[Solar-general] Proyecto MiPc o ... cómo justificar lo injustificable...

Eduardo Lopez dar_alle en yahoo.com.ar
Vie Abr 8 19:37:08 CEST 2005


El texto para ver online está en:

http://www.bloggers.com.ar/bloggers/novedades/7902.html

Ahora bien, yo me pregunto. ¿Estos tipos nos toman de pelot~$#|@os?
Es posible que sus argumentos puedan convencer a gente no técnica, pero 
sus afirmaciones y justificaciones son casi absurdas.

Bueno. No sigo más porque me ¡¡"hirve la sangre"!!!
Saludos y buen fin de semana.
Eduardo

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La imagen oficial de Mi PC

Después del lanzamiento del plan con el que el ministerio de Economía 
impulsa la venta de computadoras a costo reducido para sectores medios 
bajos de la población –con créditos blandos a cargo preponderantemente 
de bancos del sector público- las empresas aseguran que hubo más de 
90000 consultas en sólo un fin de semana. En la polémica entre quienes 
dicen que es sólo un negocio y quienes aseguran que es algo más, hay 
ganadores y perdedores.

Con una perspectiva de colocar millones de computadoras en los próximos 
cinco años, el plan para la venta financiada de computadoras acordado 
por el ministerio de Economía con un grupo de empresas lideradas por 
Intel y Microsoft dio lugar a críticas y quejas que reflejaron una 
polémica fundamentalmente concentrada en el canal de distribución y en 
fabricantes y marcas que no forman parte del acuerdo. “Hubo una mirada 
parcial del asunto. Creo que ustedes fueron los primeros en contar 
públicamente cómo era el plan y estoy seguro de que no corrieron a 
decirles a sus colegas ‘mirá lo que encontré’ para que todos estuvieran 
en igualdad de condiciones para publicarlo. Nosotros tampoco”, dijo 
Esteban Galuzzi, el número uno de Intel en la Argentina y uno de los 
fogoneros del proyecto. La idea que está detrás de las palabras de 
Galuzzi es clara y ya fue publicado por todos los medios cuando se 
anunció el plan: No se trata de beneficencia, no pensaron en regalar 
nada. Pero, además, expresa otro concepto que el propio ejecutivo 
reafirma: “Es una cuestión de mérito, se nos ocurrió a nosotros, lo 
desarrollamos, vino nuestro CEO corporativo, buscamos quién tenía la 
visión dentro del gobierno, trabajamos durante seis meses, logramos que 
en una misma mesa se sentaran empresarios muchas veces enfrentados. No 
aparecimos de repente”, se queja.
Aunque coincide con su par de Intel, el CEO de Microsoft Pedro Sorop 
reiteró en su charla con Bloggers lo que ha dicho a quien quisiera 
escucharlo durante toda la semana: “Fue desde el comienzo un programa 
abierto. Nadie puede decirnos que dejamos a alguien afuera 
voluntariamente”. Pero inmediatamente disparó que “las empresas que 
habitualmente venden las máquinas con otro software que no es Microsoft 
dijeron en la mesa que ‘cuando vendemos estas máquinas, a la semana 
vuelven con un Windows ilegal instalado y no queremos tener el problema 
de soportar a miles de usuarios que tienen un Windows ilegal que no 
funciona en sus máquinas’. Fue una decisión de sentido común”, asegura.

Márgenes de ganancia
Si Sorop dice que las empresas que están en el plan hacen negocio, 
inmediatamente aclara que han resignado márgenes de ganancia por 
alrededor del 30 por ciento. Por su parte el jefe de Intel asegura que 
su empresa hace un negocio con el plan, pero que “no es el mejor 
negocio” porque “nosotros ganamos mucho más si vendemos Pentium 4”. La 
idea central del plan –y de Intel- es que el negocio no se dá por 
desplazamiento de la competencia sino por la ampliación del mercado 
hacia segmentos más bajos, que actualmente no son consumidores de 
computación. De hecho, el mismo Galuzzi, dijo al newsletter chileno 
Business America que con el plan las expectativas de crecimiento en el 
mercado local se duplican a partir del plan, de un 15 por ciento a un 30 
por ciento. Como para confirmarlo, en su charla con Bloggers dice que 
Craig Barret –CEO de la corporación e impulsor de planes similares en 
otros países de la región- “ha dicho muchas veces que la misión de Intel 
es que en todo el mundo haya mil millones de computadoras conectadas. 
Obviamente, no lo hacemos perdiendo dinero”. Y aclara que “si un 
fabricante importante hubiera intentado utilizar su poder de compra para 
armar la misma configuración, no llegaría a menos de $ 1.700, contra los 
1.200 que ofrece el plan. Eso es porque se sacrifica margen”, asegura.
La pregunta del millón es por qué el plan tiene que desarrollarse con la 
participación de las empresas, por qué directamente los bancos no 
financian la compra de computadoras dejando al usuario elegir 
libremente. “No hubiera sido lo mismo. Hoy se dá una situación inédita 
en la industria y es que las principales cadenas de retail, las de venta 
de informática y los fabricantes, todos se han puesto de acuerdo en una 
configuración –o dos- a un precio. Esto le dá al programa una claridad 
que de otro modo hubiera sido difícil de conseguir, porque es una PC 
dirigida a un usuario primerizo”. Según opina, la idea de que la 
configuración sea única “hace que cuando el señor que nunca usó una 
computadora decide comprarla, no tiene que ponerse a decidir a quién 
creerle, tiene una configuración financiada, con soporte y 
capacitación”, se entusiasma.
Se trata de una frase que confirma la idea de que el plan es de 
inclusión, un hecho que sirve al Gobierno y a las propias empresas. Pero 
que también sirve a los sectores incluídos. “Aquí cambia 
significativamente la posibilidad de acceso a la computación. Por un 
lado, por la financiación y el precio. Hoy una configuración similar a 
la que ofrecemos se vende en cuotas de entre $90 y $100, el doble de lo 
que se brinda en el plan y con créditos blandos. Por otra parte, la 
computadora viene con capacitación y está pensada no para el chico que 
sabe usar la PC aunque no tenga posibilidades económicas, sino para el 
señor que jamás estuvo cerca de una computadora”, dice. “No le tiramos 
la computadora por la cabeza, el plan contempla capacitación, 
asesoramiento, soporte”, coincide Galuzzi.
Ambos coinciden en que las computadoras incluídas en el plan tienen una 
duración aproximada de cuatro años, cuando seguramente deberán ser 
renovadas debido al avance tecnológico. Y, cada uno a su manera, dijeron 
que “seguramente” habrá alternativas para que los que compraron su 
primera PC mediante el plan puedan hacer el cambio con condiciones 
similares. Y ambos, como sus colegas del grupo que participa del 
proyecto, se ven contentos. Algunos dirán que es porque se aseguran 
ventas por un quinquenio, en un país que tiene un gran atraso 
tecnológico y que, por lo tanto, tiene un enorme consumo potencial. 
Ellos dicen que es porque lograron hacer un aporte para “reducir la 
brecha digital”. Tal vez sean dos caras de la misma moneda.






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