[Solar-general] Los daños que provoca la caja boba [OT]

Pablo Manuel Rizzo info en pablorizzo.com
Sab Feb 24 17:41:05 CET 2007


http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/sociedad/3-80808.html

LOS CHICOS EXPUESTOS A LA TV PADECEN MAS PROBLEMAS DE ATENCION

Un estudio publicado por la revista Biologist sostiene que mirar TV
puede dañar a las personas, especialmente a los niños. El problema no
son los contenidos, sino los estímulos que ofrece la pantalla.

Por Pedro Lipcovich

Las técnicas de edición televisiva acostumbran al chico a modalidades
de atención muy cambiantes.

Mirar televisión puede dañar a las personas, especialmente a los
chicos, por efectos fisiológicos que son independientes del contenido
de cada programa. Así lo sostiene un estudio publicado ayer en la
revista especializada británica Biologist. Según el trabajo –que
reseña y comenta 35 estudios ya publicados en revistas científicas–,
el chico que vea televisión antes de los tres años de edad corre más
riesgo de tener problemas para prestar atención cuando, a los seis o
siete años, vaya a la escuela. Esto se vincula con que la pantalla de
la tele ofrece estímulos "más interesantes que los que usualmente
brinda la vida real". Además, las técnicas de edición y presentación
televisivas acostumbrarían al chico a modalidades de atención muy
rápidamente cambiantes, a la vez que intensas. Todo esto vendría a
"corromper el sistema fisiológico de la atención", independientemente
del contenido de los programas. Otros trabajos citados en el artículo
vinculan el exceso de tele en la niñez con dificultades para dormir,
obesidad e incluso con un mayor riesgo de autismo. El trabajo viene a
avalar las indicaciones de la Academia de Pediatría de Estados Unidos:
que los menores de dos años no vean televisión en absoluto y que los
chicos de cualquier edad no tengan tele en su cuarto.

El estudio publicado en Biologist lleva la firma de Aric Sigman,
miembro del Instituto de Biología de Gran Bretaña y de la Sociedad
Psicológica Británica. Comienza por observar que, en Gran Bretaña, una
persona de 75 años ha dedicado a ver tele el equivalente a 12 años,
durante 24 horas por día.

El artículo cita un trabajo que publicó la revista Pediatrics, órgano
de la Academia de Pediatría de Estados Unidos: el estudio, dirigido
por Dimitri Christakis, de la Universidad de Washington, y efectuado
sobre 2623 chicos, encontró que "la exposición a la televisión antes
de los tres años se asocia con problemas en la atención a la edad de
siete años". Estos problemas eran "consistentes con un diagnóstico de
déficit atencional". Según la investigación, "por cada hora promedio
de televisión que un chico mire por día, el riesgo de tener problemas
atencionales se incrementa un nueve por ciento".

Según explica Sigman, "la televisión suscita la denominada 'respuesta
orientativa', por la cual la persona responde al movimiento y a
cambios repentinos en la visión o el sonido. En cuanto a la
televisión, esta respuesta se verifica casi desde el nacimiento: los
bebés giran sus cuellos hasta 180 grados para verla".

El artículo destaca que, cada vez más, la televisión apela a diversas
técnicas como los cortes, cambios de cámara, zooms, "paneos", sonidos
repentinos y diversos recursos de edición que, al activar esa
respuesta orientativa, incrementan la atención del espectador. Un
estudio sobre el ritmo y la edición del popular programa Plaza Sésamo,
a lo largo de 26 años, mostró que la cantidad de esos recursos se
duplicó. "Los programas para chicos requieren, cada vez más,
constantes cambios de atención en sus espectadores, pero no requieren
que ellos presten atención a determinados hechos durante lapsos
prolongados", señala el investigador.

La cuestión es "si este condicionamiento, suscitado por la televisión,
puede relacionarse con ciertos problemas de atención de los chicos en
su ulterior vida escolar" y si "el reciente incremento en desórdenes
de atención en chicos de edad escolar podría ser una reacción a
nuestra moderna cultura de alta velocidad", es decir, ironiza Sigman,
"un déficit de atención cultural".

Es que "la televisión es el medio perfecto para generar fuertes
recompensas por prestar atención a algo. En comparación con el ritmo
en que se desarrolla la vida real, las imágenes en rápido cambio, sus
escenarios, sucesos y sonidos resultan altamente estimulantes e
interesantes. Pocas cosas, en la vida real, se aproximan a ello".
Sigman destaca que esto no se refiere a los contenidos de la
programación: no importa en este caso si las imágenes son sexuales o
violentas o educativas: lo que cuenta son las "técnicas estilísticas"
que la tele utiliza.

De todos modos, el estudio advierte que esos recursos vertiginosos son
más utilizados por la televisión comercial que por la televisión
pública, por ejemplo la BBC: "Una escena típica en un programa para
chicos es 70 por ciento más larga en un programa de la BBC que en uno
de la televisión comercial".

Esas "recompensas", esas retribuciones que ofrece la tele, tendrían un
correlato fisiológico específico y medible: es un neurotrasmisor, la
dopamina. "La liberación de dopamina en el cerebro se asocia con la
recompensa por prestar atención, especialmente a cosas nuevas y
estimulantes." La sobreestimulación generada por la tele incrementaría
los niveles habituales de dopamina, lo cual vendría a "corromper el
sistema fisiológico que recompensa la atención", según Sigman.

En cuanto a los juegos de computadora, "si bien se los considera más
estimulantes que mirar pasivamente un teleteatro, la evidencia muestra
que aun este medio interactivo se asocia con una actividad neurológica
sólo limitada. Un estudio sobre las diferencias en el flujo cerebral
entre chicos jugando con la computadora y chicos haciendo ejercicios
aritméticos muy simples, como la suma de números de un solo dígito,
mostró que los juegos de computadora estimulaban sólo las partes del
cerebro asociadas con la visión y el movimiento, mientras que la suma
aritmética activaba áreas muy diversas".

Según Sigman, "ver televisión, en chicos de menos de tres años, puede
tener efectos nocivos sobre la habilidad matemática y la capacidad y
comprensión en la lectura".

En 1999, la Academia de Pediatría de Estados Unidos recomendó
oficialmente que los chicos por debajo de los dos años de edad no vean
televisión, ni pantallas en general, porque ello "puede afectar
negativamente el desarrollo cerebral temprano"; también advirtió que
los chicos de toda edad no deberían tener televisión en su cuarto.


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Pablo Manuel Rizzo
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