[Musix-usuarios] POR FAVOR, PIRATEEN MIS CANCIONES
Marcos Guglielmetti
marcospcmusica en gmail.com
Jue Jun 26 14:29:28 CEST 2008
http://www.criticadigital.com/impresa/index.php?secc=nota&nid=6829
copio sólo un segmento
"POR FAVOR, PIRATEEN MIS CANCIONES. Los músicos la tienen mucho más
clara. Los de la punta de la pirámide alzan su voz indignada contra
estos seres de parche en el ojo y pata de palo, sin reparar en el
detalle de que son sus propios seguidores a quienes insultan. Pero
los de la ancha base del mundo musical, aquellos que no han sido
(aún) bendecidos por las mieles del éxito masivo, saben que su
negocio consiste en que mucha gente los escuche, no en vender más
discos que les significan, con suerte, unos pocos centavos. Un músico
español, Nacho Escolar, publicó un texto ya convertido en manifiesto,
su título es revelador: “Por favor, pirateen mis canciones”. Sabe que
su chance de sobrevivir con su arte consiste en que más gente vaya a
sus conciertos, da lo mismo que sus fans se enamoren de su música con
copias legales o piratas.
En la Argentina, quienes dos décadas antes del P2P sabían mucho de
esto eran los Redondos: en la misma disquería donde comprabas la
entrada a sus recitales, te vendían el casete “pirata” tomado
directamente de la consola, multiplicando el público y generando una
mística que no ha tenido otra banda del rock vernáculo. Cuando más
tarde lanzaron sus discos “no piratas”, también entendieron antes que
nadie de qué se trataba, y vestían el disco compacto con una obra de
arte de Rocambole. No tener el disco original equivalía a tenerlo
incompleto, nadie quería una copia despojada del arte de tapa.
Más lejos de estas pampas pero más cerca de estos días, el grupo
británico Radioheads lanzó su disco In rainbows sin el auxilio de una
discográfica; lo puso en un sitio de internet al alcance de
cualquiera y al costo de una contribución voluntaria. La banda nada
ha dicho acerca de la recaudación final, pero nadie duda que ha sido
varias veces mayor que el mejor contrato que podían obtener de la
industria. (Nota al margen: el tiempo pasa para todos. El Indio
Solari, en ocasión de la salida de su último disco, se ha quejado de
quienes lo copian y le “roban su propiedad intelectual”. Curiosa
frase que no le hace justicia a su propia historia. También ha
comentado el éxito de In rainbows. Su discurso, otrora sofisticado y
profundo, hoy quejosa y superficial letanía, no ha ido más allá
del “acá no funcionaría porque son todos chorros”.)
SOFTWARE LIBRE NOT DEAD. El negocio de la música no es lo único que ha
sido afectado por las nuevas tecnologías y por esta moda de sumar
restricciones. También todo aquello susceptible de ser contenido por
un soporte digital: el conocimiento, la información y cada expresión
particular de la técnica cultural de nuestra era, el software. Sin
embargo, las reacciones se multiplican y organizan: el software libre
cumple más de veinte años y es una amenaza real a los monopolios de
la información, la Wikipedia ya no es una aventura alocada y se ha
convertido en la mayor colección de información y conocimiento de la
historia de la humanidad; surgen alternativas al rígido y obsoleto
sistema de “todos los derechos reservados”, como Creative Commons,
que flexibilizan, amplían y personalizan los permisos que el autor le
concede al usuario o consumidor de su obra.
¿Cuál será el camino? ¿Aumentar restricciones de utilización y copia o
tomar en cuenta los nuevos usos socialmente difundidos y aceptados
respecto de la distribución de estos bienes? ¿Construir un sistema de
vigilancia inédito para perseguir a quienes evaden esas restricciones
o aprovechar las novedosas tecnologías para garantizar acceso
universal al conocimiento y a la cultura? ¿Generar escasez (y por
ende, oportunidad de negocios) mediante el recorte artificial de
bienes abundantes o buscar nuevos negocios en el entorno tecnológico
del siglo XXI (y no del siglo XVII)? ¿Estará amenazada la cultura
debido al intercambio sin control, o el verdadero peligro estará en
el intento de impedir re-utilizarla (o re-crearla o simplemente
compartirla)? Quién sabe: quizás juegue también en esto la concepción
que tenga cada quién del arte y de las ciencias. Hay quienes ven el
desarrollo de las artes y del conocimiento como un fenómeno impulsado
por el genio e inspiración individual de artistas y científicos, y
quienes lo ven como un fenómeno social en necesario e intenso diálogo
con la historia y con la época. O quizás el debate sea menos
sofisticado y sólo estemos discutiendo quién se queda con la porción
grande de la torta.
Sobre números y catástrofes industriales
Las cámaras del sector lanzan cada tanto gacetillas de prensa con
cifras que visten la catástrofe. CAPIF suele mencionar los millones
que pierde el sector. Debe notarse que el cálculo de pérdidas se
realiza suponiendo que cada canción descargada de internet equivale a
un álbum que deja de venderse. Se trata de una hipótesis al menos
aventurada: un estudio de la Universidad de Carolina del Norte que
puede conseguirse en internet (“The effect of file sharing in record
sales”) indica que el efecto del intercambio de archivos mediante
redes P2P es “indistinguible de cero”. Incluso sugiere exactamente lo
contrario al clamor de la industria: muchos discos no hubieran sido
comprados si quienes se acercaron a las disquerías no lo hubieran
escuchado previamente gracias al uso de redes P2P.
Los argumentos de las discográficas
¿Qué dicen las entidades gestoras de derechos de autor en la
Argentina? La Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y
Videogramas (CAPIF), representa la voz pública más activa en la
denominada “lucha contra la piratería”. Periódicamente realiza una
serie de presentaciones judiciales contra personas que son detectadas
intercambiando archivos y da profusa difusión a los acuerdos
extrajudiciales alcanzados, si bien no se conoce hasta el día de hoy
que algún juez haya dictado sentencia.
Dice CAPIF:
“CAPIF desarrolla una acción constante contra la piratería de música
con el propósito de que la creatividad artística, el esfuerzo de
producción y la inversión sean posibles y exista una industria
argentina de la música. 1 de cada 2 discos que se venden en Argentina
es pirata. En los últimos 6 años, la venta de discos legales cayó a
la mitad. Se redujeron fuentes de trabajo genuino. El Estado pierde
ingresos porque la piratería no paga impuestos. Los autores,
compositores e intérpretes no cobran regalías por sus creaciones
musicales vendidas en forma ilegal.”
En el mismo sitio se encuentra el informe del mercado de la música
durante el año 2007. Entre otras cifras destacadas, se observa que la
industria ha crecido al 9,6% anual. No parece un mal índice para
estar viviendo en semejante zozobra.
* El autor es presidente de Wikimedia Argentina y autor del blog
Señales de Humo (www.patriciolorente.com.ar)."
Más información sobre la lista de distribución Musix-usuarios