[P2P-es] Licencias libres y abiertas para resguardar las obras y mantenerlas dentro del común

Domingo Lechon domingo.lechon en gmail.com
Mar Mayo 21 22:56:13 CEST 2013


Licencias libres y abiertas para resguardar las obras y mantenerlas dentro
del común<http://sursiendo.com/blog/2013/05/licencias-libres-y-abiertas-para-resguardar-las-obras-y-mantenerlas-dentro-del-comun/>

*Leer primera parte: La muerte del autor como fundamento de una cultura
libre<http://sursiendo.com/blog/2013/05/la-muerte-del-autor-como-fundamento-de-la-cultura-libre/>
*

Si aquello de “lo tuyo es mío y lo mío es mío” no suena lógico ¿por qué
defender a rajatabla los derechos de autor y la propiedad intelectual?
Así, para
Nina Paley <http://sursiendo.com/blog/2013/04/que-es-el-contenido-libre/>*“Los
artistas no son ‘propietarios’ de la cultura, pero sí que somos
propietarios de nuestros nombres (atribución)”*.

Como decíamos anteriormente<http://sursiendo.com/blog/2013/05/la-muerte-del-autor-como-fundamento-de-la-cultura-libre/>lo
que el movimiento de la Cultura Libre enarbola no es la muerte del
autor
en el sentido de no-importa-quien-lo-haya-hecho *sino en el sentido actual
de cercamiento*. Las creaciones no pueden ser *propiedad* de alguien. Han
sido aprehendidas, mezcladas y vomitadas por alguien, sí, pero eso no nos
hace *dueñæs* de esas creaciones. Se nos puede reconocer el mérito del
cóctel elaborado pero resulta irrisorio ir más allá de eso.

Es por eso que desde siempre ha habido una abierta circulación de
conocimientos (incluidos los *científicos*) y creaciones, solo que desde la
aparición de Internet este hecho se potencia aún más. Con la era digital
regresó la sensación de que compartir conocimiento es posible, fácil y está
bien. Entonces hay que cercenar esa sensación y las industrias, hoy
férreamente establecidas, usarán todos los medios a su disposición para
ello.

Sin embargo si ya desde hace un largo siglo las creaciones (culturales en
este caso) han ido abriéndose a la idea de que *necesitan* de un *otro
espectador* para completarse, hoy esa idea está omnipresente. Si alguna vez
las artes buscaron un espectador pasivo que las consumiese *hoy esos mismos
consumidores se han transformado, a veces sin darse cuenta, en prosumidores*,
es decir productores-consumidores. *Los roles se hibridan, las obras se
hibridan. Las fronteras se traspasan.* Hoy toda acción puede ser replicada,
aumentada o mezclada usando los contextos digitales y analógicos dentro de
los cuales los seres humanos nos movemos. Porque (todavía) pertenecemos a
ambos mundos y porque ahora sin lugar a dudas, muchas cosas se producen en
red.

Mediante diversos
artilugios<http://biblioweb.sindominio.net/telematica/aris-pi.html>“se
busca otorgar la ‘propiedad privada’ en las obras que realizan los
autores, ya que se conceptualiza como un esfuerzo humano para obtener
‘algo’, lo cual hace adquirir un poder moral para controlar ese ‘algo’,
convirtiéndolo así en exclusivo”. Ese *contrato* de exclusividad ya suena
vetusto y sin embargo se sigue queriéndolo hacer valer en tiempos en los
que la abundancia vuelve a estar presente. Nos venden *gato por liebre*.
Nos *quieren hacer pasar como bienes escasos aquellos bienes que son
abundantes*.

Existe un error muy habitual que intenta equiparar bienes materiales con
bienes inmateriales. Desde Nodo50
comentan<http://info.nodo50.org/IMG/article_PDF/Capitalismo-y-propiedad.pdf>que
“la producción y el comercio de productos culturales difiere
totalmente
del de los bienes materiales de la época industrial, porque -entre otras
grandes diferencias- se da la reducción casi a cero del coste de
reproducción” por lo tanto* “la propiedad intelectual y los derechos de
autor responden a la relación entre el capitalismo y el trabajo entendida
desde la óptica de las industrias culturales”*.

