[Solar-general] Maquinas de guerra: Blackwater, Monsanto y Bill Gates

Pablo Manuel Rizzo info en pablorizzo.com
Dom Oct 10 15:27:27 CEST 2010


Máquinas de guerra: Blackwater, Monsanto y Bill Gates

Un reporte de Jeremy Scahill publicado en The Nation (Blackwater’s
Black Ops, 15/9/2010) reveló que el ejército mercenario más grande del
mundo, Blackwater (ahora llamado Xe Services) le vendió servicios
clandestinos de espionaje a la trasnacional Monsanto. Blackwater
cambió de nombre en 2009, luego de hacerse famosa en el mundo por las
denuncias sobre sus abusos en Iraq, incluidas masacres de civiles.
Sigue siendo el mayor contratista privado del Departamento de Estado
de Estados Unidos en servicios de seguridad, es decir para practicar
el terrorismo de Estado dándole al gobierno la posibilidad de negarlo.

Muchos militares y ex oficiales de la CIA trabajan para Blackwater o
alguna de las empresas vinculadas que creó para desviar la atención de
su mala fama y generar más lucros vendiendo sus nefastos servicios
-que van desde información y espionaje hasta infiltración, cabildeo
político y entrenamiento paramilitar- a otros gobiernos, bancos y
empresas trasnacionales. Según Scahill los negocios con trasnacionales
-como Monsanto, Chevron, y gigantes financieros como Barclays y
Deutsche Bank- se canalizan a través de dos empresas que son propiedad
de Erik Prince, dueño de Blackwater: Total Intelligence Solutions y
Terrorism Research Center. Éstas comparten oficiales y directivos de
Blackwater.

Uno de ellos, Cofer Black, conocido por su brutalidad siendo uno de
los directores de la CIA, fue quien hizo contacto con Monsanto en 2008
como directivo de Total Intelligence, concertando el contrato con la
compañía, para espiar e infiltrar a organizaciones de activistas por
los derechos de los animales, contra los transgénicos y otras sucias
actividades del gigante biotecnológico.

Contactado por Scahill, el ejecutivo Kevin Wilson de Monsanto se negó
a hablar, pero posteriormente confirmó a The Nation que habían
contratado a Total Intelligence en 2008 y 2009, según Monsanto
solamente para hacer seguimiento de información pública de sus
opositores. Dijo además, que Total Intelligence era una entidad
totalmente separada de Blackwater.

Sin embargo, Scahill cuenta con copias de los correos electrónicos de
Cofer Black posteriores a la reunión con Wilson de Monsanto, donde les
explica a otros ex agentes de la CIA, usando sus direcciones
electrónicas de Blackwater, que la discusión con Wilson fue que Total
Intelligence se convertiría en el brazo de inteligencia de Monsanto,
espiando activistas y otras acciones, incluido que nuestra gente se
integre legalmente a esos grupos. Monsanto pagó a Total Intelligence
127 mil dólares en 2008 y 105 mil dólares en 2009.

No asombra que una empresa de ciencias de la muerte como Monsanto, que
se ha dedicado desde sus orígenes a producir tóxicos y desparramar
venenos, desde el Agente Naranja hasta los PCB (policlorobifenilos),
agrotóxicos, hormonas y semillas transgénicas, se asocie con otra
empresa de matones.

Casi al mismo tiempo que la publicación de este artículo en The
Nation, la Vía Campesina denunció la compra de 500 mil acciones de
Monsanto, por más de 23 millones de dólares por la Fundación Bill y
Melinda Gates, que con esto se terminó de sacar su careta de
filantrópica. Otra asociación que no sorprende.

Se trata de un casamiento entre los dos monopolios más brutales de la
historia del industrialismo: Bill Gates controla más de 90 por ciento
del mercado de programas patentados de computación y Monsanto cerca de
90 por ciento del mercado mundial de semillas transgénicas y la
mayoría del mercado global de semillas comerciales. No existen en
ningún otro rubro industrial monopolios tan vastos, cuya propia
existencia es una negación del cacareado principio de competencia de
mercado del capitalismo. Tanto Gates como Monsanto son muy agresivos
en la defensa de sus mal habidos monopolios.

Aunque Bill Gates intente decir que la Fundación no está ligada a sus
actividades comerciales, todo lo que ésta hace demuestra lo contrario:
gran parte de sus donaciones terminan favoreciendo las inversiones
comerciales del magnate, además de que en realidad no dona nada, sino
que en lugar de pagar impuestos a las arcas públicas, invierte sus
ganancias donde le favorezca económicamente, incluida como propaganda
de sus supuestas buenas intenciones. Por el contrario, sus donaciones
financian proyectos tan destructivos como la geoingeniería o la
sustitución de medicinas naturales y comunitarias por medicamentos
patentados de alta tecnología en las zonas más pobres del mundo. Qué
coincidencia, el ex secretario de Salud Julio Frenk y Ernesto Zedillo
son consejeros de la Fundación.

Al igual que Monsanto, Gates se dedica también a tratar de destruir la
agricultura campesina en todo el planeta, principalmente a través de
la llamada Alianza para una Revolución Verde en África (AGRA). Ésta
funciona como caballo de Troya para despojar a los campesinos
africanos pobres de sus semillas tradicionales, sustituyéndolas por
semillas de las empresas primero, y finalmente por transgénicos. Para
ello, la Fundación contrató en 2006, justamente a Robert Horsch, un
director de Monsanto. Ahora Gates, venteando mayores ganancias, se fue
directo a la fuente.

Blackwater, Monsanto y Gates son tres caras de la misma figura: la
máquina de guerra contra el planeta y la mayoría de la gente que lo
habita, sean campesinos y campesinas, indígenas, comunidades locales,
gente que quiere compartir información y conocimientos o cualquier
otro que no quiera estar en la égida de lucro y destrucción del
capitalismo.

*Investigadora del Grupo ETC

Silvia Ribeiro*
Tomado de La Jornada
http://www.jornada.unam.mx/2010/10/09/index.php?section=opinion&article=024a1eco

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