[Solar-general] Sobre verdad, ciencia y conocimiento

Diego Saravia dsa en unsa.edu.ar
Lun Mayo 23 14:13:40 CEST 2011


yo muevo la perilla de la luz y esta se apaga, esta es la pura verdad


El día 23 de mayo de 2011 09:02, Pablo Manuel Rizzo
<info en pablorizzo.com> escribió:
> Rodolfo Gaeta, filósofo de la ciencia
>
> ¿Qué es lo que existe?
>
> En medio de la indudable y demasiado lenta decadencia de las teorías
> posmodernas que cuestionaron (infructuosamente) la validez del
> conocimiento científico, la filosofía de la ciencia, un área algo
> relegada en el campo intelectual, puede decir mucho no sólo sobre la
> ciencia, sino sobre la visión del mundo. Rodolfo Gaeta se ocupa de
> señalar algunos de los puntos principales.
>
> Por Leonardo Moledo
>
>
> –Usted se dedica a la filosofía de la ciencia.
>
> –Y particularmente a un problema muy importante dentro de la filosofía
> de la ciencia, que es el del realismo y el anti-realismo científico.
> Veamos qué es esto. Las teorías generalmente postulan la existencia de
> ciertas entidades (como por ejemplo los átomos, las moléculas, las
> clases sociales). Hay un debate entre realistas y antirrealistas, que
> si bien tiene muchos matices puede sintetizarse en dos problemas
> principales: el problema de la verdad y el problema de la existencia
> de las entidades teóricas.
>
> –A ver...
>
> –El problema de la verdad está vinculado con la imposibilidad que
> pareceríamos tener de llegar a formular teorías que sean verdaderas y
> que sepamos que sean verdaderas. Aun suponiendo, entonces, que
> podríamos llegar a postular teorías que son verdaderas, se presenta el
> problema de cómo sabemos que esas teorías son verdaderas (si habla de
> aspectos de la realidad que no son directamente accesibles, por
> ejemplo). Este es uno de los problemas. Por eso algunos autores
> plantean que el objetivo de la ciencia no debe ser procurar la verdad
> sino procurar modelos que se adecuen a la experiencia. Larry Laudan,
> por ejemplo, propone como criterio plantearse en qué medida una teoría
> resuelve problemas (prácticos o teóricos), es decir, propone un
> criterio pragmático.
>
> –Ian Hacking, en cierta medida, comparte eso.
>
> –Pero va más allá, porque supone que si esas entidades pueden
> manipularse, entonces existen. Yo personalmente no comparto, pero ya
> hablaremos de eso. Estábamos con el tema de la verdad: los no
> realistas plantean que el objetivo de la ciencia puede ser otro que no
> sea la verdad. La otra vertiente es la de las entidades teóricas y
> está vinculado con el problema de la verdad: si no consideramos que lo
> importante en una teoría es la verdad, entonces no podemos dar el paso
> para afirmar que las entidades de esa teoría existen en la realidad.
> Si la teoría de Newton no la tomo como una descripción de la realidad
> sino como un instrumento de predicción, la fuerza de gravedad no es
> más que una manera de hablar. Tal vez convenga, para volver a
> ubicarnos en el problema realismo-antirrealismo, repasar dos
> argumentos contrapuestos. Uno sería el argumento más convincente que
> pueden tener los realistas, y el otro, el más convincente que pueden
> tener los antirrealistas. El primer argumento, el de los realistas,
> responde casi al sentido común: si yo tengo unas teorías científicas y
> esas teorías me permiten hacer predicciones adecuadas e intervenir en
> la realidad modificándola, sería el mejor argumento para pensar que la
> teoría no es meramente un modelo adecuado sino una teoría verdadera.
>
> –Pero con el modelo ptolemaico se podía hacer todo eso, y sin embargo
> no era verdadero.
