<html>
<head>
<meta http-equiv="content-type" content="text/html; charset=windows-1252">
</head>
<body text="#000000" bgcolor="#FFFFFF">
<br>
<div class="moz-forward-container">
<pre>Muy interesante texto de Jorge Toledo para el debate, que ya se está
dando en los comentarios del post.
<b> Para construir cultura libre hay que usar infraestructuras libres</b>
<a class="moz-txt-link-freetext" href="http://la-cajita.es/blog/2014/08/08/para-construir-cultura-libre-hay-que-usar-infraestructuras-libres">http://la-cajita.es/blog/2014/08/08/para-construir-cultura-libre-hay-que-usar-infraestructuras-libres</a>
/Publicado el //8 agosto 2014/
El pasado junio se planteó en la lista de correo
de la red #meetcommons una contradicción muy interesante
que se presenta al trabajar con los principios de la cultura libre, pero
con herramientas o sobre infraestructuras que no lo son. Entendiendo,
por infraestructuras, que no hablamos sólo de software sino de
herramientas, espacios, medios… todo aquello de lo que nos servimos y en
lo que nos apoyamos para desarrollar nuestras actividades.
Muchos hemos vivido ese *conflicto interno*, y nos han surgido
preguntas. ¿Deberíamos ser consecuentes y apoyarnos en herramientas e
infraestructuras construidas desde los mismos principios que aplicamos
en nuestro trabajo, o son cosas separadas? ¿Podemos programar software
libre desde un Mac? ¿Podemos hacer diseños colectivos con /palés/ usando
AutoCAD? ¿Podemos alojar iniciativas de economía alternativa en un
espacio cedido y financiado por un banco?
Adolfo Estalella, por acotar el debate y también por picarnos un poco a
todos, se posicionaba de este modo en uno de sus emails:
Mi hipótesis es que el esfuerzo por la cultura libre no pasa
necesariamente por la utilización de infraestructuras libres. Es
posible contribuir sustancialmente a la cultura libre mediante el
uso de infraestructuras propietarias.
Este planteamiento tiene toda su lógica: muchas veces podemos ser más
productivos e inclusivos si usamos las herramientas más accesibles,
generalizadas, desarrolladas o conocidas, aunque no sean libres. Y si
eso mejora nuestro trabajo, ¿para qué sacrificar esa eficiencia y
eficacia limitándonos exclusivamente a medios “libres”?
Para lanzar el debate, en este post voy a adoptar la postura opuesta:
*El fin no justifica los medios. Si queremos construir cultura libre,
tenemos que apoyarnos en infraestructuras libres.*
En base a su hipótesis de partida, Adolfo hace varios comentarios, que
voy a usar como lanzadera para seguir argumentando:
La cultura libre es más sucia e impura de lo que pensamos.
Me parece muy cierto, sería bastante ingenuo sostener lo contrario. Pero
no está de más puntualizar que /ambas/ culturas lo son. La propietaria
se alimenta igualmente de lo común y de lo libre. No hay patente de
engranaje que no se apoye en el concepto previo, y libre, de la rueda.
Si admitimos que rara vez vamos a poder usar al 100% infraestructuras
libres, es justo admitir lo simétrico. Todas aprovechan algo de otras, y
por tanto todas tienen dependencias. Nos gusta hablar de blancos y
negros, pero en el día a día lo que tenemos son confusos borrones de
tonos intermedios.
La noción de libertad que acompaña a la cultura libre no puede
colapsarse en el régimen de propiedad, como ocurre con el software
libre donde es ‘libre’ el software que tiene un tipo de licencia
específico. En este caso (en el de la cultura libre) implica muchos
matices relacionados con la forma de organización de los colectivos,
la distribución de atribuciones para la toma de decisiones, su
accesibilidad y apertura…
Creo que también hay algo que puntualizar aquí: lo mismo pasa con el
software. Es una simplificación muy grande pensar que el software libre
está definido sólo por una licencia. Hay unos modos de hacer concretos
detrás, una comunidad (con todo su debate sobre accesibilidad, apertura,
responsabilidad, control, etc.) y sobre todo unas motivaciones,
objetivos o valores. Richard Stallman insiste mucho en ello y es en
parte la causa del cisma de principios entre los términos “software
libre” y “open source”. Si vamos a inspirarnos para algo en el software
libre, hay que coger todo el fenómeno cultural en su conjunto.
Todos esos aspectos están mediados por las infraestructuras
digitales y las de software libre generan en ocasiones jerarquías
relevantes porque no todo el mundo tiene la experticia necesaria
para tomar el control de esa tecnología.
De nuevo, esto no sólo aplica al software libre. Toda infraestructura
digital (en realidad toda tecnología) genera jerarquías desde el punto
de vista de su acceso, uso y control. Hay algunas aplicaciones libres
que levantan barreras de usabilidad (y otras que no), y hay algunas
aplicaciones privativas que levantan barreras económicas (y otras que
no). Etcétera.
Aclarado esto, paso a intentar argumentar por *qué creo que es necesario
el uso de infraestructuras libres y por qué sin ellas no podemos
construir una cultura libre fuerte, consistente y duradera*. Ahí van
unos cuantos motivos encadenados:
*La infraestructura moldea la costumbre.* Lo que se produce con el apoyo
de una cierta infraestructura adopta modos de hacer distintos que lo que
se produce con otra. Cambiar los modos de hacer requiere muchas veces
cambiar la infraestructura. Si no podemos cambiarla porque no está en
nuestras manos, estamos moviéndonos dentro de límites impuestos por
otros. Ejemplo: ¿Podría La Tabacalera <a class="moz-txt-link-rfc2396E" href="http://latabacalera.net/"><http://latabacalera.net/></a>
desarrollarse igual si su comunidad no pudiera pintar, arreglar o
intervenir en general, por sí misma, sobre el edificio que ocupa?
