[Musix-usuarios] [Off-Topic] Peligros del copyright en la era digital

Lucas Godoy godoy.lucas en gmail.com
Vie Jun 15 16:01:50 CEST 2007


Hace unos meses, el director de una pequeña escuela de un pueblo de los
Urales fue noticia en todo el mundo. En el 2005 su escuela invirtió en 16
ordenadores para iniciar a sus alumnos en la era digital. Estos ordenadores
llegaron con el software de Microsoft preinstalado aunque aparentemente
algunos no disponían de licencia. Por ello ha sido juzgado por piratería y
se ha enfrentado a una pena de hasta cinco años en Siberia y 266.000 rublos
(unos 8.000 euros) de multa.
Esta historia debe leerse en un doble contexto. Por un lado, dada su
inminente entrada en la Organización Mundial del Comercio (OMC), Rusia
quiere demostrar que se toma en serio la aplicación de las leyes
antipiratería cuando se estima que el 83% de los usuarios en este país no
disponen de licencia. Por otro lado, Microsoft lanza una advertencia al
mundo: copiar software sin licencia es ilegal y arriesgado.

Si analizamos más a fondo esta historia, surgen de inmediato cuatro
cuestiones clave sobre la ley del copyright o derechos de autor en la era
digital, así como sobre el uso de software propietario en las escuelas. Por
software propietario se entiende cualquier programa informático con
limitaciones de uso, estudio o mejora. En concreto, el software propietario
no suele dar acceso al código fuente y, por lo tanto, no permite ser
estudiado ni mejorado.

Primero: ¿qué estamos enseñando en la escuela?, ¿por qué enseñamos a
nuestros hijos a utilizar el ordenador exclusivamente con el software de
Microsoft? Tal situación de monopolio, a escala mundial y fomentada desde
las escuelas, no tiene precedente. Del mismo modo que no se enseña a pintar
con colores de una única marca, tendríamos que exigir que no se enseñe a
usar el ordenador y acceder a internet con las herramientas de un solo
proveedor.

La segunda pregunta que nos plantea esta historia es: ¿dada esta situación,
quién puede pagarse la entrada a la era digital? Este profesor, con un
sueldo aproximado de 150 euros, y su escuela, con un presupuesto acorde,
posiblemente no. Pagar por el software en la era digital es como pagar para
poder hablar. En un contexto de monopolio por parte de un software
propietario, esto implica que sólo los ricos pueden, una vez más, hablar.
Una gran parte del mundo queda, pues, excluida de este privilegio. Esto
resulta todavía más paradójico si tenemos en cuenta que el coste para
reproducir el software se ha reducido prácticamente a cero.

La tercera pregunta que es importante hacerse es: ¿quién es responsable o
quién está detrás de la aplicación de la ley del copyright? Nuestra historia
es, en este sentido, paradigmática. Por un lado, Gorbachov escribió una
carta a Bill Gates pidiendo clemencia hacia el pobre director y Putin salió
en defensa de los consumidores indefensos. Por otro, Microsoft respondió que
ellos no tienen nada que ver con la aplicación de las leyes antipiratería.
Más allá de declaraciones publicitarias, esta situación nos enseña que
debemos tener cuidado con las leyes que creamos. Porque a través de
determinadas leyes podemos llegar a construir un mundo sin verdugos
aparentes (aunque obviamente, en este caso, estaban detrás la ley y el
sistema judicial ruso, la OMC y con ella las grandes corporaciones como
Microsoft) pero sí víctimas.

Cuarto y último: ¿es la violación del copyright un crimen? Su penalización
implica criminalizar a la mayoría de la población, puesto que, de hecho,
muchos de nosotros hemos descargado alguna vez fotos, vídeos, música o
software protegidos por copyright.

Dejando de lado las cuestiones prácticas, hay una cuestión de principio: el
copyright impide el copiar y compartir. Penalizar el copiar y compartir
implica, en el fondo, compartimentar y limitar el conocimiento. Sólo
adquiriendo los conocimientos de otros, podemos llegar a crear nuevas ideas.
Si prohibimos el copiar y compartir, limitamos, por tanto, el saber e
inventar. De estas cuatro preguntas se desprende que el software, como
muchos otros instrumentos del saber y del comunicar, debería ser por
definición libre. Libre quiere decir libre de usar, estudiar, copiar y
mejorar. Ésta es, de hecho, la alternativa que representa el software libre.
Lejos de ser una quimera, el software libre ofrece ya todas las aplicaciones
necesarias, de ofimática y sistemas de gestión empresarial a aplicaciones
educativas, para poder trabajar y participar en la era digital.

Pero que nadie se equivoque: el software libre no es software de
beneficencia. Hay mucha gente que gana dinero con él, pero no vendiendo
productos sino servicios. Bajo la filosofía del software libre los programas
son ofrecidos libremente, pero para crearlos, adaptarlos o mejorarlos se
necesita tiempo y especialistas. Este tipo de economía, que favorece por
definición a la pequeña empresa local, se enfrenta a la resistencia de las
grandes empresas multinacionales y con ellas de la OMC.

Volviendo a la historia con la que empezábamos este artículo, el juez ha
acabado absolviendo al profesor y el Gobierno ruso ha pagado los 8.000 euros
para cubrir las licencias de software. Pero la pregunta es: ¿qué va a hacer
este profesor cuando tenga que renovar sus ordenadores? O ¿qué van a hacer
sus estudiantes con lo aprendido? ¿Invertirán varios sueldos en una
licencia, dejarán de usar ordenadores por no poder pagarla, copiarán y
usarán ilícitamente el software propietario o se lanzarán al software
libre?El tiempo dirá. Depende
de nosotros que todo el mundo pueda participar en la era digital sin
necesidad de convertirse en infractor o criminal.

[Nota original en http://www.lavanguardia.es/lv24h/20070614/51362095777.html
]

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Lucas Godoy
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