[Solar-general] Re: Los judios tomaron la posta de los nazis con tecnicas yanquis

Pablo Manuel Rizzo info en pablorizzo.com
Mar Ene 27 13:06:32 CET 2009


La liberación de Auschwitz o las trampas del lenguaje
Por Jack Fuchs *


Otro año. Otro 27 de enero más, fecha en la que se recordará lo que se
ha dado en llamar la "liberación" de Auschwitz. 27 de enero de 1945.
Pasaron 63 años ya. El lenguaje nos juega nuevamente una mala pasada.

Una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, la gente me preguntaba
cómo había sido "liberado", cuál de los ejércitos aliados me había
"liberado". Yo fui también, durante años, preso de esa terminología y
contestaba una y otra vez que había sido liberado por el ejército
norteamericano. La realidad es que fui encontrado, en un cobertizo de
una casa en el campo, en plena Bavaria. En 1945 yo estaba en Dachau,
donde había sido trasladado desde Auschwitz. En los últimos días del
mes de abril, hacia el final de la guerra, los nazis a cargo nuestro
no sabían qué hacer con nosotros. Los aliados se acercaban, los
soldados alemanes nos alejaban. Luego escaparon, dejándonos
abandonados en un tren.

¿De qué liberación se habla? Lamentablemente, lo único que sí se puede
modificar es el pasado, aunque suene paradójico.

Es doloroso repetirlo una y otra vez: Auschwitz e Hiroshima no han
servido de advertencia. Los conflictos y las guerras no dan tregua. De
1945 a la fecha se vienen sucediendo decenas, costándoles la vida a
millones de inocentes alrededor del planeta. La diferencia entre ellos
es que algunos despiertan más interés –y no me refiero a sensibilidad–
que otros. Ciertos conflictos parecen sacudirnos y sacarnos de la
indiferencia, otros son simples noticias que no nos quitan el sueño.
Podríamos preguntarnos ingenuamente por qué la terrible guerra de los
Balcanes durante los años noventa, en el corazón de Europa y con pleno
conocimiento de ella por parte de las democracias occidentales, fue
"ignorada", y no pudo evitarse la masacre y la destrucción. Lo mismo
ocurre con las guerras tribales interminables en algunos países
africanos que provocaron y siguen provocando en la actualidad
verdaderos genocidios. Afrontémoslo: la mayoría de nosotros ni
siquiera puede señalar en un mapa los distintos países en que quedó
desmembrada la antigua Yugoslavia, ni los países africanos que siguen
sufriendo guerras. Durante la cruda guerra entre las naciones
musulmanas, Irán e Irak que en ocho años dejó cientos de miles de
muertos no surgió sensibilidad ni manifestación alguna frente a las
respectivas embajadas en Buenos Aires, protestando ante tan terrible
carnicería. Hoy nos enfrentamos al conflicto en Medio Oriente, que sí
nos ocupa a todos y enfrenta a muchos. Hay un dicho que dice lo
siguiente: "si un perro muerde a una persona, no nos sorprendemos; si
un ser humano muerde a un perro sí". Quiero creer que tal vez ha
llegado ya el momento en que tomemos conciencia de cómo nos paramos
frente a ciertos acontecimientos y dejemos de buscar constantes
justificaciones a nuestras conductas tan contradictorias.

Durante la guerra, los países aliados sabían muy bien de la existencia
de los campos de exterminios y de todo lo que sucedía. Jamás
bombardearon Auschwitz ni ningún campo. Ni las vías de tren que a
ellos conducían. Auschwitz fue ignorado entre 1941 y 1945.
Voluntariamente ignorado. El objetivo de los países aliados era ganar
la guerra. Jan Karski, héroe de la resistencia polaca, estuvo entre
los primeros testigos de las atrocidades que se cometieron durante el
nazismo. Su testimonio fue menospreciado en Europa, cuando luego de
moverse clandestinamente por distintos lugares, brindó información
sobre lo que estaba sucediendo. Cuando llega a los Estados Unidos en
julio de 1943 sucede lo inimaginable. Su reporte sobre los terribles
sucesos incluyendo la matanza de judíos "oscurecía" la agenda de todos
los políticos, a nadie interesaba. Roosevelt, con quien se entrevistó
de manera privada, sólo estaba interesado en datos vinculados con las
conspiraciones existentes. El juez de la Corte Suprema norteamericana,
Felix Frankfurter, judío él mismo, escuchó el testimonio de Jan Karski
durante una hora y le dijo: "no puedo creerle". El embajador polaco
que allí estaba se enfureció y le preguntó cómo era posible que no
creyera los dichos de Karski. Frankfurter contestó: "no es que no lo
creo, sino que no puedo creerlo".

A esta historia se le suman decenas de otras, voces que no quisieron
ser escuchadas. El horror fue ignorado. Los crímenes del nazismo y la
indiferencia del mundo tuvieron lugar en un mismo planeta, el nuestro,
aunque intentemos reivindicar la acción "liberadora" de la
civilización occidental y humanista. Los sobrevivientes, los testigos
que aún estamos vivos, fuimos encontrados, errando, en el camino
autodestructivo de la humanidad.

* Pedagogo, sobreviviente del Holocausto.

http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/contratapa/13-118957.html

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Pablo Manuel Rizzo
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"No hay camino hacia la Libertad,
la Libertad es el camino" - Gandhi
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