Re: [Solar-general] La Nación contra el canon

Alejandro René Fernández Blanco alejandrorfb en gmail.com
Jue Mar 12 00:00:57 CET 2009


El día 11 de marzo de 2009 3:33, marcos <marcos en ovejafm.com> escribió:
> El Lunes, 9 de Marzo de 2009 18:38, Sebastian Bassi escribió:
>> En un articulo sorprendente, La Nación cuestiona la necesidad del canon.
>> http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1106981&pid=5983972&toi=6380
>
> No es sorprendente, va a tono con lo que opina Fundación Vía Libre
>
> El canon debe existir para desarrollar la creación artística y científica, no
> para los intermediarios (las grandes industrias discográficas, editoriales de
> libros y la industria del cine)
>
> SOLAR debería apoyar un cano de ese estilo, no el de Filmus.
>
> Vía Libre= La Nación (en este caso)
>
¿Y el "diario K" Página/12?

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/2-9168-2008-02-10.html
espectaculos

Domingo, 10 de Febrero de 2008

LA POLEMICA POR EL CANON A LOS APARATOS DIGITALES QUE SE QUIERE
IMPLEMENTAR EN LA ARGENTINA
Un impuesto que puede desatar la guerra

El canon aplicado a la fabricación y venta de “productos que permiten
almacenar, grabar y reproducir música e imagen” para compensar las
pérdidas ocasionadas por la piratería ya se aplica en veinte países.
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 Por Facundo García

¿Robarías un auto? ¿Robarías una cartera? ¿Castigarías el bolsillo de
todos los consumidores de un país para financiar la obsolescencia de
tu negocio? Entre esas tres preguntas, la que huele peor es la última,
lo que no ha impedido que algunos ya estén trabajando para aplicar en
la Argentina el famoso “canon digital”. El asunto es más o menos así:
Fulano Mengánez va a comprar un CD, DVD, o cualquier tecnocachivache
con MP3. El vendedor le dice que tuvo que subir el precio. Mengánez
piensa que lo quieren estafar porque tiene cara de gil, entonces toma
coraje y pregunta por qué. El interrogante queda flotando como un
globo de historieta. Dos segundos después, el tipo del mostrador le
explica que de ahora en adelante la fabricación y venta de los
productos que permiten almacenar canciones, películas o libros estará
sujeta a una tasa creada para “compensar” las pérdidas que tienen las
empresas y los artistas a causa de las copias privadas, tengan éstas
fines personales –como en el caso del videíto que Mengánez pensaba
regalarle a su novia para San Valentín–, o comerciales –como sucede
con la piratería–. “Ma sí. Dame lo que salga menos plata”, se resigna
el cliente, con un enojo que no lo exime de su ya descripta pinta de
salame. Parece una obra de teatro grotesco, pero a veces parece que
las corporaciones imaginaran así a los argentinos. Sin embargo, una
reciente ola de discusiones que se desarrolla en Internet tiene todas
las condiciones para empezar a demolerles ese estereotipo.

Bocetar un mapa de las distintas posturas que aparecieron requiere
contemplar varias aristas; aunque sirve empezar por el principio. Hace
unas semanas que la blogosfera argentina está que arde a partir de una
propuesta que hizo el diputado nacional por el Frente para la Victoria
Claudio Morgado al blog colectivo La Barbarie (Labarbarie.com.ar). El
ex partenaire de Fabián Gianola en TVR invitó a utilizar ese espacio
–donde suelen debatirse temas relacionados con la política– para
intercambiar ideas acerca del mentado canon. Su convocatoria data del
pasado 21 de enero y todavía puede leerse en el site. “La Unión de
Músicos Independientes (www.umiargent na.com) nos acercó un proyecto
de ley que incluye la creación de un Instituto de la Música”,
puntualizó el legislador. “Esa institución tendría como objetivo el
desarrollo y la difusión de la actividad musical en todo el país (...)
y su principal fuente de financiamiento sería un Fondo de Fomento a la
cultura que recibiría fondos provenientes del canon digital (...)
Proponemos comenzar un debate sobre este punto.” El post comentaba
asimismo que muchos de los que están a favor de su implementación
dicen que el “impuesto” a la copia privada surge de la necesidad de
“compensar” los derechos intelectuales de los autores, que se verían
perjudicados por las reproducciones impagas de sus obras. Por
supuesto, algunas trasnacionales ya levantan la manito para que las
sumen a la lista de beneficiarios.

