[Bah-smv-jarapa] [Bah-smv-general] zocotroco de por qué me voy
javi
sanchoaluche en yahoo.es
Mar Sep 25 11:27:21 CEST 2007
buen día compas,
ahí va mi escrito sobre por qué me voy del gt. quizá sea un poco largo, pero es que tenía ganas de decir muchas cosas. espero que algunas de ellas sirvan para tirar palante, aunque sea parando.
también quería aclarar que la asamblea de la cooperativa de septiembre, sobre todo por la participación de algunos consumidores allí presentes (Laura Jarapa, Pablo Villaverde, Diego Rastro, Paco Vallekas, X de X, Fulano, Mengano y otros nombres que no me acuerdo o no me sé...), me ha animado y me ha devuelto ciertas esperanzas para creer en algo en lo que a lo largo de estos últimos meses había dejado de creer.
besos
javi
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Cuando la cosecha no sale
Hace unos cinco años comencé mi andadura como consumidor en la cooperativa agroecológica Surco a Surco. Un año más tarde probé a currar la tierra en el Bah! de Perales. La experiencia me gustó y convenció y decidí seguir trabajando la tierra. Se puede decir que encontré una profesión que me gustaba y que daba sentido al hecho de tener que trabajar.
Por entonces las condiciones de trabajo en los Bah´s eran más precarias. Las cuentas no me salían y dejé Perales para irme al taller de empleo de agricultura ecológica de Aracove en Aranjuez. Formación y condiciones de trabajo dignas por un año.
Tras unos meses en Cuba replanteándome muchas cosas de mi vida, también mi futuro laboral, claro, y aprendiendo más cositas sobre agricultura con los campesinos y campesinas y las cooperativas agropecuarias de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) aterrizo de nuevo en Madrid.
Es primavera de 2006 y se me presenta la oportunidad de trabajar en el Bah de San Martín. Acepto. Yo quiero trabajar la tierra, hacerlo de forma cooperativa y autogestionada y además, a diferencia de mi primera etapa en Perales, ahora me lo planteo como un proyecto laboral y vital a largo plazo.
Después de un año y medio y de un progresivo y constante proceso de queme, desmotivación y frustración decido dejar el grupo de trabajo del Bah de SM. Con estas líneas intentaré explicar por qué. Para ello hablaré por partes, aunque en la realidad todo está relacionado y a veces es difícil saber qué fue primero, el huevo o la gallina. Hablaré de mi grupo de trabajo (gt), de la cooperativa en su conjunto y de otras cuestiones personales que también me han influido en esta decisión.
El gt
¡Uff!... hablar a día de hoy para mí del gt es desatar sentimientos muy intensos y contradictorios. Por la intensidad mental, emocional y física que supone trabajar en el Bah, en cualquiera de ellos, se suelen forjar, para bien o para mal, relaciones muy intensas y significativas. Compartir ilusiones, cansancio y sudor, quemes, risas y planis hace que cojas cariño o que no aguantes a tus compas. Yo personalmente he cogido cariño a esos personajes llamados Carlos, Juan, Marta y Matías. Y a la vez, como gt, ya no les/nos soporto. Como dijo Pablo (GC Villaverde)
os quiero, cabrones
je.
El caso es que es principalmente por el gt por lo que me voy del gt
y ¿de la coope?
Después de año y medio largo e intenso siento que no puedo construir el proyecto colectivo del que me gustaría formar parte con el actual gt.
Los motivos son muchos y diversos. Trataré de abordarlos, desde mi subjetividad, quede claro que busco esclarecer la verdad de los hechos, porque no hay una sola verdad. Como mínimo hay cinco o muchas más.
El caso es que yo creo que no había grupo como tal. Quizá nunca lo haya habido y hemos confundido el llevarnos bien con compartir objetivos, metas y caminos para llegar a ellos.
De los cinco creo que menos de la mitad concebían el trabajar en el Bah SM como un proyecto laboral y vital a largo plazo, a cinco años vista o incluso mucho más. Este hecho me parece de suma importancia, ya que, predispone a cada persona, aun inconscientemente, a actuar acorde a sus perspectivas y expectativas personales.
