[Bah-sanse] [Bah-general] JUICIO AL LABORATORIO 03
Mari Sol
soleando_03 en hotmail.com
Jue Feb 24 16:39:49 CET 2005
El día 8 de marzo tendrá lugar el juicio oral contra 16 personas acusadas de
okupación/usurpación en Madrid. En esos 16 ciudadan en s, hombres y mujeres,
jóvenes y no tanto, la mayoría vecin en s de Lavapiés, se personaliza la
responsabilidad penal por la existencia, durante 16 meses, de El Laboratorio
03, centro social autogestionado okupado en Lavapiés el 8 de febrero de 2002
y desalojado por la policía antidisturbios el 9 de junio de 2003.
Desde el punto de vista estrictamente penal, la okupación es un delito
castigado con la cárcel desde la aprobación del nuevo Código penal (art.
245) vigente. Desde un punto de vista más amplio, sin embargo, son muchos
los sectores ciudadanos que vieron en El Laboratorio 03 una iniciativa
social singular y legítima, un acto permanente de denuncia de la
especulación urbanística y un modelo sumamente creativo de autoorganización
de las experiencias sociales, culturales, artísticas, políticas, vecinales
que se desenvuelven independientemente de la cultura, los discursos y los
dineros oficiales. Así se manifestó durante los 16 meses de existencia de El
Laboratorio03, cuando decenas de colectivos e iniciativas sociales y
culturales mostraron su adhesión al proyecto, aportando declaraciones de
apoyo, realizando las actividades que le dieron vida y forma o participando
activamente en su desarrollo. En la página web de El Laboratorio
(www.laboratorio3.net) aún se puede ver parte de los acontecimientos que
tuvieron lugar en torno a El Laboratorio 03. Un amplio dosier recoge
asimismo la mayor parte de las actividades y propuestas que se realizaron en
El Laboratorio 03.
Quizá el juez al que corresponde dictar una sentencia (sr. Francisco Ferrer
Pujol, del juzgado de lo penal núm. 5) para estas 16 personas no quiera
enredarse en estos términos y determine que, por más que el valor social de
El Laboratorio fuera ampliamente reconocido, la ley exige un castigo a la
okupación, y condene a estas personas: para ellas la acusación particular,
en representación de la propiedad, pide un total de 8 años de multa,
valorando en 144.000 euros la cantidad total a pagar para no ingresar en
prisión.
Sin embargo, para nosotr en s, los hechos que se juzgan no son tan sencillos.
De antiguo, pero nuestro ejemplo más reciente es el movimiento
antimilitarista por la insumisión, los movimientos sociales, bajo cualquier
régimen, han postulado el recurso a la desobediencia cuando las leyes
sancionen situaciones injustas. Valorar cuándo una situación social es
injusta no es fácil: hay lógicos cruces de intereses.
Para el sector inmobiliario y de la construcción madrileño no es injusto,
sino muy rentable, mantener vacíos o demoler edificios en buen estado de
conservación, llevados por el interés de obtener el máximo rendimiento
económico: los daños colaterales, la escalada de precios de la vivienda, la
mercantilización del espacio público, la destrucción de patrimonio, el
despilfarro energético y de recursos, las consecuencias sociales que la
intervención tenga sobre el territorio intervenido, son consecuencias de las
que no cabe responsabilizarse.
Para los sectores que no pueden acceder a una vivienda o a un espacio donde
desarrollar sus proyectos ciudadanos, los abandonados por los poderes
públicos a un mercado que los excluye o los margina, para esos sectores, la
situación es injusta.
Y la ley que regula el conflicto entre los sectores, excluidos por el
mercado y marginados de la construcción de la ciudad, que buscan (y toman)
un espacio de vida, por un lado, y el sector inmobiliario y las
administraciones públicas que olvidan los derechos sociales (el derecho a un
alojamiento, el derecho a participar en los asuntos comunes, el derecho a
tener espacios para el desarrollo individual y colectivo), por otro, la ley
que sanciona la okupación, opta abiertamente por proteger solo uno de los
intereses en conflicto: el de los propietarios. Por eso, para la gente que
constituimos El Laboratorio, la ley contra la okupación nos parece
abiertamente injusta: y merece ser desobedecida. Así lo hacemos.
Porque otros órdenes del derecho, los derechos sociales, la función social
que debe regir el uso de la propiedad, el derecho a participar en los
asuntos públicos, el derecho a acceder en condiciones de igualdad a los
medios necesarios para el desarrollo individual y colectivo, derechos
expresados en algunos de los textos legales que nos rigen, están
abiertamente olvidados.