>
> –Al argumento que le comentaba se lo podría llamar el argumento del no
> milagro: si las teorías no fueran verdaderas, su éxito sería una
> especie de milagro, de pura casualidad. Pero justamente aparece aquí
> el contraejemplo de Ptolomeo, con una teoría que tuvo un éxito
> magnífico y sin embargo era falsa. Larry Laudan elabora una larga
> lista de teorías que fueron exitosas pero falsas, y dice que esta
> lista podría extenderse ad nauseam. El argumento no realista,
> entonces, sería: si prácticamente todas las teorías hasta el momento,
> aun las más exitosas, después han sido consideradas falsas, ¿por qué
> vamos a tener la soberbia de pensar que nuestras actuales teorías son
> verdaderas? Este argumento invita a pensar que nuestras presentes
> teorías, y las que vengan posteriormente, están llamadas a ser
> consideradas falsas en algún momento. Este argumento (llamado “de la
> meta-inducción pesimista”) no supone que las teorías son un avance
> hacia la verdad sino que son directamente falsas. Desde esta postura,
> no hay aproximación a la verdad.
>
> –Y cuando hablamos de los términos teóricos de las ciencias sociales
> se pone todo más difícil, ¿no?
>
> –Bueno, yo no conozco ningún método para medir la complejidad de los
> objetos de estudio, pero creo que nadie que se adentre en algo tan
> complejo como un organismo viviente esté dispuesto a aceptar que los
> objetos de las ciencias sociales son más complejos. Muchas veces
> conocemos mejor la conducta humana que la conducta física.
>
> –Yo creo que una estrella es mucho más simple que las clases sociales.
>
> –Yo no estoy tan seguro.
>
> –Hay modelos muy simples para la estrella...
>
> –Que haya modelos simples es otra cosa. Siempre los modelos
> simplifican la realidad. El propio Newton, por ejemplo, plantea un
> modelo que funciona bastante bien pero que no puede tener en cuenta la
> influencia mutua de todos los planetas. Para eso se tiene que manejar
> con la relación entre dos objetos y dejar de lado todo lo demás. Por
> eso mismo se terminaron descubriendo otros planetas que alteraban el
> funcionamiento de los que ya se conocían. Predecir con exactitud qué
> va a pasar con el movimiento de un planeta es imposible. Por eso le
> digo que no veo que el problema tenga una diferencia fundamental entre
> las ciencias naturales y las sociales. En ambos casos hay objetos muy
> complejos. Después de todo, el concepto de clase social es un concepto
> teórico, así como lo es el de átomo.
>
> –¿Y cuando se fotografía un átomo, por ejemplo? ¿Cómo se puede negar
> su existencia?
>
> –Ahí hay otro problema: la fotografía presupone la teoría de la
> óptica. Yo no puedo tomar en cuenta el resultado de una fotografía si
> no acepto las teorías físicas que tienen que ver con el funcionamiento
> del aparato. Lo que pasa es que a nosotros nos engañan ejemplos muy
> simples: si yo fotografío un automóvil, puedo comparar la foto con el
> auto y darme cuenta de que son idénticos. Pero si yo uso un
> microscopio para fotografiar, ahí tengo que suponer que el microscopio
> no deforma... Hay aquí una cosa muy interesante. Al tratar de
> determinar cómo se transmitían los rasgos físicos a la descendencia,
> surgió la teoría del homúnculo, que suponía que adentro del óvulo o
> del espermatozoide había un pequeño hombre ya perfectamente formado.
> Esta teoría vino después de la invención de los primeros microscopios,
> pero muchos creyeron ver al ser humano pequeñito a través del
> microscopio.
>
> –Veían lo que querían ver.
>
> –Claro. Ahora yo tengo que confiar en la teoría del microscopio
> electrónico para poder aceptar que la fotografía corresponde a la
> realidad empírica.
>
> –¿Y usted cómo se define? Yo, por ejemplo, soy realista lunes,
> miércoles y viernes; antirrealista martes, jueves y sábado, y el
> domingo no pienso en esas cosas.