Desde los movimientos por la Cultura Libre no se ignoran los derechos del
autor sino que busca reconocerlos tanto como se reconoce la necesidad de
que *esa producción retorne al común* para ser utilizada por otras
personas. No se está en contra de la autoría pero sí de la propiedad.
Regresando a la tesis de Bianca
Racioppe<http://www.articaonline.com/wp-content/uploads/2012/11/Tesis-Bianca-Racioppe.pdf>diríamos
que “partimos de entender que los bienes intelectuales tienen un
carácter común, pertenecen a la(s) comunidad(es). Sin embargo, una vez que
esos bienes se expresan en obras intelectuales se establecen restricciones
y regulaciones”. Encontrar mecanismos para que regresen al común habla de
la circularidad de un ciclo que permitiría volver a empezar.

Cuando se habla de la muerte del autor se habla de la desaparición de
ese *genio
solitario creativo* para reconciliarse con la producción social de
sentidos. Encadenado a esto encontramos el asunto de los contenidos. Otra
vez la buena de Nina Paley hecha luz sobre el
tema<http://sursiendo.com/blog/2013/04/que-es-el-contenido-libre/>:
“El contenido es un recurso ilimitado. La gente puede hacer ahora copias
perfectas de contenido digital de manera libre, gratis (…) Los contenedores
–objetos tales como libros, DVDs, discos duros, camisetas, figuritas de
personajes, y grabados– no son libres. Son un recurso limitado. Nadie
espera que estos objetos sean libres, y la gente paga voluntariamente un
buen dinero por ellos”.

En todo caso *las licencias podrían servir para tener cierto control sobre
los contenedores, pero no sobre los contenidos*. Frente al “todos los
derechos reservados” hay otras opciones que igualmente *protegen* las obras
a la vez que las comparten. “La creación se defiende compartiéndola” reza
el eslogan de los movimientos por la cultura libre.

En este nos queremos detener y creemos que conviene hacer una somera
explicación de los términos empleados: *Copyright es el cercamiento total
de esas obras*. Del lado opuesto estaría el Dominio
Público<http://sursiendo.com/blog/2013/01/en-el-dia-del-dominio-publico/>que
es la figura legal creada para garantizar que al cabo de una cierta
cantidad de años esas creaciones regresen a ser patrimonio de todæs. Entre
ambos hay un abanico de posibilidades que nacieron de la mano del Copyleft,
y de las cuales quizás las más conocidas sean las licencias Creative
Commons<http://creativecommons.org/>.
Ahora, si bien estas dos últimas entienden los derechos de autor desde su
aspecto moral, hay otros aspectos en los que se diferencian.

El Copyleft surgió de la preocupación del *padre del Software Libre*,
Richard Stallman, por *encontrar una forma de mantener las 4 libertades
fundamentales del código <http://www.gnu.org/philosophy/free-sw.es.html>*:

La libertad de ejecutar el programa para cualquier propósito (libertad 0).

La libertad de estudiar cómo funciona el programa (tener acceso al código
fuente), y cambiarlo para que haga lo que usted quiera (libertad 1).

La libertad de redistribuir copias (libertad 2).

La libertad de mejorar el programa y hacer públicas esas mejoras a los
demás (libertad 3).

El *Copyleft* abarca con en un solo movimiento ajedrezístico dos
cuestiones: *el acceso al conocimiento y la producción cooperativa*. De
este modo toda aquella licencia que no respete estas cuatro libertades no
puede ser considerada libre, aunque sí pueda ser abierta. Retomando a
Racioppe se aclara este punto: “se debe hacer una distinción entre
licencias libres y abiertas. Licencias libres son aquellas que cumplen con
las cuatro libertades que señalaba Stallman, en cambio con las licencias
abiertas los autores permiten ciertos usos de la obra, pero restringen
otros. El Copyleft es una licencia libre; pero no todas las licencias
Creative Commons son libres ya que algunas no permiten usos comerciales u
obras derivadas”. El Copyleft entonces encierra por definición un espacio
más amplio.

Con las licencias* Creative Commons el autor puede elegir qué desea hacer
con su obra*. Es por eso que muchas veces puede pasar que cuando elegimos
una licencia, el sistema nos alerta de que esa combinación no es *libre*;
sin embargo incluso hasta la más *cerrada* de las licencias CC
(Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada o by-nc-nd) sigue siendo
abierta.

