Chau maestro, lástima que en la argentina nunca hayamos entendido lo importante que es la honestidad, la coherencia y el diálogo. Se fué un líder, un auténtico líder, no un gigante con pies de barro, que mantiene su poder sometiendo, mintiendo, robando, prohibiendo. Hasta siempre, Dr. Raúl Ricardo Alfonsín, que en paz descanse.