>
> –Yo tiendo a ser antirrealista con respecto a las ciencias naturales y
> sociales: no tengo ninguna garantía razonable de que las
> construcciones teóricas correspondan a la realidad. Pero, sin embargo,
> me veo inclinado a aceptar que sí existen las entidades matemáticas.
> Es lo que se llama platonismo en matemática. El problema es que
> parecería que hay ciertas cuestiones que tienen que ver con la lógica
> y con la matemática que son objetivas, que se nos imponen. Por
> ejemplo: cuando los pitagóricos descubrieron los números irracionales
> se quisieron suicidar todos, pero no pudieron evitar admitir su
> existencia. Eso implica que hay algo así como una independencia de una
> realidad lógica que es inmaterial...
>
> –¿No es mucho decir?
>
> –Hay muchos que piensan así. Matemáticos de la talla de Gödel, sin ir
> más lejos. Gödel descubre que hay una verdad matemática que si bien es
> indemostrable desde la deducción formal a partir de axiomas, es
> innegable, porque lo que dice es que ella misma es indemostrable. Si
> hay una verdad que no es deducida de los axiomas y la tengo que
> reconocer: ¿no me veo forzado a admitir que esa verdad me trasciende?
>
> –Para formular una teoría y ser realista, uno tiene que tener una
> cierta confianza en que hay algún tipo de identidad entre mente y
> mundo, ¿no?
>
> –A mí me parece que ese es más un principio del idealismo que del
> realismo. El idealista, en términos generales, plantea que lo que uno
> conoce es siempre a sí mismo, a su propia producción. El problema que
> usted quiere sugerir es algo que sugirió Putnam (quien está asociado,
> curiosamente, al argumento del no milagro y al de la meta-inducción
> pesimista). Porque Putnam, como usted, se la pasó oscilando toda su
> vida entre el realismo y el anti-realismo. Putnam plantea una posición
> que se conoce con el nombre de “realismo interno”, que está
> emparentada con la innovación filosófica de Kant: la mente y el mundo
> hacen, conjuntamente, la mente y el mundo. Es decir: no hay un mundo
> totalmente independiente de la mente y tampoco el mundo es una pura
> creación de la mente. Carnap, uno de los positivistas lógicos,
> considera que preguntarse por la existencia de los números es un
> pseudo-problema. Para Carnap tiene sentido preguntarse si existe un
> número primo entre 5 y 10, pero preguntarse si existen los números en
> general no tiene sentido. Uno elige un marco conceptual y resuelve
> dentro de ese marco, pero los problemas que están por fuera de ese
> marco son problemas externos. En nuestro grupo de investigación
> estamos atendiendo a las diferentes posiciones que se dan dentro de
> este debate entre realismo y anti-realismo. Una de las posturas
> interesantes que se han planteado es lo que se llama “realismo
> estructural”.
>
> –Que dice...
>
> –Que las teorías científicas lo que captan es la estructura de la
> realidad. Las teorías pueden cambiar, pero lo que se mantiene es la
> estructura. De alguna manera, esto daría continuidad en el desarrollo
> científico. Algunos llegan a afirmar, incluso, que lo único que hay es
> estructura. Lo cual lleva al siguiente contraargumento: una estructura
> es una serie de relaciones; ¿cómo puede haber relaciones si no hay
> relata? De cualquier manera, el concepto de objeto también puede ser
> discutido. Porque uno podría preguntarse qué pasaría con una lengua
> que no tuviera la estructura sujeto-predicado. Según he leído por ahí,
> hay ciertas lenguas que tienen una estructura diferente. Nosotros
> estamos acostumbrados a frases del tipo: “El vaso está sobre la mesa”,
> “El gato está sobre la alfombra”. Pero imaginemos un lenguaje en el
> que solamente hubiera verbos: habría fenómenos pero no objetos.
> Entonces la existencia se plantearía en términos distintos.
>
> –Pero ahí se determina mucho la realidad por el lenguaje.
