[Solar-general] Los Fab Labs democratizan el proceso de produccion

Pablo Manuel Rizzo info en pablorizzo.com
Mar Ene 11 16:45:05 CET 2011


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http://www.ted.com/talks/lang/eng/neil_gershenfeld_on_fab_labs.html

Los Fab Labs democratizan el proceso de producción

Red de fábricas domiciliarias

Neil Gershenfeld, del MIT, es el creador de esta red de talleres cuya
cantidad se duplica año a año. El software es libre.

Por María Ovelar *

Ordenadores conectados a televisores en Sudáfrica o un sistema de
energía solar en India. Todos estos proyectos han nacido en Fab Labs
–apócope de Laboratorios de Fabricación–, una red de talleres que está
democratizando el proceso de producción. Una revolución silenciosa que
en 20 años culminará con una máquina capaz de transformar bits en
átomos. Al menos eso augura el cerebro que hay detrás de los Fab Labs,
Neil Gershenfeld.

Este catedrático del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) es
la viva imagen que la sociedad tiene de un científico; al menos, en
apariencia: gafas, pelo ensortijado y sonrisa traviesa. “Es común
hablar de la revolución digital en telecomunicaciones y en
informática. El teléfono pasó de analógico a digital. Y la informática
digital nos dio ordenadores. Va siendo hora de hablar de la revolución
digital de la fabricación.” Los alumnos de Gershenfeld ya trabajan en
un aparato que transformará el código binario de la informática en
materia. Es el sueño húmedo de la ciencia-ficción: el replicador, esa
máquina que en Star Trek preparaba un té de la nada, está de camino.
Suena futurista, pero teniendo en cuenta que Gershenfeld predijo que
los ordenadores se parecerían a los libros –vaticinó el iPad–, puede
que tengamos que tomarlo en serio.

Los Fab Labs están plantando la semilla del replicador. Son más de
cincuenta en todo el mundo: Afganistán, Colombia, Kenia, España...
“Cada año doblan en número, en 2011 habrá cien’, predice Gershenfeld.
El primero nació en Boston en 2002, financiado por la Fundación
Científica Nacional (Estados Unidos). “La Fundación nos solicitó (al
Center for Bits and Atoms, del MIT) que comunicáramos el resultado de
nuestra investigación. Esos resultados eran un conjunto de
herramientas (programas y máquinas) con el que se puede construir casi
cualquier cosa. Se nos ocurrió que para comunicarlo, lo mejor que
podíamos hacer era cederlas”, cuenta en Madrid Gershenfeld tras dar
una charla en unas jornadas organizadas por Bankinter.

Así nació el primer Fab Lab, un taller con un conjunto de herramientas
que permiten fabricar, por ejemplo, una tecnología capaz de rastrear a
las ovejas en Noruega. Los laboratorios se expandieron como la
pólvora. “No había un plan para crear una red mundial. Los Fab Labs
surgen de forma espontánea porque son necesarios, pero no hay nadie al
mando”, cuenta Gershenfeld. La fiebre Fab Lab contagió a España: hace
ocho años Barcelona abrió el primero, el segundo está en Benasque, el
tercero en Madrid y el cuarto en Sevilla.

La varita mágica que materializa los proyectos no es barata: incluye,
entre otros instrumentos, una cortadora láser, una cortadora por
control numérico, otra de vinilo; una máquina de fresado por control
numérico y una impresora 3D. “Cuesta más de 50.000 dólares, a los que
hay que sumar 10.000 para materiales y otros 10.000 para acondicionar
el edificio del taller”, detalla Gershenfeld. Demasiado caro para
montar uno en el garaje. “Es el paso previo al replicador. En 20 años
las máquinas, el material, el software y el duro trabajo que se hace
en un Fab Lab, se simplificará y abaratará. Crearemos una máquina con
la que fabricaremos cosas en casa.” Gershenfeld tira de analogía:
Internet necesitó una habitación llena de ordenadores para funcionar,
hoy lo hace en el móvil.

La financiación de los Fab Labs varía: pública, empresas (el de Madrid
ha arrancado con el dinero de Absolut Vodka), donaciones...
No hay secretos

“La idea es crear una plataforma comercial y mundial que los haga
autónomos”, explica este físico. Los Fab Labs son, según Gershenfeld,
una respuesta a la crisis. “La mayoría de los grandes negocios
surgieron en épocas de recesión. El mercado actual se basa en inventar
un producto y en producirlo en una fábrica. Nuestra filosofía es otra.
Se trata de producir bajo demanda en laboratorios locales,
independientemente de dónde se haya diseñado el producto.” Un modelo
de negocio que se sustenta en el código abierto y la transparencia:
“No hay secretos, los Fab Labs comparten sus proyectos. El software es
de código abierto, para que el usuario pueda llevarse una copia a casa
y aprender”. Sobre las patentes, Gershenfeld razona: “No tenemos
reglas sobre la propiedad intelectual, son inútiles. No protegen, son
para ir a juicio”.

Gershenfeld también es el teórico del Internet de las cosas, cuando
todas ellas tengan una dirección IP y se comuniquen.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/cdigital/31-160203-2011-01-11.html


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Pablo Manuel Rizzo
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