Porque esta ley sanciona a los desfavorecidos por una situación que es de
sobra conocida: la mercantilización y la especulación que hacen que la
vivienda sea un negocio para unos la convierten en un problema para otras;
los espacios públicos, privatizados, deficientemente gestionados, son
inservibles para buena parte de las iniciativas sociales; la participación
en los asuntos públicos parece reservada a formas de la política profesional
aborrecibles y a modos de organización jerárquicos y premodernos; la cultura
es un reservorio más del dinero; la comunicación es un simulacro entre
guiñoles; la precariedad de los trabajos y de las rentas convierte en
invisibles las vidas de quienes no tienen acceso al consumo masivo y se
resisten al cotidiano ordenadamente disciplinado.
En febrero de 2002, con la okupación de un edificio en Amparo 103 -El
Laboratorio 03-, varios cientos de personas firmaron una declaración en la
que se autoinculpaban de sostener, por medio de un acto de desobediencia,
los derechos sociales perdidos, usurpados; y se proponían, con un acto de
denuncia, confrontar esa situación injusta; y se disponían, con un acto
propositivo, a poner en marcha un proyecto social democrático y
participativo en un edificio que estaba vacío y destinado a desaparecer para
dejar paso a una operación especulativa.
Tanto el fiscal del Estado como la acusación particular (formada por cuatro
propietarios, uno de ellos, el dueño de una importante inmobiliaria,
Arocasa) y el propio juez de instrucción decidieron no tener en cuenta esas
declaraciones, y se acusó tan solo a 16 personas de ese ?delito? colectivo.
Los nombres de esas personas procedían de un informe policial en el que se
metían en una batidora un total de 25 nombres, procedentes de
identificaciones policiales llevadas a cabo en el desalojo de El Laboratorio
02, de identificaciones aleatorias en el barrio de Lavapiés y de
identificaciones de personas que asistían a una reunión de un colectivo
antiglobalización. Las 16 personas ahora acusadas reconocieron, en su
primera declaración, realizar actividades o frecuentar El Labo 03, pero
nunca han asumido que eso sea un delito.
Será al juez, ahora, a quien corresponda calificar penalmente esos hechos y
decidir si, precisamente, esas 16 personas, o algunas de ellas, entre los
cientos de participantes en El Labo 03, son las que han de ser castigadas.
Porque de un castigo se trataría: la propiedad, recuperado el control del
edificio, lo demolió y está promoviendo ya aquello que era de su interés:
nuevas viviendas de alto precio para el nuevo sector de alto poder
adquisitivo que está ocupando, poco a poco, el espacio de un barrio
tradicionalmente popular y accesible. Fina ironía, que la propiedad denuncie
el daño causado por la okupación, cuando los beneficios con que cerrará la
operación serán de millones de euros.
Pero será a la sociedad civil a quien le corresponda calificar políticamente
esos hechos. Y decidir si se está de acuerdo con que el Código Penal
castigue a personas que nunca han perseguido el beneficio personal con sus
actividades en los centros sociales okupados. Serán también los partidos
políticos con representación institucional en Madrid que apoyaron al
Laboratorio en tiempos de las movilizaciones contra la guerra, cuando el
Labo era un espacio de efervescencia de ese movimiento, quienes tendrán que
pensar si la penalización de la okupación no debe ser inmediatamente
revisada.
Las administraciones madrileñas (una de cuyas máximas representantes, la ex
consejera de la Comunidad de Madrid y ahora concejal de las Artes del
ayuntamiento Alicia Moreno, visitó El Laboratorio 03, conversó con algun en s
de sus gentes y reconoció públicamente el interés de la iniciativa) tendrán
que plantearse si es ajustado encarcelar a quienes han participado en una
experiencia que ha cambiado el imaginario de lo que es posible realizar en
Madrid en materia social, cultural, artística y de participación. Tanto, que
en el centro de las prioridades del gobierno municipal se han situado las
intervenciones sobre las viviendas vacías; tanto que, después de años
proponiendo un proceso de negociación desde los Laboratorios, el propio
equipo de Gallardón ha incluido en su plan para el centro de Madrid la
apertura de un centro autogestionado en Lavapiés, un centro que cientos de
personas reivindican impulsando la apertura de un debate para su
constitución en la Antigua Fábrica de Tabacos de Embajadores.
Esos son los componentes básicos de lo que se juzgará el día 8 de marzo en
Madrid. De producirse una condena a las 16 personas encausadas por el
proceso de El Laboratorio, la distancia entre la ley y la justicia no hará
sino incrementarse
Para firmar en apoyo a la experiencia del Labo.03 y exigiendo su no
criminalizacion
visitar la pagina www.laboratorio3.net
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