Difícilmente no viéndote en un proyecto a largo plazo vas a trabajar temas a largo plazo. Ya sean éstos agrícolas (goteo, tierras propias
), mejorar la organización laboral, las condiciones de trabajo, etc. Yo mismo, cuando estuve en el Bah Perales no me impliqué, ni de lejos, como en el presente Bah de SM. Mis perspectivas de futuro son otras y eso marca mi día a día.
Quiero dejar claro también que para mí el problema no es que haya personas en el gt que no se vean a largo plazo, sino que ese punto de partida sea el mayoritario entre los miembros del grupo.
De lo anterior se deriva, en gran medida, un reparto deficiente y desigual de las responsabilidades y del trabajo dentro del mismo grupo. Cargándose unas personas con más peso del que les corresponde y con otras que no asumen las cartas que les toca jugar a ellos. Naturalmente, prolongar esta situación en el tiempo suele llevar aparejado el queme y la frustración de los primeros. Aclarar que esta situación no se corresponde necesariamente con que los veteranos cumplían y cargaban con todo y los noveles iban a remolque.
Unido a la deficiente división del curro y las responsabilidades, que no tendría que tener cabida en un grupo autogestionado de trabajo, hemos cometido el error de evitar toda crítica o petición de responsabilidades o explicaciones cuando veíamos que alguien del grupo estaba fallando a sus compromisos, adquiridos libremente en asamblea con el resto de compañeros.
La dinámica ya estaba marcada y la inercia fue incrementando paulatinamente los problemas. Cada vez se fallaba más y se rectificaba menos. La puerta estaba abierta para dejar de creer en el grupo y en que éste pudiese funcionar mejor. No había esfuerzos serios por afrontar y resolver los problemas, que incluso habíamos identificado colectivamente en unas jornadas del gt celebradas en marzo y que quedarían archivadas en el cajón de sastre por tiempo indefinido.
A la vez las voces críticas, que haberlas hubo, cada vez tuvieron menos ganas de intervenir en la asamblea ante la marcha del grupo y poco a poco se fueron autosilenciando y tomando soluciones personales ante lo que no gustaba. Si el compañero hace esto y da igual, yo hago esto otro y nadie puede decirme nada. Y si esto no va y no lo queremos tratar como grupo, yo me voy. Este ha sido grosso modo mi proceso de salida.
Un punto que particularmente me ha marcado a mí dentro del grupo es el incumplimiento sistemático de las jornadas laborales que nos marcábamos en las asambleas. Creo que trabajar en equipo requiere cumplir unos mínimos muy básicos que podrían empezar por fijar unos horarios entre todos y cumplirlos.
Las jornadas de trabajo maratonianas, 15 horas en la huerta durante los martes y jueves desde mayo a septiembre, a mi juicio han resultado ineficaces y contraproducentes. Creo que perdíamos mucho tiempo real de trabajo entre que me duermo yo o tú, que voy a buscar a Fulano, ahora desayunamos, ahora almorzamos, ahora hace calor
Yo particularmente siempre he sido partidario de un horario laboral más intensivo. Menos horas en el curro pero mejor aprovechadas. Y tiempo para descansar, para la propia casa y para lo que cada cual quiera hacer con su tiempo libre.
Con estas dinámicas el siguiente proceso está más que cantado: la pescadilla que se muerde la cola. La huerta no sale. En primavera e invierno los repartos daban pena y los veranos son mejores porque es más fácil sacar más producción de la tierra. Como la huerta no sale nos desmotivamos y frustramos. Como no estamos contentos bajamos nuestro nivel de responsabilidad y de curro
y la huerta no sale. Pero, ¿por qué no sale la huerta? Quizá porque el primer paso es: no me creo el proyecto o el GT, me desmotivo, no asumo mis responsabilidades, empiezo a incumplir mis compromisos con mis compas, la huerta no sale. ¿Cuál es el principio y cuál el fin del ovillo?
Cada uno de los cinco hemos aportado nuestro granito de arena, por acción o por omisión, y al final no sabíamos ni por dónde empezar a desmontar el montón de problemas que teníamos delante.
Mi visión de la Cooperativa
Lo dicho sobre el gt está directamente relacionado, en parte, con como es nuestra coope.
Creo que el Bah de SM, por no hablar de otros Bah´s, es un gigante con pies de barro. El hecho de que hace dos años se fuesen 3 de sus 5 trabajadores y hoy lo hagamos 5 de 5; que las hortalizas y verduras sean pocas a lo largo del año; y que se pueda hablar de un 25% de consumidores realmente implicados en la marcha de su cooperativa, son tres pinceladas que pueden corroborar la anterior afirmación.
