[Bah-smv-gt] sobre el grupo

matias rivero emet_e en yahoo.es
Jue Mar 22 18:51:59 CET 2007


 
  ¿QUÉ LE PASA A MI GRUPO, DOTOR? (marzo 2007)
   
  Esta es la reproducción del diálogo que tuvieron un famoso curandero vudú y el señor G. T. San Martín, en una de esas tardes madrileñas de comienzos de primavera, con un viento gélido, frío a la sombra, calor al sol y la oscuridad que llega demasiado pronto. Como siempre que vamos al médico, de acuerdo a nuestra mentalidad occidental, le contamos nuestros problemas, y no vamos a verle cuando estamos bien para continuar así.
   
  G. T: Hola dotor, no me siento bien del todo, a veces tengo un ligero malestar general y, en especial, dolor en la rodilla.
   
  Dr: La rodilla, mmm
 Eso suele estar relacionado con cuestiones de horarios, ¿tiene usted algún problema con eso?
   
  G. T: Pues verá, la verdad es que sí. Ya le había dado unas vueltas. Habitualmente nos cuesta encontrar un horario efectivo y tengo la sensación de que no acumulamos demasiada experiencia de un año para otro (los horarios por temporadas podrían estar más o menos fijados). También suelen aparecer tantos factores a tener en cuenta que es una decisión complicada:
  -horarios de diferentes buses      - una furgo y dos pueblos    -comer o no comer   
  -desayunar o no desayunar     -los jueves      -el día de reunión

   
  Dr: Así que, por lo que me dice también sufre algo de dispersión.
   
  G. T: Ciertamente, así es. Me suele provocar sensación de pérdida de tiempo (a veces es real, otras no). Y también son habituales los cambios en la forma de encontrarnos, lo que nos hace tener que dedicar parte de nuestro esfuerzo mental a pensar cómo nos vamos a juntar todos en la huerta cada día.
   
  Dr: Y esta situación, ¿se repite en otras cuestiones?
   
  G. T: Hay cosas a las que le doy vueltas continuamente, pero a pesar de eso se suelen decidir a última hora, tomando soluciones de forma improvisada. Por un lado cuestiones como los festivos y las vacaciones, que en teoría tenemos margen de tiempo para planificar bien y me suelen pillar temporada tras temporada. Y por otro, el reparto de algunas tareas (los domingos verdes, las asambleas, las comidas, los masajes
), que me resulta difícil planificar y luego cumplir lo planificado (las situaciones excepcionales son habituales). Un método que uso, que es la rueda de turnos, a veces, genera más confusión que soluciones (cuando se rompe, ¿cómo continuamos?, cada vez de una forma diferente) 
   
  Dr: ¿Y no tienes un espacio para pensar esas cosas, para hablarlas contigo mismo?
   
  G. T: Resulta que la vida de un grupo es muy compleja. Inventé un espacio al que llamo reunión de grupo (hay quien lo llama asamblea), que tiene ese objetivo. Sin embargo, no lo cuido demasiado bien, por falta de tiempo, por no tener claros qué temas debería, o quiero, hablar
 No le dedico energía para que sea un espacio en el que ir avanzando (hacia la construcción del socialismo, se entiende). Aparte de respetar bien los tiempos dedicados a la reunión, debería ver qué temas es importante hablar, qué trabajo previo es necesario para ser más efectivos, es decir, replantear la metodología actual.   
   
  Dr: ¿Tiene algún otro síntoma?
   
  G. T: Básicamente tengo otros tres. El primero es que cuando queda alguna tarea colgada, se genera una situación complicada, ¿cómo nos enfrentamos a ella? Lo normal es que nadie la haga, así que aplazamos las consecuencias hasta la siguiente jornada. En otros tiempos alguien se sacrificaba, lo que ayudaba en cuanto al trabajo, pero no sé si era mejor respecto a mi salud interna. Luego, tengo la sensación de serios problemas en mi trabajo “de oficina”, no cuento con los medios necesarios, no lo considero tan importante como el de la huerta (no dejaría un tomate plantado sin regar, pero sí una evaluación hasta que se me pase un plazo
), a veces un día de “oficina” se parece a un día libre. Cuando se trata de reuniones de coordinación con otros grupos, los horarios suelen ser raros y los lugares también (lo que complica encajarlo en nuestras jornadas laborales). Por último me duelen por la noche los ministerios.
   
  Dr: ¿Los ministerios? ¿Me lo puede explicar mejor?
   
