[BAH-Estrecho] Ofelia Nieto 29 La gentrificación tiene caras y voz

Mari Sol ra soleando_03 en hotmail.com
Dom Jun 30 13:29:01 CEST 2013


> 
> http://ofelianieto29.wordpress.com/2013/06/29/la-gentrificacion-tiene-caras-y-voz/
> 
> En los últimos tiempos, se ha vuelto relativamente frecuente encontrar el
> término gentrificación en debates y artículos periodísticos. A pesar de
> que el palabro empieza a resultarnos familiar (cada vez menos gente piensa
> que Gentrificación es un nombre de señora) los límites del concepto siguen
> apareciéndose demasiado difusos para ser útiles al debate. A veces sirve
> de intuitiva idea paraguas, bajo la que cabe cualquier cosa; en otras
> ocasiones, no se sabe bien si quienes la utilizan hacen crítica desde una
> óptica urbanística, sociológica o gastronómica.
> 
> Sin embargo, no cabe duda de que el término encierra un concepto potente
> ¿cuáles son sus límites? En mi opinión uno de los más claros es que el
> tecnicismo invita a hablar en abstracto o, al menos, en categorías un
> tanto deshumanizadas (procesos urbanos a largo plazo, planes de
> reordenación, procesos de aburguesamiento…). Sin embargo, en tanto que los
> procesos de gentrificación afectan a personas –los vecinos, grupos
> poblacionales, y demás genéricos utilizados habitualmente en el debate no
> son otra cosa que gente – debemos ponerles caras y, sobre todo, voces.
> 
> El concepto fue definido en 1990 por Michael Pacione, aunque tiene
> antecedentes cercanos en la literatura académica y, desde luego, se
> refiere a realidades existentes en las ciudades contemporáneas desde que
> estas existen.
> 
> Admite variaciones, pero el punto común a todas las acepciones es que se
> produce un proceso de transformación urbana en el que los viejos vecinos
> se ven desplazados por un nuevo grupo poblacional más pudiente. El cambio
> es consustancial a las ciudades, no es en si mismo negativo, pero la
> violencia en dicho cambio y la exclusión de los habitantes es lo que lo
> convierte en indeseable. Como escribía en otro sitio:
> 
>     La población puede irse por efecto mismo del cambio (porque se sientan
> extraños en su propio barrio), expulsados por causas económicas (la
> subida de los alquileres o la tentación de venta) o directamente por
> presión municipal.
> 
>     El territorio gentrificado puede también adoptar distintas formas: la
> de barrio histórico convertido en museo del pujante turismo urbano, de
> barrio bohemio crecientemente mercantilizado, de barrio obrero
> convertido por su situación céntrica en barrio burgués…
> 
> Obras interminables en el entorno del Paseo de la Dirección. Al fondo, un
> gran edificio para realojo vacío | FOTO DE
> http://cordelesdehesavilla.blogspot.com.es/
> 
> A menudo, la gentrificación en tanto que aburguesamiento se presenta
> mezclada con cambios estéticos (la vistosa metáfora del cupcake o la tan
> de moda mezcla con lo hipster dan fe de ello). Esto lleva a una falsa
> identificación que hace pensar que el fenómeno que afecta a los barrios
> menos de moda es otro distinto. Malasaña es el ejemplo claro de
> gentrificación, en Lavapiés están en ello pero ¿Tetuán?
> 
> Sin embargo, el cambio operado en barrios tradicionalmente obreros como
> Tetuán es sin duda más violento, tanto en lo que afecta a su misma
> fisionomía (las casas, las calles, los negocios), como en lo que opera
> sobre la composición de los vecinos (su clase social).
> 
> Pero pongamos caras e historias al relato. El de Ofelia Nieto 29 es un
> caso claro de especulación enmarcado en el largo proceso de gentrificación
> de Tetuán, con un componente económico (beneficia a unos grupos
> constructores determinados) y social (se pretende cambiar el componente
> social de un barrio céntrico, cercano a la Castellana y al centro de la
> ciudad). Y, por supuesto, no es la historia de una casa baja, es la
> historia de la familia Gracia González, como lo fue antes la de muchas
> otras.
> 
> La de Tetuán es la historia de un territorio de aluvión, gente que llega a
> un Madrid de incipiente industrialización, que empieza a desbordar sus
> viejos límites, en el siglo XIX. Gente de campo, especialmente de las dos
> Castillas, que urbaniza sus propias calles y construye sus propias casas
> con aspecto rural (hogares bajos, corral…). La mayoría de los vecinos que
> vivían en este arrabal trabajaban en la construcción, en la pequeña
> artesanía, eran comerciantes modestos o traperos.
> 
> Es la historia recurrente de los barrios: la gente acostumbra a llegar
> antes que la municipalidad, y así, hasta la década de los 30 del siglo XX,
> no encontramos en Tetuán alcantarillado, suministro de agua, gas o línea
> telefónica. Aún después, siendo como fue, además, un frente muy castigado
> durante la defensa de Madrid, la barriada ha seguido sufriendo fuertes
> carencias de infraestructura.
