[Solar-general] [OT] Cambio Climático. Estado del miedo. Ayer fueron las brujas. ¿Mañana los escépticos?

Martin plateado.info en gmail.com
Sab Nov 6 16:25:15 CET 2010


El día 6 de noviembre de 2010 12:05, Nicolás Reynolds
<fauno en kiwwwi.com.ar> escribió:
>
> El 06/11/10 11:41, Martín Cigorraga dijo:
>> @fernando haha xD
>>
> Momento, cuáles son los intereses para desbancar el cambio climático y
> cuáles para mantenerlo? se pusieron a pensar en eso?
>
> El primero es mantenido por el (iba a decir progreso) sin límites al menor costo
> privado posible, es decir, contaminación barata para todos.
>
> Y el otro qué? Bueno, no seamos maniqueos tampoco, pero por lo menos
> remontemos el nivel de conversación. (O declaro este hilo condenado al
> fracaso)
>

Aca tenes bastantes respuestas, no se trata de una dicotomia boba, se
trata de un MERCADO, pero claro, muchos opinan sin antes tomarse el
trabajo de investigar


El negocio del CO2

El negocio del CO2.- Por Ludovic Delory (trad. libre de María
Blessing)(Vía Vincent Bénard)

Reducir las emisiones de CO2: ese es el ambicioso desafío para los
participantes en la conferencia de Copenhague. Hace ya algunos años
que los especialistas del clima señalan con el dedo ese  gas inodoro e
invisible responsable, según ellos, del calentamiento de las
temperaturas de la superficie terrestre.

Recientemente el CO2 también se ha situado en medio de las disputas
financieras. El mercado del CO2 se ha desarrollado a una velocidad
astronómica en los últimos años. ¿La razón? Es el principio de “el que
contamina, paga”. Los estados o las empresas que contaminen por encima
de una determinada cuota (fijada normalmente por los poderes públicos)
compran derechos de contaminar en el mercado de carbono que funciona
como una bolsa de valores. Las empresas más limpias, a cambio, podrán
revender sus excedentes. En Europa, el mercado de emisiones de CO2
existe desde el año 2005.

Pero, hay que tener en cuenta que todo mercado genera especulación.
Muy rápidamente, hemos asistido a uniones de otro modo improbables
entre multinacionales financieras y pequeñas empresas generadoras de
créditos de carbono. Y así vemos que la banca americana Goldman&Sachs
ha invertido en Blue Source, una sociedad especializada en la captura
de CO2. Para muchas PYMES, la aportación de estos fondos ha permitido
financiar proyectos ecológicos en países en vías de desarrollo.
Bionersis, pequeña sociedad francesa especializada en el tratamiento
de residuos en América Latina colabora desde hace tiempo con EDF
Trading. Es un juego en el que ambos ganan.

Pero la bolsa del carbono también genera innumerables efectos
perversos. Los que creen ingenuamente que el sistema va a contribuir a
la reducción global de los gases de efecto sierra lo tienen claro. Al
revés. Los grandes contaminadores no se ocultan para dar la vuelta al
sistema y hacer que funcione a su favor. Gracias a un grupo de presión
con suficiente empuje, ArcelorMittal ha podido comprar en el año 2008
permisos de emisión para más de 85 millones de toneladas, mientras que
ha emitido 64,7 millones. Hagan los números: el número uno de la
siderurgia mundial ha terminado el año con un “bono contaminador
extra” de 20 millones de toneladas de CO2. Para que se hagan una idea,
una tonelada de CO2 es lo que contamina un europeo medio cada mes. El
Sunday Times estima que ArcelorMIttal ha obtenido una plusvalía de un
billón de libras esterlinas (es decir, un billón , 100 millones y
400.000 euros en total) en los últimos cuatro años. Un enorme regalo
de los poderes públicos, legal a todos los efectos, a uno de los más
grandes contaminadores mundiales.

La pregunta del millón: ¿quién paga la factura al final? Una pista:
las principales compradoras de “permisos del carbono” son las
centrales térmicas alimentadas con energía fósil…

Después de algunos años experimentando, el mercado del carbono aparece
como un negocio muy jugoso para las multinacionales que ejercen
presión sobre los poderes públicos. ¿Amenaza de deslocalización versus
subida de las cuotas? Es el eterno debate entre lo social y el
desarrollo económico. En cualquier caso, el consumidor pagará la
factura de una forma o de otra, vía un aumento discreto de los precios
de la energía, o a través de un impuesto sobre el carbono.

Uno de los objetivos de Copenhague es fijar el precio mundial de las
emisiones de carbono. Pero ¿quién se pregunta acerca de la oportunidad
de hacer perenne este sistema de bolsa que no incentiva a las empresas
más contaminantes a cambiar de actitud?¿Quién se pregunta
verdaderamente acerca de la toxicidad del CO2, ese gas no
contaminante? Al Gore, que está a punto de convertirse en el primer
billonario del carbono gracias a sus participaciones en el mercado de
Chicago, ha declarado recientemente que el CO2 de origen humano nos es
responsable nada más que del 40% del calentamiento de la Tierra. La
noticia ha pasado casi inadvertida. No hay que echar las campanas al
vuelo en Copenhague.


Martin Uanini • Córdoba • Argentina
Tel. 0351 155 99 44 96

plateado.info en gmail.com

http://twitter.com/estudioplateado



Más información sobre la lista de distribución Solar-general