[Solar-general] Clarin: "Son programas legales, pero los usan para cometer delitos". Chocolate por la noticia.

Alejandro René Fernández Blanco alejandrorfb en gmail.com
Sab Dic 27 23:58:34 CET 2008


SE COMPRAN Y SE UTLIZAN A TRAVES DE INTERNET
Son programas legales, pero los usan para cometer delitos
Es software creado para fines como investigaciones de la Justicia.
También lo emplean algunas empresas. Pirateados, se usan para violar
claves y para espiar computadoras de parejas, enemigos o jefes.
Peligros en la Web y cómo defenderse.
Por: Georgina Elustondo

"¿Sabías que podés averiguar y obtener la clave del mail de tu pareja
o de tu jefe?" "¿Te gustaría grabar y leer las conversaciones que tu
novio/novia tiene por chat o messenger con sus contactos?" "¿Te
preocupa qué sitios navega tu hijo y con quién se vincula cuando está
online?" "¿Querés ver todo lo que pasa en otra PC a través de la
webcam de su dueño?" "¿Morís por averiguar en qué anda la competencia
de tu negocio?" Las preguntas llegan por mail, buscando eco en los
rincones más controvertidos e inseguros del ser humano. Llegan, se
cuelan por esa fisura llamada "spam" e insisten, una y otra vez.
Convidan la propuesta de asomarse y husmear allí donde nos está
vedado, y el anzuelo pica. Y cómo...

Correos electrónicos, documentos de word "bloqueados", fotos guardadas
en carpetas personales, páginas visitadas, conversaciones por chat.
Todo puede "espiarse" a través de la web. La oferta de programas que
permiten robar claves de ingreso y "ver" qué hacen y cómo usan otras
personas su computadora personal crece en Internet. La oferta llega,
en general, a través de mails que invitan a visitar sitios en los
cuales se ofrece un arsenal de recursos para sumarse al
ciberespionaje. Los paquetes de software varios arrancan en 40 pesos y
hasta se pueden pagar a través de empresas de pago de servicios, como
Pago Fácil.

En general, se trata de programas legales, desarrollados
comercialmente para otros fines, que son primero son "pirateados" y
luego vendidos de manera remota y anónima, con fines ilegales.

Clarín se contactó con algunos vendedores. "Los programas que vendo no
son legales porque no compré la licencia (autorización) para
revenderlos, pero son todos comerciales: hay empresas que los
desarrollan", contó Agustín, un argentino que vive en Israel y, desde
allí, vende programas para ciberespiar a compatriotas argentinos. "Lo
que más vendo son los llamados Keyloggers, que permiten capturar
información de otra máquina 'grabando' todo lo que el otro ingresa por
teclado. Uno instala el programa en su máquina y, al día siguiente,
recibe por mail todo lo que el otro tipeó, incluso su usuario y
contraseña", preocupa.

Los keylogger son programas diseñados para monitorear y registrar (en
secreto) cada pulsación del teclado. Pero no son los únicos. Hay
software que espían de otras maneras: algunos registran capturas de
pantalla (uno programa cada cuánto tiempo lo hacen), otros graban
conversaciones de chat, otros informan los sitios visitados, entre
varios de sus usos. Una vez que el programa está instalado, la
"víctima" entrega información sin advertirlo. Si bien hay programas
"anti-espías" diseñados para detectar esas invasiones, no siempre lo
logran. "Es una carrera entre los desarrolladores de antivirus y los
que realizan este tipo de soft: todo el tiempo están surgiendo nuevos
recursos para un lado y el otro. Aún así, espiar a otro no es
sencillo. No son fáciles de instalar y además existen programas de
protección muy buenos", tranquiliza Alessio Aguirre, de la empresa FTI
Consulting, especializada en mitigación de riesgos informáticos.

Aunque parezca mentira, estos programas son absolutamente legales. "Lo
ilegal o inmoral es el modo en que se usan, pero en sí mismas son
herramientas de auditoría y monitoreo desarrolladas -supuestamente-
para ayudar a la Justicia o a los investigadores a resolver delitos, o
para que las empresas y los padres puedan ejercer ciertos controles.
Pero es cierto que han proliferado mucho otros usos y abusos.

