[Solar-general] hoy defender criterios con firmeza es ser fundamentalista

[Diego Saravia]

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noticia=14955

09/05/2005

"Hoy defender criterios con firmeza es ser fundamentalista"

Lo afirmó Enrique Rojas en diálogo con Universia. El psiquiatra español, 
autor de "El hombre light", visitó el país invitado por la Universidad 
Austral. Habló sobre su último libro, "El lenguaje de los deseos"

Ha dicho, entre otras cosas, que "educar es seducir en lo valioso" y que "la 
información es conocimiento de datos; sin embargo, la formación es criterio, 
mejora de la personalidad". Constituye uno de los mayores referentes 
mundiales en cuestiones de pasiones, amores, educación y comportamiento del 
hombre. Es médico, psiquiatra y escritor. Su último libro se refiere a 
quienes no logran conocer el mapa de la afectividad humana.

Enrique Rojas dedica sus días a escribir, pronunciar conferencias, atender en 
consulta y dar clases en la Universidad Complutense de Madrid. Es autor de 
best-sellers como "El hombre light", "Remedios para el desamor" y "El amor 
inteligente". En diálogo con Universia se refirió acerca de la educación de 
la afectividad, de la inteligencia emocional y de la necesidad de prestar 
mayor atención a la formación de la persona por encima de los contenidos 
dentro de la educación universitaria.

Universia: El hombre siempre se ha preguntado acerca del motor del universo y 
ha encontrado respuestas como el poder, el dinero, el conocimiento. Tal vez, 
ninguna de estas sea la razón, quizás sea el amor el fundamento por el cual 
el hombre vive. ¿No buscamos, en última instancia, querer y ser queridos?

Enrique Rojas: Creo que existen diferentes motores: el amor, el dinero, el 
trabajo, el poder, la fama, la gloria, el bienestar. Son muchos, pero el amor 
tiene una parte importante. Y yo creo que debería ser la principal. El tema 
es que, en ciertos casos, el amor puede tornarse en un amor desordenado, un 
amor narcisista que se convierte en negativo porque lo transforma a uno en un 
dios sobre sí mismo, en una idolatría.

De todas maneras, al margen de la posibles desvirtuaciones, ¿podemos afirmar 
que el hombre es un ser afectivo?

Sí, exactamente.

Entonces, siendo el afecto esencial en la existencia humana y considerando la 
educación en el ámbito universitario y su tendencia a la información en 
desmedro de la formación, ¿no debería prestarse más atención a las cuestiones 
afectivas?

Creo que en ese sentido la psicología tiene mucha fuerza, cada vez hay más 
disciplinas que son afrontadas desde un punto de vista psicológico, por 
ejemplo, la psicología del arte, de los negocios, en este sentido, se cubren 
el aspecto afectivo.

¿Puede relacionarse la educación de los afectos con el concepto de 
inteligencia emocional?

Pues claro, hoy se ve un gran desfase entre una inteligencia muy preparada 
para la vida profesional y muy poco preparada para la afectiva.

¿Cómo educar en el afecto en la universidad? ¿En la inteligencia emocional?

Actualmente, existen ciertas actividades como programas dedicados a las 
relaciones humanas, a la inteligencia, a la educación sentimental. Se trata 
de trazar una líneas principales en el mapa afectivo y, luego, intentar 
explicar en qué consiste todo eso, es decir, cómo se expresan los 
sentimientos, qué características tienen, cómo se mejoran.

¿Es el amor lo opuesto a la ciencia?

El amor tiene un conocimiento. Los analfabetos sentimentales aprenden luego 
de grandes fracasos. Yo creo que existe una ciencia del amor que no tiene la 
estructura de un teorema aritmético pero sí tiene mucho fondo, mucho 
conocimiento. Hay una ciencia cierta sobre la psicología del amor.

Gianni Vattimo define el concepto de pensamiento débil como una especie de 
ocaso del pensamiento, de la racionalidad. Si educar es formar, formar 
actitudes, valores, ¿cómo educar con el llamado pensamiento débil?

El pensamiento débil, claro, es un pensamiento permisivo que se relaciona con 
el mundo light ?la manteca sin grasa, el café sin cafeína, el azúcar sin 
glucosa, el hombre sin sustancia? que afirma "haz lo quieras, di lo que 
quieras" y esto conlleva un costo terrible. Entonces, pues, para quienes 
educan ese es el reto. En un mundo tan cambiante por un lado y tan rico por 
otro, se trata de lograr que se mantenga un denominador de fondo, sólido, 
inspirado en valores que no pasan, que son intemporales.

¿Cómo enseñar valores sin ser tildado de fundamentalista?

Hoy, en esta sociedad, a cualquier persona que enseña valores se le pone esa 
etiqueta porque es moda. La moda es así hoy y en diez años será otra. A los 
educadores les digo: deben ir contra la moda, que resbalen esos comentarios 
porque no tienen consistencia. Es una palabra que se ha puesto de moda en el 
ambiente intelectual. Cualquier sujeto que defiende unos criterios con cierta 
firmeza es un fundamentalista.

¿Qué consecuencias positivas tendría la educación en la afectividad dentro de 
la universidad?

Yo creo que sería bueno incorporar una asignatura que se llamara como el 
libro de Flaubert "La educación sentimental", que se educaran los 
sentimientos, que se aprendiera acerca de la afectividad.

¿En cualquier carrera?

Claro. Cuando presenté mi último libro en Madrid, asistió la ministra de 
cultura de España y le comenté esta idea. A ella le pareció excepcional la 
incorporación de una asignatura que pudiera ser opcional llamada "Educación 
de los sentimientos o de la afectividad".

¿Qué consecuencias positivas tendría una formación afectiva dentro del ámbito 
laboral? ¿Constituiría una manera de abordar el tema de la inteligencia 
emocional?

Educar los afectos para el ámbito laboral permitiría gobernarlos, dominarlos, 
saber qué es amar, qué es desear. Sería muy positivo, de hecho, para un 
profesional ? arquitecto, médico, ingeniero ? es una especie de educación a 
sí mismo para ser positivo, claro, motivador, que sepa distribuir tareas, 
cargos, que sepa relacionarse con quienes trabaja, que sea un líder. El 
trabajo es uno de los grandes componentes de las felicidad. Una preparación 
adecuada que culmina en un proyecto profesional es fundamental para alcanzar 
la felicidad.

-- 
Diego Saravia 
dsa en unsa.edu.ar

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Diego Saravia 
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