>
> –Lo que digo es que el conocimiento se tiene que expresar de alguna
> manera. Si yo quiero saber lo que hizo Newton tengo que leer los
> Principia; la manera de objetivar el conocimiento es a través de algún
> tipo de lenguaje. En términos generales, el lenguaje es un vehículo.
> Esto no quiere decir que uno hipostasíe el lenguaje, pero hay que ser
> consciente de que entre medio y referencia hay una relación. Yo
> invitaba a pensar una relación diferente a partir de un lenguaje que
> fuera diferente al lenguaje al que estamos acostumbrados.
>
> –Lo que pasa es que Chomsky, por ejemplo, muestra que la estructura de
> sujeto y predicado está en todas las lenguas del universo, lo cual,
> siguiendo su razonamiento, hablaría a favor de una existencia de los
> objetos. Para lo cual hay además un argumento evolutivo: si yo no creo
> en los objetos, me come el león.
>
> –Ahí hay dos cosas. Una es que apoyarse en una teoría científica para
> fundamentar la ciencia es una opción cuestionable, que se conoce con
> el nombre de “epistemología naturalizada”. Quine, por ejemplo, planteó
> que la mejor manera de dar cuenta de la ciencia es apelar a la propia
> ciencia (en este caso, la Biología). Otros rechazan el argumento por
> ser circular: si yo quiero fundamentar la ciencia apoyándome en
> resultados científicos, sería como querer apoyar la verdad de una
> religión apoyándome en el libro sagrado de esa religión. Ese es un
> debate abierto. La segunda cosa es que aun una teoría equivocada puede
> tener buenos resultados. Esto tiene que ver con una cuestión muy
> simple: infinitas curvas pasan por un conjunto finito de puntos. Es
> decir, para un conjunto finito de observaciones (puntos) hay un
> conjunto infinito de teorías explicativas (líneas). La teoría
> ptolemaica, por ejemplo, construía epiciclos y epiciclos para ir
> ajustándose a la realidad y funcionaba muy bien. Además hay un hecho
> lógico básico: una deducción correcta puede tener premisas falsas y
> conclusión verdadera. Yo puedo estar razonando bien, a partir de
> premisas falsas, y llegar a una conclusión verdadera. No
> necesariamente por llegar a conclusiones verdaderas tengo premisas
> verdaderas. Por ejemplo, puedo decir lo siguiente: si Nostradamus hizo
> una predicción confusa de un ser malvado que vendría en algún momento
> de la historia y que se puede identificar con Hitler y Hitler
> efectivamente existió, entonces Nostradamus adivinaba el futuro. Con
> las teorías científicas pasa lo mismo. La teoría de Ptolomeo era
> aceptada, y con justa razón, porque funcionaba bien. Volviendo al tema
> de lo que decía usted de la evolución: a lo mejor la evolución nos
> hace crear fantasmas que, sin embargo, son útiles. Lo que quiero decir
> es que uno podría tener tranquilamente creencias equivocadas sobre el
> mundo y, sin embargo, tener éxito.
>
> –¿Y por qué usted se dice anti-realista en las ciencias naturales?
>
> –Porque creo que las postulaciones teóricas son muy útiles pero
> conllevan la necesidad de aventurarse más allá de lo necesario. En ese
> sentido, simpatizo con lo que se llama la navaja de Ockham: no
> multiplicar innecesariamente las entidades. Y me refiero no sólo a las
> ciencias naturales sino también a las ciencias sociales. Simpatizo, en
> este sentido, con la postura de Van Fraasen. El dice que el objetivo
> de la ciencia es la búsqueda de teorías empíricamente adecuadas.
>
> –Es, de alguna manera, positivismo.
>
> –Es lo que se llama empirismo constructivo. No niega que las teorías
> científicas puedan ser verdaderas o falsas, lo que dice es que, como
> no podemos saber si son verdaderas o falsas, tenemos que tener como
> objetivo que sean adecuadas empíricamente. Porque la verdad, si viene,
> viene por añadidura.
>
> http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/dialogos/21-168671-2011-05-23.html
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> Pablo Manuel Rizzo
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Diego Saravia
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