardia, y te echen en la cárcel.
Te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo.
*
El adulterio*
Ustedes han oído que se dijo: "No cometas adulterio." Pero yo les digo que
cualquiera que mira a una mujer y la codicia ya ha cometido adulterio con
ella en el corazón.
Por tanto, si tu ojo derecho te hace pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale
perder una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él sea arrojado al
infierno.
Y si tu mano derecha te hace pecar, córtatela y arrójala. Más te vale perder
una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él vaya al infierno.
*El divorcio*
Se ha dicho: "El que repudia a su esposa debe darle un certificado de
divorcio."
Pero yo les digo que, excepto en caso de infidelidad conyugal, todo el que
se divorcia de su esposa, la induce a cometer adulterio, y el que se casa
con la divorciada comete adulterio también.
*Los juramentos*
También han oído que se dijo a sus antepasados: "No faltes a tu juramento,
sino cumple con tus promesas al Señor."
Pero yo les digo: No juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el
trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por
Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey.
Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer que ni uno solo de tus
cabellos se vuelva blanco o negro.
Cuando ustedes digan "sí" , que sea realmente sí; y cuando digan "no" , que
sea no. Cualquier cosa de más, proviene del maligno.
*
Ojo por ojo*
Ustedes han oído que se dijo: "Ojo por ojo y diente por diente."
Pero yo les digo: No resistan al que les haga mal. Si alguien te da una
bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra.
Si alguien te pone pleito para quitarte la capa, déjale también la camisa.
Si alguien te obliga a llevarle la carga un kilómetro, llévasela dos.
Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no le vuelvas la
espalda.
*El amor a los enemigos*
Ustedes han oído que se dijo: "Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo."
Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen, para
que sean hijos de su Padre que está en el cielo. Él hace que salga el sol
sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos.
Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa recibirán?
¿Acaso no hacen eso hasta los recaudadores de impuestos?
Y si saludan a sus hermanos solamente, ¿qué de más hacen ustedes? ¿Acaso no
hacen esto hasta los gentiles?
Por tanto, sean perfectos, así como su Padre celestial es perfecto.
*
El dar a los necesitados*
Cuídense de no hacer sus obras de justicia delante de la gente para llamar
la atención. Si actúan así, su Padre que está en el cielo no les dará
ninguna recompensa.
Por eso, cuando des a los necesitados, no lo anuncies al son de trompeta,
como lo hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que la
gente les rinda homenaje. Les aseguro que ellos ya han recibido toda su
recompensa.
Más bien, cuando des a los necesitados, que no se entere tu mano izquierda
de lo que hace la derecha, para que tu limosna sea en secreto. Así tu Padre,
que ve lo que se hace en secreto, te recompensará.
*La oración*
Cuando oren, no sean como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar de
pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los
vea. Les aseguro que ya han obtenido toda su recompensa.
Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora
a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en
secreto, te recompensará.
Y al orar, no hablen sólo por hablar como hacen los *gentiles, porque ellos
se imaginan que serán escuchados por sus muchas palabras.
No sean como ellos, porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes de
que se lo pidan.
Ustedes deben orar así:
"Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan cotidiano.
Perdónanos nuestras deudas,
como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.
Y no nos dejes caer en tentación,
sino líbranos del maligno."
Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su
Padre celestial.
Pero si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a
ustedes las suyas.
*El ayuno*
Cuando ayunen, no pongan cara triste como hacen los hipócritas, que demudan
sus rostros para mostrar que están ayunando. Les aseguro que éstos ya han
obtenido toda su recompensa.
Pero tú, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara para que no sea
evidente ante los demás que estás ayunando, sino sólo ante tu Padre, que
está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te
recompensará.
*Tesoros en el cielo*
No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido
destruyen, y donde los ladrones se meten a robar. Más bien, acumulen para
sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los
ladrones se meten a robar. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también
tu corazón.
El ojo es la lámpara del cuerpo. Por tanto, si tu visión es clara, todo tu
ser disfrutará de la luz.
Pero si tu visión está nublada, todo tu ser estará en oscuridad. Si la luz
que hay en ti es oscuridad, ¡qué densa será esa oscuridad!
Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro,
o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a
Dios y a las riquezas.
*
De nada sirve preocuparse*
Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por
su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el
cuerpo más que la ropa?
Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en
graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes
mucho más que ellas?
¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al
curso de su vida?
¿Y por qué se preocupan por la ropa? Observen cómo crecen los lirios del
campo. No trabajan ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón,
con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos.
Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada
al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, gente de poca fe?
Así que no se preocupen diciendo: "¿Qué comeremos?" o "¿Qué beberemos?" o
"¿Con qué nos vestiremos?"
Porque los paganos andan tras todas estas cosas, y el Padre celestial sabe
que ustedes las necesitan.
Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas
cosas les serán añadidas.
Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios
afanes. Cada día tiene ya sus problemas.
*
El juzgar a los demás*
No juzguen a nadie, para que nadie los juzgue a ustedes.
Porque tal como juzguen se les juzgará, y con la medida que midan a otros,
se les medirá a ustedes.
¿Por qué te fijas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no le das
importancia a la viga que está en el tuyo?
¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Déjame sacarte la astilla del ojo" ,
cuando ahí tienes una viga en el tuyo?
¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás con
claridad para sacar la astilla del ojo de tu hermano.
No den lo sagrado a los *perros, no sea que se vuelvan contra ustedes y los
despedacen; ni echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen.
*Pidan, busquen, llamen*
Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá.
Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra;y al que llama, se
le abre.
¿Quién de ustedes, si su hijo le pide pan, le da una piedra?
¿O si le pide un pescado, le da una serpiente?
Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos,
¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a los que le
pidan!
Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los
traten a ustedes. De hecho, esto es la ley y los profetas.
*La puerta estrecha y la puerta ancha*
Entren por la puerta estrecha. Porque es ancha la puerta y espacioso el
camino que conduce a la destrucción, y muchos entran por ella.
Pero estrecha es la puerta y angosto el camino que conduce a la vida, y son
pocos los que la encuentran.
*El árbol y sus frutos*
Cuídense de los falsos profetas. Vienen a ustedes disfrazados de ovejas,
pero por dentro son lobos feroces.
Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos
de los cardos?
Del mismo modo, todo árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol malo da fruto
malo.
Un árbol bueno no puede dar fruto malo, y un árbol malo no puede dar fruto
bueno.
Todo árbol que no da buen fruto se corta y se arroja al fuego.
Así que por sus frutos los conocerán.
No todo el que me dice: "Señor, Señor" , entrará en el reino de los cielos,
sino sólo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Muchos me dirán en aquel día: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre,
y en tu nombre expulsamos demonios e hicimos muchos milagros?"
Entonces les diré claramente: "Jamás los conocí. ¡Aléjense de mí, hacedores
de maldad!"
*
El prudente y el insensato*
Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como
un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca.
Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron
aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre
la roca.
Pero todo el que me oye estas palabras y no las pone en práctica es como un
hombre insensato que construyó su casa sobre la arena.
Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron
aquella casa, y ésta se derrumbó, y grande fue su ruina
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