[Solar-general] un articulo sobre Cultura Libre
Martin Olivera
molivera en solar.org.ar
Vie Ene 14 15:47:13 CET 2005
http://www.periodistadigital.com/secciones/tecnologia/object.php?o=41872
Crece la cultura libre
Un espacio bajo el sol
IBM, el mayor poseedor de patentes (y productor de patentes) del mundo, ha
abierto 500 de ellas. Red Hat, por su parte, ya lo había hecho, al igual que
Novell. Algunas empresas informáticas están así creando un espacio libre de
patentes en el corazón de la industria. En el mundo de la ciencia iniciativas
como el proyecto PLoS hacen lo propio, con la reciente adición de Science
Commons. En el mundo de la cultura en general, el equivalente es el movimiento
'copyleft' y su avanzadilla Creative Commons. La cultura, la ciencia y la
tecnología libres están consiguiendo abrirse camino. Con un poco de suerte, y si
las leyes no lo remedian, no toda la cultura será propietaria. Y eso es una gran
noticia, para todos.
Parece abstruso, raro, incluso absurdo. Pero es realmente importante. La
existencia de un espacio de cultura libre nos proporcionará a la sociedad en su
conjunto un muy necesario refugio ante la voracidad recaudadora de la industria
de la propiedad inmaterial. La iniciativa de IBM permitirá a los desarrolladores
de software libre y abierto crear sin temor a ser perseguidos por patentes
ajenas (y en algunos casos, absurdas). El 'copyleft' permitirá a los aficionados
al arte copiar a los maestros sin duda ninguna y a las Girl Scouts cantar
canciones en los fuegos de campamento sin problemas. Las licencias Science
Commons permitirán a los científicos impedir la privatización de partes del
mundo natural; las revistas PLoS abren la ciencia a quien quiera usarla aunque
no pueda pagarla. Y todo esto nos beneficia a todos.
El imparable avance de los derechos de propiedad inmaterial está acorralando a
las sociedades. No pasa un día sin que se publique un nuevo abuso, una nueva
iniciativa para recortar los derechos del consumidor de cultura, un nuevo método
de coartar la libertad del comprador 'manu tecnologica' o de endurecer las leyes
y las penas por incumplirlas. La perversa lógica de la propiedad inmaterial se
impone a la razón y a la conveniencia, e impide a empresas e instituciones usar
la lógica. A veces, hasta se enturbian las aguas más o menos deliberadamente,
para que las pasiones rijan.
Y es que vamos camino del absurdo, visualizado por pioneros como Richard
Stallman, y ampliado por otros creadores de aterradores relatos sobre un futuro
en el que hasta la Biblia es propiedad de alguien y ningún libro puede ser leído
sin autorización del propietario... previo pago.
De ahí la importancia de que nazca y se desarrolle una porción de Cultura Libre.
No hace falta cambiar leyes ni derribar empresas ni modos de trabajo; basta con
abrir puertas a quienes han cambiado su mentalidad. La idea del 'copyleft', el
uso de las leyes de propiedad intelectual para permitir con condiciones la copia
(en lugar de prohibirla sin más) se está extendiendo. Y por donde pasa deja un
espacio de libertad creativa en el que los abogados son bienvenidos, pero no son
necesarios.
Ésta es la clave: necesitamos un trocito de cultura en la que no haga falta
pasar por un bufete de abogados antes de publicar tu código, tus resultados
científicos, tu música o tu libro. Una cultura cerrada y dominada por un puñado
de grandes empresas es mala para todos, creadores, intermediarios culturales y
consumidores. Copyleft significa cultura sin abogados, no cultura gratis; IBM no
se dedica a la caridad, ni tiene por qué hacerlo. Pero a los resultados de IBM
les vienen bien que haya una vigorosa cultura de software libre. Lo mismo se
aplica a los productores de música o los editores de libros. Hace falta un
espacio de libertad creativa. Y está naciendo.
Con cada blog que se acoge a una licencia Creative Commons, con cada músico,
literato o fotógrafo que las usa; con cada artículo que se publica en PLoS
Medicine o PLoS Genetics, y con cada patente que se abre, se crea un refugio
donde la creatividad no podrá ser amenazada por leyes torticeras (o
interpretaciones torticeras de la ley).
Ahora sólo queda que algunos intermediarios culturales que las actuales leyes
imponen a los autores y consumidores (sí, las entidades de gestión colectiva de
derechos) se adapten a las circunstancias. Si hace falta retocar las normas, la
próxima Ley de Propiedad Intelectual podría ser una excelente ocasión de
garantizar un poco de aire a la cultura libre, sin eliminar los derechos de
nadie. Simplemente reconociendo que hay un glorioso puñado de locos que piensan
que regalar es una buena idea en este economía, y quieren que se les permita.
¿Es pedir tanto? ¿Es una amenaza tal?
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