> 
> La reconstrucción franquista, inspirada en el célebre Plan Bigador (Plan
> General de Ordenación urbana de Madrid, 1941-1946), se hizo con un ojo
> puesto en la apertura de la Castellana en un extremo del barrio, gran vía
> de entrada a Madrid que simbolizaba la llegada triunfal de las tropas
> golpistas. A partir de ese momento, el intento de convertir Tetuán en un
> barrio residencial para las “clases medias” ha sido un continuo hasta la
> actualidad. En los 70 – años aciagos para el urbanismo madrileño – un plan
> estuvo a punto de arrancar el barrio de cuajo para construir uno nuevo
> (sin realojo para los vecinos), aunque, por suerte, no se llevó la
> práctica. Estos fueron años también – los momentos dorados del
> asociacionismo vecinal – de construir y pelear barrio.
> 
> Imagen de un Tetuán, en torno a la Ventilla, que ya no existe | FOTO:
> http://urbancidades.wordpress.com
> 
> Los planes del periodo postfranquista han deparado una relativa mejora en
> las infraestructuras que, sin embargo, no han supuesto un abandono de la
> tendencia hacia la expulsión de muchos vecinos y la destrucción de la
> memoria de un barrio que se debe al esfuerzo de muchos de ellos. Ni que
> decir tiene que tampoco se ha primado la construcción de mecanismos de
> participación vecinal ni espacios de sociabilización. De las
> conversaciones en los rellanos, patios y placitas se ha empujado, con el
> diseño de ciudad imperante, al transcurrir continuo y apresurado.
> 
> La calle de Ofelia Nieto, concretamente, era el paseo de un tramo del
> primer Canal de Isabel II, que transcurría protegido por una alambrada. Al
> paso de la calle se aparecían casitas de estructura rural y huertos,
> aunque también había algunas villas de más importancia en la parte más
> cercana a la Dehesa de la Villa, como el “hotelito” de la soprano que da
> nombre a la calle (hasta su muerte en los treinta conocida como Paseo del
> Canal de Isabel II). Estos tampoco se salvaron de la piqueta.
> 
> Cuando se levantó la casa de Francisco, Luisa y el resto de habitantes de
> Ofelia Nieto 29, en los años cincuenta, aún estaba la alambrada. La casa
> se construyó junto a un estercolero, a orillas del canal. Tres
> generaciones, nueve personas y cincuenta años de vida; caras, voces e
> historias que han construido su destino y contribuido a definir el del
> barrio. Ahora, quieren expropiarles su casa, perfectamente legal, por
> menos de seis metros cuadrados que, dicen, ocupan el sitio de una acera
> más ancha que la mayoría de las de su entorno. Una acera que no estaba
> allí cuando se construyó la casa y que ningún vecino ha echado en falta.
> 
> El suelo de la vivienda es zona residencial de vivienda privada, lo que
> quiere decir que alguien podrá construir en altura, forrarse el riñón y,
> de paso, eliminar ese raro vestigio del Tetuán que no quieren sea nunca
> más. Probablemente, sin embargo, el destino inmediato del terrenos sea,
> como el del descampado de enfrente, quedar vacío y en barbecho a la espera
> de mejores tiempos para la especulación.
> 
> Decíamos más arriba que había distintas formas de gentrificación, y si en
> otros barrios aún más céntricos la presión ha venido más de la demanda, en
> los antiguos arrabales se ha producido un fenómeno de gentrificación
> planificada por las autoridades en nombre de la regeneración. En Tetuán lo
> saben bien en Ventilla, los afectados del PERI Tiaziano Dulcinea, o en la
> zona del Paseo de la Dirección, contiguo a Ofelia Nieto, con un plan
> interminable. En este caso, la empresa Dragados, beneficiaria de la
> concesión, ha puesto pies en polvorosa (ante la pasividad del
> ayuntamiento), dejando las obras paralizadas desde 2011, el vecindario
> levantado, realojos que no llegan a pesar de estar los edificios hechos y
> ni rastro de las equipaciones prometidas.
> 
> No se trata, entenderán, de defender la inmovilidad de las ciudades, ni
> mucho menos de taparse los ojos ante situaciones de infravivienda, sino de
> acometer reformas que beneficien a los vecinos (no que los expulsen), al
> tiempo que se trata de preservar la identidad de los lugares. Cuando,
> paseando por el barrio de Tetuán, encontramos caserío antiguo bien
> conservado y rehabilitado, entendemos que otro urbanismo es posible,
> aunque seguramente menos rentable – para unos pocos – que realojar a todos
> los vecinos de una calle en una torre y tirar hacia arriba su horizonte
> natural para vender ladrillo u, hoy, derribar a la espera de los “futuros
> viejos tiempos”.
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