Lo que vuelve a ponerse en juego es el tema del *control* que deseamos
ejercer sobre nuestras *creaciones*. *Al elegir usar licencias libres y
abiertas lo que sucede es que son læs propiæs autoræs quienes se
responsabilizan de la gestión de sus obras.* Ya no se delega, como sucede
con el Copyright, sino que se asume el día a día de su trabajo más allá del
proceso y de la obra *terminada* o, como gustan decir algunos, se
retoma el control
de los medios de
producción/circulación<http://info.nodo50.org/Entre-Kropotkin-y-Marx-el.html>
.

La ratificación del Convenio de Berna finales del S.XIX aceptada por la gran
mayoría de los Estados<http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Berne_Convention.png>sostiene
que
*el reconocimiento de autoría de una obra se produce en el mismo instante
de su nacimiento*, sea sobre el soporte que sea (incluido una humilde hoja
de servilleta). Entonces, lo que queda demostrado es que el hecho de
registrar una obra tiene más que ver con poner un manto de control sobre
los usos de esas obras que sobre el propio reconocimiento.

Por tanto lo que está en crisis en la actualidad no es la producción de
obra, sino solo el cobro por las copias o reproducciones. Nos gusten o no
las manifestaciones culturales con las que nos encontramos a diario, lo
cierto es que *este es uno de los momentos de mayor proliferación de
cultura de la historia*.

En este sentido creer que registrar una obra en Copyright nos
*asegura*vivir de nuestras creaciones sería como mínimo, desconocer
cómo funciona el
sistema. Lo único que logramos con esto es impedirle a otros *consumidores*o
*colegas* acceder a ello. Para Nina
Paley<http://partidopirata.com.ar/2013/03/11/baixa-cultura-hagan-arte-no-leyes-entrevista-con-nina-paley/>“Las
protecciones anticopia colocan una barrera entre el artista y la
mayoría de las formas de apoyo. Al remover las barreras del copyright, el
artista hace posible el cobrar – tanto directamente como por medio de
distribuidores – dinero y de otros tipos de apoyo, aumentando así sus
chances de éxito (…) Copyright es un ‘derecho de excluir’, no un derecho de
ganar dinero. Sos libre de ganar dinero sin copyright y, además de eso, tus
chances son mucho mayores”. *Estas licencias no benefician a los creadores
sino que amedrentan la convivencia, resecan los ríos del conocimiento y
complican la innovación al tiempo que los únicos beneficiados son las
corporaciones y los abogados que las defienden.* Paley va incluso más lejos
y llama a læs creadoræs a elegir licencias CC con atribuciones comerciales
y sostiene que la forma de asegurarse que ninguna de las grandes empresa se
aprovechará de tu trabajo es eligiendo el modo
SA-ShareAlike-CompartirIgual. Es que a las compañías eso de andar
compartiendo no les sienta nada bien.

*Las licencias libres y abiertas permiten multiplicar las posibilidades de
negocio además de devolver al común lo que es del común, aquello que de lo
que me he asido para poder crear.* Y finalmente permiten relajar un poco
esa idea de que *necesitamos tener el control* sobre los que hacemos. La
mejor forma de darnos a conocer es dejando que nuestras obras circulen por
aquí y por allí, es decir, perdiendo el control sobre ellas. La calidad del
contenido que hayamos generado e Internet se encargarán de lo demás.
Mientras tanto podemos acudir a becas, crowdfunding, trabajos privados,
eventos, talleres o cualquier-otro-modo que encontremos para vivir de
nuestras creaciones sin pretender exprimir una misma creación al máximo (es
decir, obtener sólo regalías por ella). Eso implica además tener que estar
en permanente movimiento para realizar producciones nuevas y diferentes a
las anteriores; relacionarnos con otros, intercambiar ideas, generar
debates… *Si decimos que lo que nos interesa es hacer arte ¿por qué negarse
a hacerlo para solo vivir de ello?*

Vivir del arte no es un problema que tengan solo quienes trabajan por la
Cultura Libre. Es un problema inscripto en un espacio más general, más
sistémico. Elegir el camino del cercamiento solo alimenta a ese sistema (y
perjudica a nuestros pares). *Con las licencias libres y abiertas se busca
nutrir el caudal de conocimiento generado, no hacer altruismo.* Contribuir
a ese sistema cultural y social del que somos parte y sin el cual no
podríamos ser y hacer.



*@SurSiendo* <https://twitter.com/SurSiendo>
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