[Solar-general] [Por un País Libre de "funcionarios" y "empresarios" Coimeros.] Ruben Blades ...

el.detallista alejandrorfb en gmail.com
Mie Nov 18 06:13:45 CET 2009


El viernes 13 de este mes el diario Clarín publicó una nota, por
duplicado, a Rubén Blades, que copio completa, en la que el músico se
despacha contra los dinosaurios (==discográficas) por que dice que como
es mayor de 60 años ya no es tenido en cuenta por las grandes
discográficas porque ya es demasiado viejo para los estereotipos de las
discográficas, lo que cobra mucha importancia siendo que ahora CAPIF y
AADI están impulsando .
Fuente:
http://www.clarin.com/diario/2009/11/13/espectaculos/c-02039520.htm y
http://www.clarin.com/diario/2009/11/13/um/m-02039482.htm MUSICA Rubén
Blades: "Vengo a ocupar mi espacio" Después de cinco años, volvió a la
música. Estuvo dedicado a la función pública de la que, dice, salió con
deudas que aspira pagar con los conciertos en vivo. Critica a las
compañías discográficas: su último disco, "Cantares del subdesarrollo",
lo sacó por Internet. El martes actúa en el estadio Luna Park.
Por: Gaspar Zimerman

Hace cinco años, Rubén Blades anunciaba que abría un paréntesis en la
música y la actuación para asumir como ministro de Turismo de Panamá.
Pocos creyeron que cumpliría, pero así fue: salvo por algunos
conciertos vinculados a la promoción turística de su país, nada se supo
artísticamente de él hasta julio pasado, cuando concluyó su mandato.
Entonces publicó en Internet su nuevo disco, Cantares del subdesarrollo
y, un poco a su pesar, emprendió la gira Todos vuelven con su antiguo
grupo, los Seis del Solar. "Las giras -dice desde Los Angeles- no me
gustan: no hay tiempo para nada. Me da una gran satisfacción el
contacto con la gente en los shows, pero son tres horas de placer
versus 21 horas de enredos. Pasa que necesito ganar plata, y esta es mi
actividad. Generalmente, cuando salen del gobierno los políticos
compran: yo estoy vendiendo mi casa y mi carro. Mi gran problema es la
liquidez".

¿Cómo fue volver a la música?
Tengo distintas facetas, por eso se concilia que haya estudiado Derecho
y haya escrito Pedro Navaja:son dos vocaciones distintas. Eso sí:
cuando fui a hacer el trabajo público, nada de canto, cine ni giras.
Nada: en mi casa no había ni guitarra. Me dediqué exclusivamente al
trabajo. No le dije que no a la música, le dije que sí al país.
Pareciera difícil mantener la disciplina en cosas que son excluyentes,
pero yo pude.

¿Qué aprendiste como ministro?
Generalmente la gente sale del gobierno decepcionada, amargada. Yo, al
contrario, salí convencido de que se pueden lograr cambios a través de
la política. Y me alegro, porque si no la alternativa son las armas.
Claro que se necesita tener apoyo estatal: la administración pública se
tiene que mover como una mano, no como una pila de dedos. Nosotros por
momentos llegamos a formar la mano, por eso salí satisfecho. Además,
fue una experiencia importante en lo personal, porque hace tiempo que
sentía una contradicción obvia, la misma de todos los que cantan
canciones sociales. Pablo Pueblo la escribí en el '67 y a los diez
años, con los discos Metiendo mano y Siembra, empecé a saber lo que era
el éxito económico. Y se creó esa contradicción: había salido de la
condición de Pablo y estaba haciendo plata cantando sobre él. Para ser
coherente, decidí salir a la calle a cambiar las cosas, con
responsabilidad social. En el '90 formé el partido Papa Egoro y en
el '94 me postulé para presidente, pero fui muy estúpido: no entendí
que para ser político tienes que meterte 24 horas al día en eso. Por
eso ahora nadie en Panamá pensaba que me iba a quedar estos cinco años
en la función pública. Esto me ha hecho mejor persona: tengo una
paciencia que no te puedo explicar. Lo que más me agrada es que me gané
el derecho a hablar. Por cinco años dejé de ser egoísta. Y salí del
gobierno con deudas que no tenía.

¿Hay posibilidades de que vuelvas a postularte para presidente?
Tengo claro que con la política se pueden cambiar las cosas, pero no sé
si existe la voluntad popular de elegirme a mí. Y no voy a postularme
sólo por una cuestión de ego, para perder. Pero no descarto nada,
veremos cómo está la gente en los próximos tres, cuatro años.

La política, por lo menos en la Argentina, está desprestigiada. ¿No
afectó tu imagen artística?
No, al contrario: me respetan más ahora que antes. Eso me enternece
mucho. La gente sabe que hay una coherencia entre lo que escribo y lo
que hago, ve que terminé la función pública y vuelvo a mi música, y
sabe lo que significó para mí profesionalmente hablando: en cinco años,
no tener discos ni películas es la muerte. Ahora regreso y vengo a
ocupar mi espacio, un espacio que nadie me estuvo guardando.