  G. T: Eso es otro invento mío, pero no por eso menos real. Los ministerios son una forma de repartir la responsabilidad, el trabajo de “oficina”, de ir acumulando conocimiento
 Y últimamente siento que se usan cómo forma de desentenderse de los temas de otros ministerios, más que como forma de interesarse por el propio.  Es más habitual oírme decir, “eso es del ministro de
” que “eso es de mi ministerio”. Cuesta que el traspaso sea una transmisión de conocimiento (hay poco apadrinamiento) y no hablamos de lo que vamos haciendo en las reuniones como forma de ir poniéndolo en común y valorarlo (y evaluarlo).
   
  Dr: ¿Ha hablado de esto con su familia, perdón, con su cooperativa?
   
  G. T: De algunas cosas sí, de otras no. Me genera tensión pensar que estoy en una situación en la que mientras estoy haciendo pública la exigencia de algunas mejoras en mis condiciones de trabajo, no soy capaz de pensar ni proponer soluciones a esta situación. Quiero algo, pero participo muy poco en intentar conseguirlo. Un extremo es llevar todo el peso de la cooperativa y otro esperar que me mejoren las condiciones de trabajo. No podemos comportarnos como trabajadores de una empresa capitalista (exigiendo a un patrón), aunque al ver nuestra cooperativa desde una perspectiva asamblearia (en la que somos una parte más y nadie nos explota) podemos intentar que nuestras condiciones laborales sean iguales o mejores a las del resto de trabajadores.
   
  Dr: Ya veo, su situación es compleja, pero no tiene por qué ser algo degenerativo. ¿Había tenido dolores en la rodilla otras veces?
   
  G. T: Por supuesto, dolores diferentes, pero no por ello menos intensos. Está claro que al dedicarle mucho tiempo de mi vida, al hacer un esfuerzo físico en ocasiones en condiciones extremas (frío/calor), la sensación de tener siempre los mismos problemas, las diferentes prioridades personales, las condiciones de trabajo precarias (recursos, sueldo, seguridad social
), las épocas de poca producción, etc. generan una situación en la que es fácil que surjan desmotivaciones o incluso conflictos personales

   
  Dr: Por supuesto, pero evidentemente tendrá que tener en cuenta esos factores que generan dicha situación a la hora de afrontarla, más que centrarse únicamente en las posibles consecuencias.
   
  G. T: Muchas gracias, dotor, lo tendré en cuenta. ¿Cuánto le debo?
   
Dr: Oh, no se moleste, con la cesta de verduras es más que suficiente

 		
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¿QUÉ LE PASA A MI GRUPO, DOTOR? (marzo 2007)
 
Esta es la reproducción del diálogo que tuvieron un famoso curandero vudú y el señor G. T. San Martín, en una de esas tardes madrileñas de comienzos de primavera, con un viento gélido, frío a la sombra, calor al sol y la oscuridad que llega demasiado pronto. Como siempre que vamos al médico, de acuerdo a nuestra mentalidad occidental, le contamos nuestros problemas, y no vamos a verle cuando estamos bien para continuar así.
 
G. T: Hola dotor, no me siento bien del todo, a veces tengo un ligero malestar general y, en especial, dolor en la rodilla.
 
Dr: La rodilla, mmm
 Eso suele estar relacionado con cuestiones de horarios, ¿tiene usted algún problema con eso?
 
G. T: Pues verá, la verdad es que sí. Ya le había dado unas vueltas. Habitualmente nos cuesta encontrar un
horario
efectivo y tengo la sensación de que no acumulamos demasiada experiencia de un año para otro (los horarios por temporadas podrían estar más o menos fijados). También suelen aparecer tantos factores a tener en cuenta que es una decisión complicada:
-horarios de diferentes buses
     
- una furgo y dos pueblos
   
-comer o no comer
  
-desayunar o no desayunar
    
-los jueves
     
-el día de reunión

 
Dr: Así que, por lo que me dice también sufre algo de
dispersión
.
 
G. T: Ciertamente, así es. Me suele provocar sensación de pérdida de tiempo (a veces es real, otras no). Y también son habituales los cambios en la forma de encontrarnos, lo que nos hace tener que dedicar parte de nuestro esfuerzo mental a pensar cómo nos vamos a juntar todos en la huerta cada día.
 
Dr: Y esta situación, ¿se repite en otras cuestiones?
 
G. T: Hay cosas a las que le doy vueltas continuamente, pero a pesar de eso se suelen decidir a última hora, tomando soluciones de forma improvisada. Por un lado cuestiones como
los festivos y las
vacaciones
, que en teoría tenemos margen de tiempo para planificar bien y me suelen pillar temporada tras temporada. Y por otro, el
reparto de algunas tareas
(los domingos verdes, las asambleas, las comidas, los masajes
), que me resulta difícil planificar y luego cumplir lo planificado (las situaciones excepcionales son habituales). Un método que uso, que es la rueda de turnos, a veces, genera más confusión que soluciones (cuando se rompe, ¿cómo continuamos?, cada vez de una forma diferente)
 
Dr: ¿Y no tienes un espacio para pensar esas cosas, para hablarlas contigo mismo?
 