*La costumbre crea dependencia.* El modo de hacer, cuando se incorpora
como costumbre, se traduce en una dependencia directa de cierta
infraestructura. Podemos seguir confiando y apoyándonos en la
infraestructura propietaria porque ya la conocemos y nos resulta cómoda
e inclusiva, sin requerir un desarrollo añadido en lo personal, en lo
social y en la propia herramienta. A corto plazo esto es eficaz y
eficiente. A largo plazo, estamos desentrenando nuestro poder de cambio,
lo que nos deja en manos de una infraestructura que no controlamos y que
nos puede dejar tirados o incluso volverse en nuestra contra en
cualquier momento. ¿Os han cerrado alguna vez, por un motivo ajeno a
vosotros, la cuenta de Google? ¿Pensáis que no va a suceder nunca?
¿Habéis pensado qué pasaría con vuestros documentos, vuestra agenda,
vuestros mails, etc.?
*La dependencia es una debilidad.* Si nuestro objetivo es tener una
cultura libre fuerte pero dependemos (porque hemos adaptado nuestros
modos de hacer, o porque tenemos allí alojados nuestros bienes) de una
infraestructura privativa, el futuro de lo que hagamos estará en manos
de intereses no “procomunitarios”. Nos hace crecer más cómoda y
rápidamente, pero nos puede hacer caer con la misma facilidad y
velocidad. Y tras esa caída, podemos encontrarnos con que todas las
alternativas están por construir… porque claro, nadie lo ha hecho por
nosotros.
*El final de una dependencia puede ser un trauma… o un desarrollo.* O
hacemos evolucionar nuestras infraestructuras poco a poco conforme
cambiamos nosotros, o tendremos que sufrir un cambio brusco y
traumático, con pérdidas de energía o recursos y una gran caída en la
eficiencia y la eficacia. El desarrollo de una comunidad sucede relación
cercana con el de sus infraestructuras, y es más potente si es evolutivo
y consciente que traumático e involuntario.
*El desarrollo es necesario para el empoderamiento.* Invertir esfuerzo
regularmente en conocer, controlar y mejorar nuestras infraestructuras
es lo que nos libera de la dependencia de ellas, porque nos hace capaces
de modificarlas o de cambiar a otras. Una comunidad que no ha
participado nunca del desarrollo de sus herramientas no tiene poder
sobre ellas, y actúa más torpemente ante otras nuevas.
*El desarrollo va ligado al uso.* No podemos pretender que las
infraestructuras se desarrollen si no las utilizamos para cubrir
nuestras propias necesidades. La infraestructura resuelve problemas
actuales y tangibles, no puede desarrollarse sobre ficciones de uso ni
sin la participación de los agentes interesados. Por eso hay cientos de
editores de texto libres (los necesitan-desarrollan los propios
programadores) y prácticamente ningún programa libre de, por ejemplo,
cálculo de estructuras. /Scratch your own itch/, que le dicen. Cuantos
más perfiles sociales necesiten, usen e influyan en una infraestructura,
más inclusiva será y más potente será su desarrollo.
En resumen:
*La infraestructura libre es una inversión de futuro.* Una cultura de
fuerte desarrollo de infraestructuras abiertas permite a cualquier
comunidad evolucionar más allá de las restricciones que estas imponen. Y
al contrario, una comunidad que depende de medios “intocables” sólo
podrá crear y desarrollarse exclusivamente dentro de los límites de
éstos, o saltar por desbordamiento de unos a otros, con el desgaste no
constructivo que eso supone.
*El poder que la infraestructura te da, la infraestructura te lo quita.*
Y por eso es importable que podamos controlar qué nos da y qué nos quita
la infraestructura. Renunciar a ese empoderamiento futuro por una
cuestión de conveniencia cortoplacista empieza, hoy día, a rozar lo
temerario. Las infraestructuras para construir cultura libre tienen que
ser libres, como mínimo, en todo el ámbito de acción de una comunidad, e
idealmente alcanzar más allá de esta. Si entendemos que la cultura libre
contiene muchas comunidades interconectadas, es fundamental que la
infraestructura sea libre para todas ellas, de modo que lo que una
produzca pueda cubrir lo que otra necesita, y viceversa.
Bien… en este punto del post pensaba abordar de forma más práctica la
pregunta crítica: *¿cómo resolvemos el conflicto que se plantea cuando,
a corto plazo, son más limitantes las infraestructuras libres que las
privativas?*
Tenía cuatro párrafos más escritos sobre este punto, pero me temo que mi
propuesta iba a desdibujar lo expuesto hasta ahora, y prefiero dejarlo
claramente posicionado en un lado de la balanza, aunque sólo sea para
facilitar el debate.
¿Qué pensáis sobre esto? ¿Creéis que es mejor renunciar a la libertad en
las infraestructuras a cambio de poder trabajar de forma más eficiente
para otros aspectos de la cultura libre? ¿O hay que apostar, cueste lo
que cueste, por desarrollar infraestructuras libres para construir esa
cultura desde una mayor coherencia?
--
/*Domingo @SurSiendo <a class="moz-txt-link-rfc2396E" href="https://twitter.com/sursiendo"><https://twitter.com/sursiendo></a>*/
- donDom | <a class="moz-txt-link-freetext" href="https://twitter.com/domchiapas">https://twitter.com/domchiapas</a>
</pre>
<br>
</div>
<br>
</body>
</html>