La flamante iniciativa de la UMI nace tras la derogación, en mayo de
2006, de una Ley del Músico que había sido redactada hace medio siglo.
Desde entonces, la Unión cobró considerable fuerza, aunque pocos
esperaban que sus frutos resultaran tan controvertidos. Dejando para
otra instancia los planteos sobre la necesidad o no de un Instituto de
la Música, una catarata de comentarios salió a dar batalla a la
posibilidad del “impuestazo”. La mayoría de los lectores tecleó para
combatir la idea del canon, aprovechando el elevado nivel de análisis
que se alcanzó en España, donde su puesta en funcionamiento hizo que
más de dos millones de ibéricos pidieran su eliminación. De forma
simultánea, se abrió un espacio de reflexión acerca de la capacidad de
los blogs para influir en la agenda pública (ver recuadro). Por
último, hubo internautas que prefirieron dedicarse a perorar contra
Cablín y otros aspectos de la vida de Morgado.

Lo cierto es que a poco de ver la luz, el borrador presentado por los
miembros de la Unión de Músicos aún no ha ingresado a ninguna comisión
legislativa, lo que no impide que esté haciendo más ruido que una
Telecaster con pastillas nuevas.

Polémica en el cíber

Lo que sigue es un breve inventario de los argumentos esgrimidos en
las últimas jornadas: Beatriz Busaniche, de la Fundación Vía Libre
(www.vialibre.org.ar), sostiene que “no existiendo explícito derecho a
la copia privada en Argentina, la aplicación de un canon de esta
naturaleza daría por tierra con la presunción de inocencia, pues no
todos utilizan los soportes digitales para copiar materiales sobre los
cuales el autor no ha dado explícito permiso, y aun así todos tendrán
que pagarlo, porque estará incorporado al precio final del producto”.
En buen criollo, Busaniche se refiere a que por más que el comprador
utilizara sus compact para guardar fotos de las vacaciones, tendría
que pagar como si estuviera perjudicando a las industrias culturales y
a los creadores. Por las dudas.

Sobre la misma tónica, hubo voces que se preguntaron hasta qué punto
los intereses particulares de los autores y las firmas deben tener
prioridad sobre el derecho a la cultura y al entretenimiento de la
sociedad en general. Otros se aferraron a una verdadera galería de
cuestiones puntuales. Y esto fue posible porque, al menos en España
–el último de los más de veinte países que ya aplicaron la medida– el
nuevo régimen afecta a un espectro amplísimo de productos, que incluye
los CD, DVD, impresoras, scanners, grabadoras, memorias portátiles,
aparatos reproductores de mp3 y fotocopiadoras, entre otros.

Hubo gente que tomó como bandera justamente el tema de las
fotocopiadoras. Tal como están las cosas, las universidades públicas
de nuestro país dependen de que existan reproducciones baratas de
aquellos títulos que, tras la devaluación, se han vuelto inalcanzables
para el estudiante de bolsillo flaco. En ese sentido, un gravamen
adicional significaría obligar a la comunidad estudiantil a transferir
ingresos a los grupos de presión involucrados.

Tampoco faltó quien se preguntara qué pasaría con aquellos artistas
que no quieren cobrar el canon porque consideran que la difusión de
copias gratuitas de su obra no es una “pérdida”. Otra senda es la de
varios blogueros especializados en tecnología, que adujeron que si la
propuesta se convirtiera en ley, la brecha digital que hay en
Argentina –esa distancia entre los que ya se subieron a la revolución
tecnológica y los que no– se ensancharía significativamente. En una
postura más economicista, el blog Finanzas Públicas (mus
grave–finanzas publicas.blogs pot.com) señaló que “la primera función
de un sistema tributario es financiar el presupuesto público, donde se
expresan las prioridades de gasto que la sociedad ha determinado a
través de las elecciones (...) Si primero se crea el tributo y luego
se decide el destino de los fondos por fuera de la elaboración del
presupuesto, esa lógica se rompe”. Cualquier semejanza con la
recordada “oblea docente” no es mera coincidencia.