En primer lugar, en mi opinión hay un gran desfase entre el discurso del Bah y la realidad de las cooperativas que llevan dicho nombre. La realidad del Bah de SM dista mucho de ser una asociación autogestionada de cien personas. Yo hablaría más bien de un grupo de trabajo, cinco personas, que bien o mal dan vida en el día a día a la huerta y un porcentaje de ¼ de los consumidores (¿?) que participan activamente dando vida a la cooperativa en comisiones, asambleas, domingos verdes, sus propios grupos de consumo, etc.
Detrás de este grupo hay otra mitad o casi de clientes. Quieren verdura sana y pagan por ello. Sin más. No se enteran y no se quieren enterar de los problemas y posibilidades de la coope.
Está bien, quizá debe ser así, con diferentes niveles de implicación, pero rompamos con el mito de que la coope somos cien. Este mito además creo que tiene un efecto perjudicial para el gt y es que sus miembros llegan a creérselo y a excusarse en dicho argumento, somos cien, para no asumir responsabilidades que deben partir del gt. Ejemplo, la instalación del goteo en la huerta, la búsqueda de tierras estables a largo plazo
Tal como lo veo yo, la idea de que trabajadores y consumidores deben compartir el mismo peso en la cooperativa es equivocada. Simplemente porque hay un desfase total entre los conocimientos de unos y otros sobre la realidad de la huerta o porque unos se pasan de media más de 40 horas a la semana en el Bah y los otros en el mejor de los casos echan diez.
Yo creo que la cooperativa debería verse como una organización empresarial, bajo unos parámetros no capitalistas, sin patrón, autogestionada por trabajadores, que además cuentan con la participación y apoyo popular de otras personas, en su mayoría también trabajadores, organizados en grupos de consumo. Pero el peso mayor debe recaer sobre los miembros del gt y así lo deberían asumir éstos.
Trabajar en el Bah te condiciona la vida de tal manera, por horarios, ingresos y la propia actividad que realizas, que ningún otro cooperativista consumidor está en el mismo plano. Hablo de planos diferentes, ni mejores ni peores, ni superiores ni inferiores.
En este sentido a mí me resulta paradójico que haya consumidores que se crean y tengan una implicación proporcional mucho mayor en la coope que algunas personas que pasan por los gt´s.
Que el modelo Bah sea viable a largo plazo yo al menos lo pongo en duda desde el punto de vista del trabajo estable y en condiciones dignas. No me explico como la mayoría de la gente que pasa por los gt´s se acaba yendo después de dos o tres años y que aún los que aguantan cuatro o cinco años no vean nada claras las perspectivas a largo plazo y hablemos de creación de puestos de trabajo y de que el modelo vale y se multiplica. Una cosa es que nos sirva como prueba, como camino hacia algo más fuerte y otra es que el modelo Bah, tal como se concibe en San Martín hoy en día, sea viable para trabajar y vivir de la huerta y para consumir una cesta básica de hortalizas y verduras.
Sin estabilidad en el gt, por las particularidades de la explotación agrícola, creo que nunca podrá haber una producción en condiciones. En la huerta se necesita experiencia acumulada y cierta profesionalización y eso solo se consigue lentamente, año a año, cultivo tras cultivo. Podríamos decir que el primer año como trabajador no te enteras de nada, el segundo empiezas a entender cosas y hasta el cuarto no empiezas a sentirte con ciertas tablas para desenvolverte en el cultivo de la tierra.
Si la mayoría de la gente abandona a los dos años nos veremos irremediablemente estancados en gt´s inexpertos, con un gran desnivel entre sus miembros y un más que previsible queme por parte de los más viejos y con poca capacidad para avanzar colectiva y cooperativamente.
No digo que no deba haber cambios en el gt, es ley de vida, pero no más del 50% de sus miembros cada dos años. Eso es inviable para cualquier proyecto productivo y más uno agrícola.
Además, la inercia de tener verdura todas las semanas del año, manejando más de veinte cultivos en total, algo que ni siquiera hacen los agricultores de toda la vida, te mete en una dinámica de constante presente que impide levantar la cabeza y mirar al mañana porque si arreglas el futuro quizá no haya reparto el jueves.
