[Solar-general] Crece la militancia por el software libre

Martín Olivera martin.olivera en gmail.com
Mar Oct 20 20:15:02 CEST 2009


Nota en Critica digital:

http://www.criticadigital.com/index.php?secc=nota&nid=31456

una observacion, a la funcionaria de Via Libre nunca se le cae una minima
mencion a nada que hga solar (por ej Querido candidato), jejej bueno, ya
sabemos con quienes contamos o no

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El Partido Pirata llega a las grandes ligas de la política global. La
organización que busca el libre intercambio de archivos y acotar los
derechos de autor en internet logró sentar en el Europarlamento a Christian
Engström, un sueco que cosechó 215 mil votos en su país. Con 50 mil
afiliados, se multiplica en Europa, Estados Unidos y la Argentina, donde hay
proyectos para implementar software libre en la administración pública y
diversas iniciativas para que se desprocese a los “piratas” domésticos.

“Los partidos existentes han fracasado en la tarea de desarrollar políticas
sensatas para la naciente sociedad de la información. En vez de aprovechar
las fantásticas posibilidades de internet, quieren usar la nueva tecnología
para crear un Estado de vigilancia en el que el gobierno tenga más control
sobre la vida cotidiana de los ciudadanos”, resumió Engström ante el diario
*El País*. Su partido se gestó cuando Suecia aprobó leyes que buscaban
controlar la información en la red. El creador, Rickard Falkvinge, advirtió
que “ningún gobierno puede llegar a decretar que cada pieza de comunicación
privada, y más aún en el futuro, es ilegal”.

El flamante diputado ejemplificó la situación con el caso de la industria
musical, donde antes “la gente compraba discos y la mayoría del dinero iba a
parar a las compañías discográficas”. Pero ahora la venta de discos cayó a
la mitad y el usuario tiene más plata disponible, que “gasta en acudir a
grandes conciertos o a escuchar bandas en un pub. Y todo esto es fantástico
para los artistas, porque el típico acuerdo de un (convenio) directo es
repartir al 50% los beneficios entre los artistas y los gestores”. Engström
sabe que el intercambio “quizá está perjudicando a las discográficas, pero
es absolutamente fantástico para los artistas” y es 100% pragmático: “La
gente sólo paga si se le ofrece algo por lo que esté dispuesta a pagar. Y,
hoy en día, la copia masiva es un hecho”. Su partido busca acotar los
derechos de copyright a cinco años y pide que sea totalmente legal el
intercambio de archivos sin finalidad comercial.

Aunque todavía están lejos de la formalización partidaria, los piratas
también se organizan en la Argentina. Su sección porteña tiene 50 miembros y
ya trabaja contra el canon digital, un proyecto de Daniel Filmus. Eduardo
González, secretario general del partido, dijo a la revista Veintitrés que
esa iniciativa “implicaría un aumento en el precio de cualquier dispositivo
digital capaz de grabar, almacenar o reproducir”. También mencionó un
proyecto de la CAPIF para sancionar una ley que implica la formación de un
organismo de control a la descarga de material desde internet. A la tercera
advertencia que recibe el descargador compulsivo, se le corta el servicio.
González desconfía de los partidos tradicionales y explicitó sus espantos en
el sitio Realpolitik: “Si el PRO es un partido que me habla de la república,
el ARI me habla de que somos iguales y el justicialismo me habla de
justicia, yo prefiero ser todo lo contrario”.

Beatriz Busaniche, secretaria de la Fundación Vía Libre, cree que “el auge
del Partido Pirata está en parte montado a una estrategia de marketing”,
pero también reconoce que “si esto lleva a la opinión pública una lucha que
organizaciones como la nuestra tienen hace muchos años, bienvenido sea”. Esa
lucha tiene un enemigo común, la ley 11.723, “una de las más represivas en
cuanto a distribución de cultura, donde cualquiera que alguna vez haya
bajado una canción es un delincuente”. Para ella, la norma parte de una idea
errónea: la libertad de compartir cultura es la excepción, no la regla. Es
que “sólo contempla modos de apropiación privados, donde no hay excepciones
educativas (la única situación que exime el pago de regalías a Sadaic es un
acto escolar) y pone en riesgo el trabajo documental en bibliotecas.
Digitalizar es copiar, en consecuencia, un delito”.

La revista Rolling Stone reveló el año pasado que casi cien usuarios
argentinos ya recibieron cartas documento de hasta 12 mil pesos por bajar y
compartir música online. Entre los casos de persecución injustificada,
Busaniche cita el de un grupo de alumnos de Filosofía y Letras que debieron
bajar de la web una biblioteca de apuntes y el embargo de 40 mil pesos a
Horacio Potel, un profesor de filosofía que publicó textos –casi imposibles
de conseguir en la Argentina– de Jacques Derrida y Martin Heidegger.

Sin embargo, la funcionaria de Vía Libre es optimista y asegura que muchos
legisladores están a favor del software libre en el Estado, con proyectos
presentados por los legisladores Eduardo Macaluse y Martín Hourest. Y en su
reciente visita a la Argentina, Richard Stallman –el mayor referente mundial
del movimiento de software libre– se reunió con Pino Solanas. Fiel a su
retórica, Solanas confiesa “una enorme simpatía por el movimiento y la cuña
que pudo meter en el corazón imperial” y adelanta la posición que defenderá
en el nuevo Congreso: “Lo que está en la red está en la red. Hay que
democratizar las autopistas informáticas. La propiedad privada sobre la
cultura y el conocimiento me parece atroz”.
-- 
opino en http://blog.martinolivera.com.ar
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