En Denkenuber (www.uber bin. net), el consultor y politólogo Mariano
Amartino optó por tirar líneas hacia Europa para aprovechar la
experiencia de analistas que estudian el tema hace años. Así, sumó
voces como la del profesor universitario y especialista en Sistemas de
Información Enrique Dans. Al consultarlo acerca de los errores que se
habían cometido por allá a la hora de encarar la arremetida, Dans
contestó sin pelos en la lengua: “Las fallas se centraron en adoptar
una actitud tibia en algunos aspectos, presas de una especie de
‘complejo de culpabilidad’ creado por el entorno”. “Descargar música
no es ilegal –agregó–, ni es algo malo o negativo en modo alguno.
Ningún político puede decir que los usuarios de Internet somos todos
‘piratas’, porque eso es insultar gravemente a la ciudadanía y a su
inteligencia.” El caso español suma la característica adicional de
haber llegado a un nivel de licuación ideológica tal que terminó
reuniendo bajo la consigna del “no” al oportunismo electoral del
Partido Popular y a grupos anarco-comunistas, sin que el gobierno
hiciera mayores esfuerzos por consultar a la opinión pública. Eso sin
contar el chasco que significó para muchos el apoyo que figuras
históricamente asociadas con el progresismo –como Joan Manuel Serrat y
Joaquín Sabina– dieron al “sí”.

Vuelta la mirada hacia estas tierras, lo que se percibe es una
ensalada de desconfianzas y chicanas, mezclada con convocatorias
interesantes y con la posibilidad de que en adelante se hagan acciones
coordinadas. De hecho, se montó a toda velocidad una dirección que
pretende unificar la información relacionada con el tema (www.noalca
non.org). Pero es sólo el comienzo. Esto acaba de empezar y habrá que
ver qué pasa si más sectores deciden participar de la compulsa.

Bonus track

Frente al revuelo, la página de la Unión de Músicos Independientes
muestra ahora una versión modificada del proyecto que había acercado
al Congreso. Donde se creaba el Fondo de Fomento a la Cultura, que
estaría solventado a partir de “los importes que se recauden por la
implementación de un canon a todo objeto que permita el almacenaje,
grabación y/o reproducción de música e imagen”, hubo borrón y cuenta
nueva. Ahora el controvertido artículo 21 sólo especifica que el
método de financiamiento de este Fondo estaría “incluido en otra ley
que se tratará en las cámaras de Diputados y Senadores, paralelamente
con la Ley de la Música”. ¿Cuál es esa norma misteriosa que se
“tratará paralelamente”? ¿Por qué el cambio se realizó con tanto
silencio?

Nadie parece saberlo. El jueves por la tarde circuló la noticia de que
algunos blogueros iban a reunirse con Morgado. “Yo estoy en contra del
canon”, se atajó el diputado en el encuentro. “Y me llama la atención
–subrayó– que varios de los que lo avalaron en su momento estén
molestos porque se armó esta polémica, que yo creo es muy
enriquecedora.” El legislador prometió que próximamente se organizará
una reunión abierta destinada a que los interesados puedan expresar su
opinión sobre éste y otros puntos candentes, como el de Creative
Commons (nota de tapa del suplemento NO de este diario, el pasado 31
de enero).

La noche en que se escriben estas líneas, los retruécanos siguen
cruzando el ciberespacio (poeta, un bloguero, creyó ver contrincantes
arrojándose pedazos de mampostería). Al mismo tiempo, sorprendentes
coincidencias en la forma con la que abordan el tema los medios
masivos parecen indicar que el lobby de las megacompañías cerró filas
para que el tránsito hacia los nuevos modelos de ganancia –que ellos
descubrieron mal y tarde– les resulte lo menos doloroso posible
durante 2008. A la larga, habrá que definir cuáles son los intereses
prioritarios, en un presente tecnológico que por primera vez permite a
las mayorías acceder a una valiosa porción de la cultura universal por
un precio acorde con su pobreza.


-- 
Alejandro Rene "El Corrector Empedernido" Fernandez Blanco
http://technopolios.blogspot.com/

¿Conoces algún sitio del gobierno de tu País que no respete los
Estándares Web? Reportalo con sus datos (País, Estado / Provincia,
Ciudad, Organismo y de quién depende), en
http://technopolios.blogspot.com/2008/08/sitios-web-gubernamentales-y-estndares.html



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