G. T: Resulta que la vida de un grupo es muy compleja. Inventé un espacio al que llamo
reunión de grupo
(hay quien lo llama asamblea), que tiene ese objetivo. Sin embargo, no lo cuido demasiado bien, por falta de tiempo, por no tener claros qué temas debería, o quiero, hablar
 No le dedico energía para que sea un espacio en el que ir avanzando (hacia la construcción del socialismo, se entiende). Aparte de respetar bien los tiempos dedicados a la reunión, debería ver qué temas es importante hablar, qué trabajo previo es necesario para ser más efectivos, es decir, replantear la metodología actual.
  
 
Dr: ¿Tiene algún otro síntoma?
 
G. T: Básicamente tengo otros tres. El primero es que cuando queda
alguna tarea colgada
, se genera una situación complicada, ¿cómo nos enfrentamos a ella? Lo normal es que nadie la haga, así que aplazamos las consecuencias hasta la siguiente jornada. En otros tiempos alguien se sacrificaba, lo que ayudaba en cuanto al trabajo, pero no sé si era mejor respecto a mi salud interna. Luego, tengo la sensación de serios problemas en mi
trabajo “de oficina”,
no cuento con los medios necesarios, no lo considero tan importante como el de la huerta (no dejaría un tomate plantado sin regar, pero sí una evaluación hasta que se me pase un plazo
), a veces un día de “oficina” se parece a un día libre. Cuando se trata de reuniones de coordinación con otros grupos, los horarios suelen ser raros y los lugares también (lo que complica encajarlo en nuestras jornadas laborales). Por último me duelen por la noche los ministerios.
 
Dr: ¿Los
ministerios
? ¿Me lo puede explicar mejor?
 
G. T: Eso es otro invento mío, pero no por eso menos real. Los ministerios son una forma de repartir la responsabilidad, el trabajo de “oficina”, de ir acumulando conocimiento
 Y últimamente siento que se usan cómo forma de desentenderse de los temas de otros ministerios, más que como forma de interesarse por el propio.
 
Es más habitual oírme decir, “eso es del ministro de
” que “eso es de mi ministerio”. Cuesta que el traspaso sea una transmisión de conocimiento (hay poco apadrinamiento) y no hablamos de lo que vamos haciendo en las reuniones como forma de ir poniéndolo en común y valorarlo (y evaluarlo).
 
Dr: ¿Ha hablado de esto con su familia, perdón, con su cooperativa?
 
G. T: De algunas cosas sí, de otras no. Me genera tensión pensar que estoy en una situación en la que mientras estoy haciendo pública la exigencia de algunas mejoras en mis condiciones de trabajo, no soy capaz de pensar ni proponer soluciones a esta situación. Quiero algo, pero
participo muy poco en intentar conseguirlo
. Un extremo es llevar todo el peso de la cooperativa y otro esperar que me mejoren las condiciones de trabajo. No podemos comportarnos como trabajadores de una empresa capitalista (exigiendo a un patrón), aunque al ver nuestra cooperativa desde una perspectiva asamblearia (en la que somos una parte más y nadie nos explota) podemos intentar que nuestras condiciones laborales sean iguales o mejores a las del resto de trabajadores.
 
Dr: Ya veo, su situación es compleja, pero no tiene por qué ser algo degenerativo. ¿Había tenido dolores en la rodilla otras veces?
 
G. T: Por supuesto, dolores diferentes, pero no por ello menos intensos. Está claro que al dedicarle mucho tiempo de mi vida, al hacer un esfuerzo físico en ocasiones en condiciones extremas (frío/calor), la sensación de tener siempre los mismos problemas, las diferentes prioridades personales, las condiciones de trabajo precarias (recursos, sueldo, seguridad social
), las épocas de poca producción, etc. generan una situación en la que es fácil que surjan desmotivaciones o incluso conflictos personales

 
Dr: Por supuesto, pero evidentemente tendrá que tener en cuenta esos factores que generan dicha situación a la hora de afrontarla, más que centrarse únicamente en las posibles consecuencias.
 
G. T: Muchas gracias, dotor, lo tendré en cuenta. ¿Cuánto le debo?
 
Dr: Oh, no se moleste, con la cesta de verduras es más que suficiente

LLama Gratis a cualquier PC del Mundo.
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