[Solar-general] es un buen articulo para leer

Felix Zolezzi felix.zolezzi en gmail.com
Jue Mar 24 17:57:42 CET 2005


Contribución al debate sobre el copyright

Los propietarios de la nada 

Carlos Martínez 
Arroba 

Se ha discutido mucho sobre si la llamada "propiedad intelectual"
podía ser considerada como una auténtica propiedad. Los debates
actuales sobre las patentes de software y el canon de la SGAE han
conseguido que participen y sean oídos, no sólo los juristas y
legisladores, sino todos los ciudadanos. Lo que había sido una
polémica para una minoría ha transcendido a todos nosotros cuando
tenemos que pagar un canon – que seguramente ira a parar a algún
artista que viva en Miami - por nuestra copia privada, por leer un
libro en la biblioteca pública o nos amenazan con la cárcel por
utilizar un programa de p2p o para copiar cds.

Para los romanos, creadores del derecho tal y como lo entendemos hoy,
sólo podría ser objeto de propiedad aquello que pudiéramos poseer
físicamente (una finca, un esclavo), los derechos estaban vinculados a
la posesión. La apropiación de las ideas surge con el triunfo del modo
de producción capitalista. Al mismo tiempo que se privatizan los
montes públicos (y las propiedades de la iglesia) mediante la
amortización, se "inventan" y desarrollan las denominadas propiedades
industrial e intelectual, a las que se cataloga como formas
"especiales de propiedad" por las que el uso de determinada técnica se
atribuía sólo al titular inscrito en el registro de la propiedad
intelectual o industrial.
La distinción entre una y otra propiedad radica básicamente en el uso
de ellas. Así la propiedad industrial protege las marcas y las
invenciones con usos industriales, mientras que la intelectual se
ocupa de las obras artísticas, literarias o científicas. En las leyes
españolas y europeas siempre los programas informáticos han sido
considerados como propiedad intelectual. También se diferencian ambas
propiedades en que mientras las industriales se inscriben en el
registro de patentes y marcas, existe otro registro con alcance más
limitado para la propiedad intelectual. Así ha sido hasta ahora, ya
que los grupos de presión formados por las grandes multinacionales del
sector intentan por todos los medios que se legalice las patentes de
software. Estas corporaciones, desde que existen, han presionado a los
estados para que cada vez menos bienes y servicios sean de uso común.
La mercantilización de la cultura no nos puede sorprender, es otra
forma de aumentar la cuenta de resultados de las grandes
corporaciones.
Pero, desde un principio hubo juristas que criticaron la creación de
estas nuevas propiedades. Por una parte, los que partiendo del derecho
romano, entendieron que al ser derechos inmateriales son
inapropiables. Y otros entienden que lo creado por la mente humana
nunca es obra de una sola persona, sino que es fruto de un acervo
cultural y social.
Una de las cosas que nos diferencia del resto del mundo animal, es que
los humanos nacemos con muy pocas conductas programadas genéticamente,
todo lo adquirimos por el proceso de endoculturación. Nada mas nacer,
a los niños nos visten de azul y a las niñas las visten de rosa y les
ponen pendientes, seguidamente ninguno se libra del bautismo. A partir
de ese momento somos una esponja seca que va absorbiendo todos los
conocimientos de nuestro entorno a los que tenemos acceso. Primero,
aprendemos el lenguaje, él que será imprescindible para adquirir el
resto de conocimientos que conformaran nuestro propio saber, según
Noam Chomsky esta facilidad con la que aprendemos el lenguaje sí que
tiene relación con nuestra "programación" genética.
La cultura no es más que la acumulación de saberes trasmitidos de
generación en generación para adaptarnos al medio del que formamos
parte.

La cultura es algo vivo o cambiante, pero en nuestra civilización los
cambios ocurren mucho más rápidos gracias, entre otras cosas, a las
nuevas tecnologías, si lo comparamos con la lenta evolución cultural
de las sociedades prehistóricas. La técnica actual no es más que la
mejora o evolución de otras técnicas anteriores. Nada se inventa de la
nada o "ex-novo", como dirían los juristas. Los grandes inventos son
fruto del trabajo de muchos hombres y mujeres aunque, en ocasiones,
aparece como inventor una persona en concreto que no deja de ser la
cúspide de una pirámide humana y, en la mayoría de las ocasiones, el
que aparece como titular de una patente no es mas que una corporación
multinacional que se ha apropiado del fruto del trabajo de sus
empleados a cambio de un salario. Claro que estos argumentos pueden
utilizarse también a favor, podría decirse ¿que diferencia existe
entre fabricar un automóvil o crear un programa informático? Bueno,
nadie va a negar el derecho a cobrar por realizar un trabajo, pero sí
podemos criticar las situaciones de abuso que el sistema de patentes
esta creando: monopolios y consiguiente unilateralidad en la fijación
de precios, así como que suponen un freno a la innovación.
También, los defensores de las patentes dirán que de esta forma se
fomenta la investigación y desarrollo, ya que se garantiza que durante
un tiempo se se reserva el uso del procedimiento patentado,
financiando así de esta manera la investigación. Pero lo paradójico es
que, a pesar de vivir en economías de mercado, la investigación y
desarrollo dependa, muchas veces, de entidades financiadas con
presupuestos públicos, es decir, financiadas por todos nosotros. Me
estoy refiriendo a las universidades, muchos avances tecnológicos se
desarrollan en estos centros, para ser apropiados seguidamente por
entidades privadas. Además, prácticamente todos los investigadores son
formados en las universidades públicas. No es disparatado creer que
las personas formadas en entidades financiadas a cargo de sociedad
estén en deuda con ella y que, sin perjuicio de ser profesionales bien
pagados, los frutos de su trabajo reviertan en mayor medida al
colectivo social que ha invertido en su formación.
Quizás, lo más grave no sea el aspecto económico, sino la
privatización de las herramientas para comunicación. En la era de las
comunicaciones, estas están en manos de un monopolio llamado
Microsoft, su sistema operativo, navegador, cliente de correo son de
uso mayoritario, creando estándares haciendo complicada la
subsistencia de otros programas. Es como si el castellano o inglés
estuvieran sujetos a patente y la mayoría de la gente los usara gratis
pero "pirateados" y de forma clandestina. Si, realmente, el poder
político tiene un sincero interés en fomentar la sociedad de la
información no lo puede hacer sino desde herramientas de todos
nosotros, es decir, software de código abierto y libre.
No esta nada clara la legitimidad de las propiedades intelectuales e
industriales, por ello las diferentes legislaciones no la reconocen de
un modo absoluto, sino que la sujetan a términos temporales y/o a su
uso efectivo. Cuando leemos o escuchamos a sus defensores parece que
estuviéramos hablando de la propiedad de una finca, no es así en
ningún caso como hemos visto. De todas formas el problema es de tipo
económico, nuestros sueldos no nos alcanzan para, que una vez pagada
la hipoteca, la comida, la luz y el agua, pagar los que nos piden por
la música, los libros, las comunicaciones o el software. La cultura no
debe ser un bien accesible solo para los mas pudientes. Tenemos un
problema los ciudadanos con los "propietarios de la nada". Pues nada
es una idea registrada en un papel.

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