El crecimiento del espionaje o 'inteligencia' industrial es
exponencial. En la Argentina es un problema grave porque no hay normas
que regulen la actividad de los investigadores privados o de quienes
ofrecen estos 'servicios'. Y si bien el mail personal está protegido
por ley, faltan reglamentaciones, no hay jurisprudencia y es difícil
reunir pruebas para demandar", dice Aguirre.

Los secretos de la competencia no desvelan a los clientes de Agustín,
el vendedor que "corrompe" almas desde Israel. Ellos buscan otras
cosas. "La mayoría de la gente que me contacta lo hace por motivos
personales: quieren espiar mensajes de la pareja, preguntan mucho por
claves de mail. Casi siempre hay cuestiones sentimentales
involucradas, aunque también consultan por cuestiones laborales.
Algunos piden que sea yo el que averigüe y les pase la información.
Ese servicio cuesta desde 200 pesos", comentó.

Otro vendedor, "con sede en Palermo", según sus palabras, se jactó de
tener más de 500 programas de este tipo para vender. "Tengo cada vez
más pedidos. Muchos de mis clientes son hombres En cuanto al motivo,
un 80% compra programas por cuestiones de pareja (sentimentales), un
10% por temas laborales (quieren la clave del jefe, saber qué chatea
el empleado) y otro 10% por venganza (para 'joder' a otros por motivos
personales)", contó Raúl. "Algunos se escandalizan, pero la curiosidad
puede más. Hay un boom con estos programas. En Parque Rivadavia, por
ejemplo, se venden copias truchas a entre 5 y 10 pesos".

Según el especialista en temas de Internet Pablo Tedesco, el histórico
e ineludible deseo de saber qué opina el otro de uno mismo encontró en
las nuevas tecnologías una posibilidad de satisfacción que seduce a
todo aquel que no puede sublimar o reprimir las ganas de espiar a sus
allegados.

"Hoy, los programas de chateo tienen habilitada la posibilidad de
grabar las conversaciones de los usuarios, los mails quedan guardados,
el accionar en Internet se traquea. Quedan registros de todo lo que
hacemos en la Web. Y quienes hacen software espías no pasan por alto
esos datos", dice el especialista. Y sí: más de lo mismo. Internet y
sus distintos recursos esfumando, otra vez, los límites entre lo
público y lo privado.

Grandes y chicos, a todos los espían
El software que más se usa

El programa Keylogger permite captar información de otra PC 'grabando'
todo lo que el otro ingresa por teclado. Luego de instalado, al día
siguiente, se recibe por mail todo lo que el otro tipeó, incluso su
usuario y contraseña. Fueron diseñados para monitorear y registrar (en
secreto) cada pulsación del teclado.

Nenes protegidos. Padres preocupados suelen averiguar sobre distintos
filtros para sus hijos en Internet. Y si pueden, los espían.

Adultos celosos. Hombres que celan a sus mujeres o empleados que
quieren saber más sobre jefes, son un clásico de este "espionaje
casero".

$ 10
Puede costar alguno de estos programa para espiar. Su valores,
pirateados, arrancan en $5. Esos valores de venta comprobó Clarín en
el Parque Rivadavia, de Capital Federal.

$200
Cuesta el servicio para tener datos sobre la persona que se quiere
espiar. Los usuarios más frecuentes son hombres que quieren saber cómo
usan Internet sus mujeres.

Antecedentes
Argentina pirata. Según datos de la compañía Software Legal, el 74% de
los programas que se usan en el país son "piratas". Tres de cada
cuatro computadoras tienen software trucho. La circulación de
información personal, además, crece y se han perfeccionado los
sistemas de robo de claves y otros delitos. Eso agrava el problema.

-- 
Alejandro Rene "El Corrector Empedernido" Fernandez Blanco
http://technopolios.blogspot.com/

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