¿Cómo lo estás recuperando?
Con calidad, seriedad y enfoque. Al principio, la gente y los muchachos
de mi banda estaban preocupados. "A este se la habrá ido la voz",
pensaban. Porque es un músculo: si no lo usas, lo pierdes. Pero me
escucharon y vieron que lo mantuve. Y tengo la energía para hacer un
show de dos horas. Ahora la gente le pone más atención a la letra que
nunca. Y aprendí algo: se paran enfrente de ti con una vaina en la mano
que parece una vela y es el teléfono. Te están filmando el show
completo y enseguida está en Youtube. Como tú hagas un show de mierda o
te la des de divo, te jodiste. Por lo demás, en el escenario están los
mismos de siempre: Serrat, Sabina, Gieco...

No ves una renovación.
Hay artistas nuevos, pero las compañías no los impulsan. Antes había
una oportunidad para que lo no comercial pudiera existir. Ahora lo
único que permite esa originalidad es Internet, pero el problema es que
es tan grande que no sabes a quién buscar. Hay gente buena pero
pareciera que no, porque las compañías de discos buscan las formulitas
del tipo bien parecido, etcétera.

¿Por eso la decisión de publicar tu disco en Internet?
Te soy franco: a nadie le interesó. No tengo distribuidor porque a
nadie le importa un carajo distribuir mi disco. Ellos quieren ser
dueños de las cosas, y yo digo que no. Pero sólo los piratas están
vendiendo discos; las compañías no.

¿Tu música ya no es vista como un negocio viable?
No, porque tengo 61 años. Pero estos tipos no saben qué pasa en la
calle, ignoran que hay un público pendiente de lo que hacemos.

Sabina, que tiene 60, confesó que está sin inspiración. ¿Vos sentís
cierta fatiga compositiva, después de tantos años de carrera?
Es cierto: llega un momento en que no tienes más nada para decir, y eso
no tiene nada de malo. Pero a mí no me pasa. Al haber estado cinco años
fuera, me he renovado. Las canciones que he estado escribiendo en este
tiempo están conectadas; toda mi obra está conectada. Mis 200 y pico de
canciones están amarradas, y eso me alegra.

En tu página decís que la muerte de Mercedes Sosa te hizo pensar en tu
propia mortalidad. ¿Te preocupa?
A esta edad se empiezan a ir los amigos, la gente que admiras, los que
fueron tus héroes. Cuando llegas a los 60, no lo puedes creer.
Pero ¿cuál es la alternativa a ponerse viejo? Morirse. Y yo no me
quiero morir, así que bienvenida la vejez. A los 61 años, tú sabes que
tienes más pasado que futuro. Entonces tienes que ordenar tu tiempo, si
es que quieres hacer cosas. Y yo todavía tengo mucho por hacer.

Dios del Olimpo

Mariano del Mazo

Si hubiese que definir un Olimpo de la canción social latinoamericana,
esa que esquivó el panfleto y que logró con trazos económicos conmover
desde la belleza más que desde la denuncia, no podrían faltar Yupanqui,
Violeta Parra, Chico Buarque, Zitarrosa, Silvio Rodríguez... y Blades.
Hace tiempo García Márquez dijo que hubiese tirado toda su obra a la
basura a cambio de haber creado una canción popular con la tensión y
nivel de Pedro Navaja. Pero Blades excede el relato perfecto de Pedro
Navaja (un relato que en su precisión y crescendo sólo es comparable a
Construcción, de Buarque). Su obra se atomiza a partir de los 90 y
abarca con lucidez temas más existenciales. Durante y después lo
consumió la política e, inevitablemente, resintió lo artístico. Ahora,
tal vez tarde, va en busca del tiempo perdido.

Un disco con espiritu casero.

La página web de Rubén Blades (rubenblades.com) es una caja de
sorpresas. Entre otras curiosidades, ahí puede verse el SDRB (Show de
Rubén Blades), donde el cantante opina de todo: desde música y política
hasta la actualidad de la selección argentina. Ahí también se puede
bajar (pagando) su último disco, Cantares del subdesarrollo. Dedicado
espiritualmente al pueblo de Puerto Rico, y musicalmente al cubano (por
sus aportes musicales y haber sobrevivido "al bloqueo imperialista y a
la dictadura marxista sin perder su esencia solidaria, humor, amor y
esperanza"), fue empezado antes de que Blades asumiera como ministro y
terminado después, con las mismas canciones de entonces. Grabado en el
garaje de la casa de Blades en Los Angeles, tiene un espíritu casero y
barrial, interpretado por una barra de amigos entonados. "Es una
producción tan básica como la vida en nuestros barrios populares",
escribe Blades. Son diez canciones políticas, costumbristas, románticas
y hasta religiosas, siempre con el toque genial de Blades para la
descripción de personajes y situaciones.


--
Publicado por el.detallista para Por un País Libre de "funcionarios"
y "empresarios" Coimeros. el 11/18/2009 02:10:00 AM
------------ próxima parte ------------
Se ha borrado un adjunto en formato HTML...
URL: /pipermail/solar-general/attachments/20091117/d3ef9514/attachment.htm


Más información sobre la lista de distribución Solar-general