En este sentido, la crisis desatada en el Bah San Martín creo que a la postre quizá se pueda valorar como un mal necesario si nos queremos ver y encontrar con un proyecto colectivo y cooperativo, similar en algunas ideas base pero diferente, dentro de un tiempo.
Por otro lado, el siempre presente tema de las condiciones laborales en el Bah SM creo que ha llegado a un callejón sin salida. Por un lado se espera que el gt, con ciertas mejoras técnicas, sea más productivo y la coope pueda tener más socios y socias e ingresar más dinero; pero por otro, el gt se las ve y se las desea para lograr los mínimos agrícolas que se marca y ve como las condiciones laborales mejorar a un ritmo demasiado lento. Con el actual modelo no creo que se llegase nunca a currar no más de 9 horas al día verano, a cobrar 800 euros netos para trabajadores sin cargas familiares y a tener contrato y cotización a la seguridad social. Estos a grandes rasgos son algunos requisitos básicos que a mí personalmente me gustaría ver cumplidos en una próxima experiencia. Me resulta contradictorio tener unas condiciones laborales que suelo criticar cuando las veo en otros trabajadores, caso de los inmigrantes sin papeles, solo
por el hecho de pertenecer a una cooperativa autogestionada y sobre todo que no vea perspectivas reales a largo plazo de que vayan a mejorar significativamente.
Cuestiones personales, políticas y otras
también me han empujado a dejar el gt del Bah SM.
Vivir cerca de la huerta es algo que yo necesito para verme a largo plazo. Este último año me mudé a vivir a un pueblo del Tajuña: Ambite, a 30 minutos en coche del Taray. Y la experiencia no me ha convencido, aunque he aprendido un poco más del campo madrileño.
Demasiado españolismo rancio y especulación desaforada. Demasiado nuevo rico y personajes que viven de las rentas y no de su sudor. Poco que ver con las ideas de vida campesina y rural que ingenuamente un poco albergaba. El caso es que me apetece vivir en otro lado y la huerta está en Morata y yo no me veo en el Tajuña.
Otra desilusión cooperativa ha sido ver como de vez en cuando salía a la palestra nuestro anticapitalismo, en charlas, textos, propaganda y luego no dábamos ni el más mínimo apoyo, como cooperativa, a un compañero nuestro represaliado por su participación en las movilizaciones estudiantiles anti-LOU de 2001.
O nuestra participación en diversos centros sociales ocupados y otros locales sociales a los cuáles acudimos a dejar y llevarnos verdura, a hacer fiestas para financiarnos u otras actividades y en los que generalmente no se nos ve el pelo, como cooperativa, a la hora de defenderlos ante desalojos, por ejemplo, o a la hora de hacer que funcionen cotidiamente.
Estas últimas cuestiones pueden parecer anecdóticas en la marcha de una cooperativa agroecológica, pero no lo es para mí cuando siento que por priorizar el Bah SM he dejado de lado otras militancias más modestas quizá, pero también más coherentes entre sus hechos y sus palabras.
En este sentido estaría bien que aclarásemos que proyecto político nos traemos entre manos y creo que el trabajo de los compañeros de la comisión de ideario podría ser muy valioso.
Recogiendo la herramienta, que ya es hora
Vale para ir cerrando el escrito. Creo que para explicar mis motivos para dejar el gt del Bah SM es más que suficiente. Además el verdadero valor de estas letras y las que escriban mis compas es el filo que las saquemos del 29-s en adelante para que de una caída podamos salir más fuertes.
Me voy del gt y también todos mis compañeros. No es un momento fácil ni el más oportuno para rescatar las cosas buenas. Ahora no me salen y por eso el escrito es un poco negativo. Cuando pase un tiempo seguro que salen las cosas guapas, que haberlas haylas.
Mientras tanto espero que todos los que buscamos algo más que trabajar una huerta y/o comer verdurita sana nos veamos las caras para analizar todo este berenjenal en el que se ha convertido el Bah SM, aprender de los errores y de los aciertos y, quizá, volver a dar vida a la tierra madrileña tan amenazada como está por los capitalistas y sus prácticas (agricultura química e industrial, especulación inmobiliaria, térmicas, deterioro ambiental, abandono
)
Salud y autogestión obrera y popular
Javi (gt Bah San Martín)
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